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Feria del Libro de Fráncfort da el salto al futuro

Sabine Peschel
13 de octubre de 2020

Con propuestas digitales y conceptos clásicos, la Feria del Libro de Fráncfort le hace frente a la pandemia del coronavirus. Su director, Juergen Boos, mira con optimismo hacia el futuro.

Juergen Boos ante un afiche de la feria.
Signos de esperanza: el lema de la Feria del Libro de Fráncfort 2020.Imagen: Arne Dedert/dpa/picture-alliance

La Feria del Libro de Fráncfort 2020 se inauguró este martes como "edición especial”, sin público. Debido al creciente número de contagios con coronavirus, ni siquiera los pocos cientos de asistentes que estaba previsto recibir pudieron acudir a la inauguración. Y surgen interrogantes. ¿De qué sirve una feria del libro trasladada ampliamente a la esfera digital? ¿Cuánto sentido tiene una feria sin encuentros personales? ¿No habría sido mejor cancelarla del todo?

Juergen Boos lo niega en la conferencia de prensa de apertura, transmitida en vivo por internet.

Imagen: Canada FBM2020

Las oportunidades de una feria digital

La tarea de una feria es reunir a la gente, a los autores, editores, traductores y público especializado. Para ello, la feria editorial de Fráncfort creó plataformas en las que se encuentran más personas que en los años pasados en forma presencial, según Boos. Esta vez se registraron 4.400 expositores y público especializado de 120 países. "Eso incluye también a oradores y participantes remotos que nunca habían acudido a la feria”, indicó.

"El traslado al campo digital fue un gran desafío para nosotros, pero también no ha ofrecido nuevas oportunidades para mejorar en lo que hacemos”, afirmó el director. Dijo haber hablado con muchos editores que querían participar, pero no podían hacerlo por motivos financieros o de otra índole, y subrayó: "La mayor ventaja de nuestra feria digital es que ahora prácticamente cualquiera puede participar”.

Feria del Libro de Fráncfort, sin público físico en 2020.Imagen: Frank Rumpenhorst/dpa/picture-alliance

Un espejo virtual

En efecto, los responsables consiguieron replicar todos los segmentos tradicionales de la feria en la esfera virtual: el comercio de derechos tiene lugar ahora en plataformas digitales en las que los actores pueden conectarse. Instrumentos interactivos invitan al encuentro entre editores, autores y traductores. El programa de las conferencias especializadas comenzó dos días antes que la feria como tal.

Se transmitirá un total de 260 horas de programación para los amantes de los libros, que podrán disfrutarlas en cualquier lugar del mundo. El invitado especial, Canadá, postergó la presencia física de sus autores para 2021, pero está presente virtualmente, por ejemplo con una presentación de la autora Margaret Atwood. También la defensa de la libertad de opinión tiene su espacio. Entre otras cosas, están planeados eventos  con Edward Snowden y con el activista del movimiento democrático de Hong Kong Joshua Wong.

El autor Billy Ray Belcourt, de la Nación Driftpile Cree.Imagen: Tenille Campbell/Sweetmoon Photography

Futuro híbrido

Juergen Boos no comparte el temor de que si la versión virtual tiene gran éxito, la feria tradicional desaparezca en el futuro. Explicó que existe el propósito de aprovechar la experiencia digital de este año como punto de partida  para una futura forma híbrida de la feria, con la que se puede llegar a más gente que con un evento en un lugar físico concreto.

No obstante, el sector librero internacional necesita también la presencia física encuentros casuales y descubrimientos, un poco de caos y las celebraciones al atardecer. "En el futuro será normal una mezcla de eventos presenciales y ofertas digitales”, según Boos, quien dijo ver con esperanza el futuro del sector y de la Feria del Libro de Fráncfort.

(er/cp)

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