Este jueves (27.09.2018), la UE y las Naciones Unidas han anunciado en Nueva York un programa para combatir la violencia contra las mujeres en América Latina. Más de doce mujeres son asesinadas allí diariamente.
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En el día del funeral, Mary Palacios sostiene un girasol en la mano. Esta era la flor favorita de su hija Carla Ayala Palacios, una policía de El Salvador. Carla desapareció sin dejar rastro el 28 de diciembre de 2017, después de una fiesta de Navidad en su trabajo. Después de meses de búsqueda, sus restos se encontraron enterrados en el terreno de un colega. El presunto asesino se dio a la fuga en diciembre del año pasado. "Este caso nos recuerda que debemos intensificar nuestros esfuerzos, porque mientras haya un solo policía que crea que puede hacer lo que quiera con las mujeres, tenemos que seguir trabajando", dijo el ministro de Justicia del país, Mauricio Ramírez Landaverde, durante el funeral de Carla Ayala. Las autoridades de El Salvador asumen que el asesinato de Carla Ayala fue un feminicidio.
Los feminicidios son un problema global
El feminicidio es el asesinto de un ser humano por ser mujer. El término feminicidio fue acuñado por primera vez en 1976 por la socióloga Diana Russel en el Tribunal sobre la Violencia contra las Mujeres, coorganizado por ella, en Bruselas. En su antología "Feminicidio: la política de la mujer asesinada", publicada en 1992, ella explicó el término: Es un intento de controlar la vida, el cuerpo y/o la sexualidad de las mujeres. El castigo para aquellas que no se dejen someter, es la muerte.
Obviamente, este no es un problema específico de América Latina. Ya en 2013, la Secretaria General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, señaló que la violencia contra las mujeres es una realidad cotidiana que cobra vidas a diario y ocurre en todos los países, en todas las culturas. Pero en América Latina, las cifras disponibles son particularmente alarmantes.
Según ONU Mujeres, una agencia de las Naciones Unidas para la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, 14 de los 25 países con mayor número de feminicidios en el mundo están en América Latina. Según Amnistía Internacional, "cada día mueren, en promedio, 12 latinoamericanas solo por el hecho de ser mujeres".
Programa conjunto entre la UE y las Naciones Unidas
La Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas anunciaron ahora un aporte económico de 50 millones de euros a la lucha contra los asesinatos de mujeres en América Latina. La Iniciativa Spotlight tiene como objetivo financiar programas en Argentina, El Salvador, Guatemala, Honduras y México para ayudar a las mujeres a llevar una vida sin violencia.
"Haremos todos los esfuerzos necesarios en el área de la educación, la sensibilización, la prevención y la justicia para garantizar que las mujeres y las niñas nunca vuelvan a tener miedo en América Latina, en Europa y en todo el mundo", dijo la jefa de política exterior de la UE, Federica Mogherini, al anunciar dicho programa en Nueva York.
Para Carla Ayala, estas ayudas llegan demasiado tarde. Su funeral, el 22 de septiembre, estuvo acompañado por una concentración masiva de fuerzas policiales, discursos de políticos y salvas. Finalmente, Mary Palacios colocó un girasol en el ataúd de su hija. Lo único que espera es que el asesinato de Carla no quede impune, como ha sucedido tantas veces.
Gabriel González Zorrilla (RMR/ER)
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America Latina: la violencia machista en cifras
El machismo y la violencia contra las mujeres están más presentes de lo que se cree entre los jóvenes. Un estudio de la organización Oxfam revela creencias y comportamientos que explican las altas cifras de violencia.
Imagen: picture-alliance/epa/Guadalupe Perez
Víctima por el hecho de ser mujer
El 56% de las mujeres y el 48% de los hombres de 20 a 25 años en América Latina tienen alguna conocida cercana que ha sufrido violencia física o sexual en el último año, según un estudio de la ONG Oxfam. En la región muere una mujer cada cinco horas y sólo en 2016 se registraron 1831 feminicidios. En México, donde no está tipificado este delito, la población ha salido a la calle a decir basta.
Imagen: picture-alliance/epa/Guadalupe Perez
Normas heredadas
En la base de esta violencia están una serie de imaginarios y normas sociales que han dictado tradicionalmente cómo deben comportarse las mujeres y qué derechos tienen los hombres sobre ellas. El 60% de los amigos cercanos a los encuestados le grita a su pareja y el 40% las humilla y desvaloriza, según el estudio realizado entre jóvenes de 15 a 25 años de ocho países latinoamericanos.
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Sexualidad, mitos y creencias
El 87% de los jóvenes encuestados opina que el deseo sexual de los hombres es mayor que el de las mujeres. Asimismo, está muy presente la idea de que si una mujer está ebria se presta para que tengan relaciones sexuales con ella aunque no esté consciente, que el hombre se enoja si la mujer no tiene relaciones cuando él quiere o que si él está ebrio se justifica que la golpee
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Acoso callejero
Existe una normalización del acoso callejero, con comentarios de tipo sexual, piropos o silbidos por parte de desconocidos en espacios públicos y del transporte. El 75% de las y los jóvenes cree que esto es algo normal. El informe “Rompiendo moldes: transformar imaginarios y normas sociales para eliminar la violencia contra las mujeres” pretende alertar sobre estos comportamientos.
Las redes sociales, internet y celulares se han convertido en instrumentos para ejercer control sobre las mujeres. El 33% de las mujeres y el 44% de los hombres (15 a 19 años) consideran que no es violencia revisar el celular de sus parejas. Asimismo, el 84% de las mujeres y el 77% de los hombres (15 a 25 años) creen que sus amigos lo hacen.
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¡No te pongas eso!
Otra forma de ejercer control y violencia sobre las mujeres tiene que ver con el vestuario. Pero la mayoría de los encuestados de 20 a 25 años cree que no es violencia que el hombre le diga a su pareja qué ropa usar. El 56% de las mujeres y el 59% de los hombres creen que sus amigos hombres lo hacen.
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Celos como expresión de amor
Otra creencia extendida es que los celos son una expresión del amor y quien cela está demostrando cuánto quiere a su pareja. Así lo piensa el 43% de las mujeres y el 63% de los hombres de 15 a 19 años. “En nombre del amor romántico, se cometen toda clase de abusos que atentan contra la libertad y el derecho a la intimidad”, acusa el estudio.
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¿No es sí?
Un lamentable concepto, en la base del machismo, es que las mujeres “se hacen las difíciles”: dicen no, pero en realidad quieren decir sí, opina el 45% de las jóvenes y el 65% de los chicos encuestados. En la misma línea, “un hombre puede tener relaciones sexuales cuando y con quien quiera; pero las mujeres, no”. El 81% de las y los jóvenes de 20 a 25 años cree que eso piensan sus amistades.
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¿Por qué las mujeres aguantan una relación violenta?
También presente está la idea de que el hombre tiene derecho a disciplinar el comportamiento de la mujer con cualquier tipo de violencia. Los y las jóvenes de 20 a 25 años dan diferentes razones por las cuales las mujeres no escapan de relaciones violentas: 80% opina que lo hacen por sus hijos, 63% porque amenazan con matarla, 59% porque dependen económicamente y 47% cree que es normal.
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Distintas caras del machismo
El machismo está presente por igual en toda América Latina, con algunas diferencias en la forma de manifestarse. El Salvador, Colombia, Honduras y Guatemala sobresalen en la normalización de la violencia y Cuba por los silbidos y piropos en la calle. En Bolivia, el 61% de los hombres de 20 a 25 años cree que cuando una mujer sale a trabajar, los hijos e hijas sufren abandono.
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Creencias positivas entre los jóvenes
Pero también hay conciencia de que la violencia contra las mujeres es un problema grave y las autoridades deberían hacer algo al respecto. Así opina el 72% de las mujeres y el 63% de los hombres. Asimismo, el 88% de las jóvenes y el 77% de los chicos estima que la violencia hacia las mujeres es producto de las desigualdades entre ambos.
Imagen: AFP/Getty Images/E. Santelices
Moldes sexistas
Aunque persiste el concepto de hombres proveedores y mujeres cuidadoras, así como la idea mayoritaria (78%) de que todas las mujeres deberían ser madres, el estudio destaca casos de jóvenes que rompen con el molde sexista, y el valor de campañas e iniciativas para visibilizar los derechos de lesbianas y personas transgénero, quienes sufren todavía mayor discriminación y violencia.
Imagen: Getty Images/AFP/C. de la Torre
Transformar los imaginarios y normas sociales
Esa es la meta. Los jóvenes tienen un papel clave, como lo han demostrado con marchas y protestas. Pero el proceso, reconoce el estudio de Oxfam, es lento y complejo. La mayoría cree que el Estado debe actuar ante la violencia, pero admite que haría poco o nada frente a una situación de maltrato. Este informe permite reconocer estos moldes y alienta a no ser testigos silenciosos del maltrato.