Hace poco la ONU informó que Latinoamérica presenta la mayor tasa de feminicidios a nivel mundial. Una mirada a la situación en Ecuador.
Publicidad
La violencia contra las mujeres está a la orden del día en América Latina. Dejando aparte las zonas de guerra en el mundo, la región presenta la mayor tasa de violencia de género. Según Anabelle Arévalo Lata, psicóloga de la organización de ayuda para las mujeres Cepam, en Guayaquil, Ecuador, los casos no han aumentado, sino que se registran de mejor manera debido a un cambio en la ley.
En el 2014 se modificaron las leyes en Ecuador y se tipificó por primera vez el delito de feminicidio en el Código Orgánico Integral Penal del Ecuador, como una extrema forma de violencia de género. El feminicidio se define como asesinato de una mujer a causa de su género.
Según Anabelle Arévalo Lata, se tiene que romper el silencio. Los asesinatos de las mujeres son regularmente brutales. Incluso existen casos donde las mujeres son torturadas durante días, heridas con machetes o estranguladas.
En Ecuador cada 53 horas muere una mujer a causa de la violencia de género. Guayaquil, con alrededor de 2,5 millones de personas, es la ciudad más grande de Ecuador y la más peligrosa, junto con Quito. Las víctimas no solo son las mujeres sino también las familias, principalmente los niños. Después de perder a su madre, a veces también pierden al padre, que va a dar a cárcel como asesino.
El Cepam es un centro para mujeres, en donde un grupo de psicólogos, trabajadores sociales y abogados se encarga integralmente de ellas y las asesora. Uno de los casos más escabrosos que sobrepasó los titulares de las provincias fue la muerte de Olga Rodríguez Quiñones, de 33 años. Su hermano Mario Rodríguez Quiñones quiere luchar para se haga justicia en su nombre.
El suceso es horripilante: Olga Rodríguez Quiñones fue asesinada por su esposo en la cárcel. El hombre solicitó la visita conyugal, y amenazó con no entregarle el cheque para la alimentación de los 4 niños, si ella no accedía. Durante el acto sexual el hombre golpeó a la mujer en su cráneo y después la estranguló. La muerte se produjo en la prisión y en presencia de los guardias.
Ya nadie puede ayudar a Olga. La meta de Mario Rodríguez es solamente que su cuñado sea condenado a 40 años de prisión. Los guardias de la prisión no serán acusados, solo serán considerados testigos.
Historias de mujeres latinoamericanas
Según datos de ONU Hábitat, 104 millones de personas viven en asentamientos informales en zonas urbanas de Latinoamérica. Muchas mujeres se han convertido en líderes de sus comunidades. La ONG TECHO las apoya.
Imagen: Techo.org
Lideresas en asentamientos informales
Según datos de ONU Hábitat, 104 millones de personas viven en asentamientos informales en zonas urbanas de Latinoamérica. Ante las precarias condiciones de vivienda y la falta de acceso a servicios básicos, las mujeres se han convertido en líderes de sus comunidades, gestionando proyectos y mejoras. La ONG TECHO las apoya en su lucha.
Imagen: Techo.org
Protagonistas, movilizadas y creativas
Junto con el rol tradicional, a cargo de los hijos y el hogar, las mujeres deben salir a trabajar, muchas veces en el mercado informal, y se involucran en proyectos comunitarios con creatividad y voluntad, como este grupo del asentamiento La Pradera, Perú.
Imagen: Techo.org
Mujeres de lucha
Máxima Galeano (39) es vecina del asentamiento “14 de febrero”, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, donde residen unas 700 familias. Junto a los suyos, construyó su vivienda de emergencia en 2013. Pero también trabaja por la comunidad y ayudó a gestionar el alumbrado público del barrio.
Imagen: Techo.org
Construyendo comunidad
Las calles del asentamiento se encuentran en muy mal estado, lo que impide su acceso en días de lluvia. La parada de bus más cercana está a 10 cuadras y para llegar a la capital federal, a más de 40 kms, es necesario tomar hasta cuatro transportes distintos. Máxima trabaja con los vecinos para conseguir acceso a servicios como agua, electricidad, gas y recolección de basura.
Imagen: Techo.org
Por un mejor futuro para los niños
Bruna vive con su esposo en Parque das Missões, Brasil. Son vendedores ambulantes y se conocieron trabajando. La hija de ambos, Talita, tiene dos años. Junto con el trabajo y el cuidado de su hija, Bruna se esfuerza por mejorar las condiciones de su comunidad, con iniciativas de apoyo escolar para los niños y de acceso regular a los servicios básicos.
Imagen: Techo.org
Voz en Hábitat
Silvia Suárez es una de las lideresas comunitarias que representó a los asentamientos informales en la Conferencia Hábitat III. Madre de cuatro hijos, vive en Compuertas, una comunidad ladrillera de Teoloyucán, México. No tiene calles pavimentadas, servicios médicos, alcantarillado ni transporte público. La escuela más cercana está a 30 minutos a pie.
Imagen: Techo.org
Infraestructura comunitaria
Luisa Polo se mudó hace 19 años al asentamiento La Pradera, en el distrito de Pachacamac en Lima, Perú, donde vive con su hija y su pareja. Trabaja como secretaria de la municipalidad y participa activamente del Grupo de Mujeres y la Junta Directiva de la comunidad, gestionando proyectos de infraestructura comunitaria y acceso a servicios básicos. También estuvo Hábitat.
Imagen: Techo.org
Hay que superarse
“A veces las mujeres no tenemos un diploma, pero somos iguales. A pesar de las dificultades, hay que superarse”, dice Esther Rodríguez -32 años, casada, cuatro hijos-, quien participó en Hábitat. Esther es cajera en un supermercado y vive en la comunidad Nueva Luz 2, en Panamá. Con la ayuda de TECHO construyó su vivienda de emergencia e inició la mesa de trabajo vecinal.
Imagen: Techo.org
Gran familia
Con 13 hijos, Rita Mendoza, 42 años, es una activa vecina del asentamiento Nuevo Horizonte, en Paraguay. “Esta gran familia es un símbolo de que se puede salir adelante, forjar seres humanos en valores y darles las oportunidades para ser mejores”, dice. Como lideresa contactó a TECHO y promovió la construcción de viviendas de emergencia y la mesa de trabajo con la comunidad.
Imagen: Techo.org
Pobladoras activas
El desarrollo en una comunidad no puede lograrse sin la participación activa de sus pobladoras. Karla Ríos es líder y voluntaria de los proyectos impulsados con TECHO en la comunidad El Panamá, en Nicaragua. Actualmente participa en la mesa de trabajo con los vecinos y coopera con miembros de la escuela local en renovaciones para mejorarla