El Filmfest Dresden fue fundado en 1989, poco antes de la caída del muro de Berlín. En un principio se dedicó a exhibir sobre todo aquellas películas que habían sido prohibidas en la RDA. Pero una vez que el público se había puesto al día en materia cinematográfica, hubo que buscarle un nuevo concepto a la muestra. Las películas de animación tenían gran tradición en Dresde desde los años 50, pues allí se encontraba el estudio de cine animado DEFA. Fue así que los iniciadores del Filmfest optaron por incluir los géneros de animación y cortometraje en su programación. Cuando en 1992 además se introdujo el concurso internacional y seis años más tarde, en 1998, un concurso alemán, la pequeña muestra de cine se convirtió en uno de los festivales de cortometrajes más importantes de Alemania. Con el tiempo se fueron agregando también películas documentales y experimentales.

Jinete de oro

El interés de organizadores y participantes se centra sobre todo en los concursos, tanto el nacional como el internacional, ambos dotados con premios por un valor total de 56.000 euros. En los dos concursos los cineastas de todo el mundo compiten por el “jinete de oro”, el trofeo que es otorgado en una ceremonia de clausura, en ocho categorías. Este año se presentaron 1.800 artistas a los dos concursos. “En los 18 años de existencia del festival nunca habíamos tenido tantos postulantes”, explica orgulloso el director del Filmfest Dresden, Robin Mallick. Un jurado de cinco personas tuvo la difícil tarea de seleccionar entre todos los aspirantes a los 72 mejores aportes.

Atractivo para público y profesionales

Con más de 20.000 espectadores en el 2005, el festival se ha convertido sin duda en un éxito de público. Este año se espera poder incluso superar estas cifras. Pero también entre los profesionales del cine, la muestra ha alcanzado prestigio a nivel internacional. Entre los concursantes de esta edición se encuentra, por ejemplo, “The Last Farm”, película del islandés Runar Runarsson, nominada al Oscar. Otro participante es el director alemán Jan Koester, quien obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín, por su película de animación “Our Man in Nirvana”. De Latinoamérica fue seleccionada “Início do Fim”, del brasileño Gustavo Spolidoro.

De Dresde al mundo

Para los jóvenes cineastas ganar un premio en Dresde representa también la posibilidad de acceder a un gran público. A continuación del festival las películas premiadas parten en gira por Berlín, Hamburgo, Colonia, Munich y otras 15 ciudades alemanas. El jurado, integrado por la directora suiza Claudia Lorenz, el cineasta de animación Vuk Jevremovic y el alemán Florian Gallenberger, ganador de un Oscar, incidirá con su juicio en las carreras de las nuevas estrellas cinematográficas.