1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Feminicidios en México: “La vida de las mujeres no importa”

Enrique Anarte
18 de septiembre de 2017

El feminicidio de una joven de 19 años ha encendido protestas ciudadanas contra el machismo y reavivado el debate sobre el papel de las instituciones mexicanas frente la violencia machista.

Mexiko Demonstration gegen Gewalt gegen Frauen
Imagen: Reuters/G. Riquelme

México vuelve a salir a la calle para protestar contra lo que muchos consideran una epidemia: los feminicios. El detonante esta vez fue el asesinato de Mara Fernanda Castilla, una joven de 19 años de que desapareció en la noche del 7 al 8 de septiembre tras tomar un taxi de la empresa Cabify. Había salido a bailar a un bar de Cholula, Puebla. Su cuerpo sin vida fue encontrado luego de una semana y la autopsia reveló que había sido violada y estrangulada. La Fiscalía de Puebla pide ahora 85 años de prisión para el chofer que la recogió, presunto autor del feminicidio.

Para las miles de personas que se manifestaron el domingo en varias ciudades de todo el país, sin embargo, no es suficiente. Las consignas de las marchas evidenciaron el hartazgo de mexicanas y mexicanos con los asesinatos de mujeres y otras formas de violencia de género: "Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”. "Ni una más, ni una más, ni una muerta más”. "Mara no se fue, a Mara se la llevaron”.

La realidad es que las estadísticas sobre los feminicidios en México son, cuando menos, enormemente preocupantes. Según datos de la ONU, cada día son asesinadas siete mujeres en este país norteamericano. El recuento del mexicano Instituto Nacional de Estadística y Geografía sitúa en la escalofriante cifra de 26.267 los asesinatos de mujeres entre los años 2000 y 2014.

El problema de la impunidad

La lista de las que faltan, las que el machismo se ha llevado, no parece tener fin. Sin embargo, para los colectivos feministas el problema va más allá del alto número de víctimas mortales con nombre de mujer. En realidad, es la impunidad reinante, en sus diferentes manifestaciones, lo que sustenta esta violencia. Según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, el 60% de estos casos quedan impunes.

"Los operadores, quienes encabezan los órganos de justicia, seguridad o derechos humanos, han olvidado y despreciado la legislación que tenemos y el resultado es la nula aplicación de las leyes para proteger a las mujeres”, explica a DW Patricia Olamendi, experta en derechos humanos que ha trabajado entre otros para ONU Mujeres.

En efecto, México ha dado recientemente pasos importantes en la batalla contra esta lacra, pero las reformas legales y las instituciones que abordan específicamente las diferentes manifestaciones de la violencia machista saben a poco con cada nueva vida robada. "A día de hoy, el Estado se ha limitado a crear tipos legales e instituciones para combatir el delito, no para prevenir la violencia”, critica Tania Reneaum, presidenta de Amnistía Internacional México.

A su juicio, el país tiene suficientes normas jurídicas, pero pervive lo que llama una "impunidad fáctica”. Para Reneaum, que ha calificado al Estado mexicano de "machista” y considera que este tiene una "deuda histórica con las mujeres”, el camino a seguir es claro: "Tenemos que romper la brecha entre la norma jurídica, los altos índices de impunidad que persisten y la forma en la que las instituciones actúan”.

En este sentido, la presidenta del capítulo mexicano de Amnistía Internacional pone como ejemplo la gran cantidad de casos en los que las víctimas de la violencia machista describen cómo los propios ministerios públicos ponen en duda la versión del relato de la víctima: los cuestionamientos, cuenta Reneaum, van desde cómo iban vestidas hasta si habían bebido, pasando por aspectos de su vida íntima. "Existe una cultura machista que justifica y hace prevalecer estos hechos en impunidad”, sentencia.

Sobre esta misma impunidad quiso incidir la campaña en redes sociales con el hasta #SiMeMatan, que alcanzó especial resonancia tras el asesinato de Lesvy Berlín el pasado mes de mayo. La propia Mara se unió a la protesta virtual, tuiteando "#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza…”.

Ausencia de voluntad política

Olamendi, no obstante, traslada la responsabilidad a las instituciones y habla de una forma de violencia institucional contra las mujeres: "No importa que tengas ley, porque la ley no vale nada para ellos”. La autora del libro El feminicidio en México niega con rotundidad que haya voluntad política suficiente para cambiar la situación. Los discursos de solidaridad, sobre todo en las redes sociales, no se materializan a su parecer en mejoras tangibles.

En relación con esto, la presidenta de Amnistía en México afirma que echó en falta en las protestas ciudadanas del domingo a muchos representantes políticos y dirigentes de instituciones que combaten la lacra del machismo. "No para controlar”, aclara, "sino para solidarizarse y entender que es un problema que nos aqueja y que debe formar parte de la agenda política de nuestro país”.

"Todo el mundo hace discursos, todo el mundo dice cosas. Pero sencillamente no les importa”, zanja Olamendi, quien se confiesa harta. Y se atreve a señalar a unas instituciones que, considera, poco o nada hacen para salvar vidas de niñas y mujeres como Mara: "Tenemos un Estado omiso, negligente, en el que la vida de las mujeres poco importa, o prácticamente no importa nada”.

 

Ir a la siguiente sección Descubra más