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Eurovisión: "Juegos Olímpicos Gay" en Tel Aviv

17 de mayo de 2019

Miles de turistas, pero menos de los esperados, llegaron a Tel Aviv para asistir al festival de Eurovisión. Los palestinos han criticado el espectáculo, que tiene una fanaticada fiel.

Eurovision Song Contest 2019 | Kiosk in Tel Aviv
Imagen: DW/B. Riegert

Estar ahí lo es todo. "Esto es como los Juegos Olímpicos Homosexuales”, se ríe una de las voluntarias que reparte mapas de Tel Aviv y el programa con todas las fiestas que se celebran en torno a Eurovisión. La mayoría de los fans que van llegando a la estación principal de trenes son hombres homosexuales provenientes de toda Europa, dice la mujer. Desde hace décadas, Eurovisión ofrece a las minorías una vitrina para celebrar los clichés homosexuales con trajes estridentes.

En un local de falafel, dos alemanes dicen convencidos: "Esto nos encanta”. Ambos disfrutan de un par de días de vacaciones en Israel para acudir al espectáculo. En casa, en Mannheim, generalmente se toman el tiempo para ver el concurso por televisión. En 1998, Israel provocó un quiebre para los fans de la comunidad LGTBI. Ese año ganó la diva israelí Dana International, una transexual. Después vino la drag queen barbuda Conchita Wurst. Pero los expertos en Eurovisión, y de esos hay varios ahora en Tel Aviv, aseguran que uno de los primeros ganadores de la competencia, Jean Claude Pascal, cantó en 1961 sobre el amor entre dos personas del mismo sexo.

Celebración sin fin

Incluso sin Eurovisión, Tel Aviv es un destino muy apreciado por la comunidad gay. La ciudad tiene una hermosa playa, muchos bares e historia, y se vende como un lugar que nunca descansa. La publicidad para Eurovisión tiene los colores del arcoíris de la comunidad LGBTI. "Para nosotros es una enorme oportunidad, estamos todos muy emocionados”, dice un joven israelí que vive con su esposo en Bélgica y que volvió a casa solo por la competencia musical.

Fiesta, arena y mar en Tel Aviv.Imagen: DW/B. Riegert

El columnista Anshel Pfeffer escribió en el diario Haaretz que Eurovisión es una oportunidad para que Israel se conecte más con Europa, ya que apenas tiene contacto con sus vecinos árabes. También se pregunta qué busca Israel en el concurso, donde participa desde 1973. "Israel no es un país europeo. No solo geográficamente, sino tampoco demográfica ni históricamente. La mayoría de los israelíes no tiene antepasados europeos. Eso se aplica para los judíos en Israel como a todos los israelíes en general”, explica.

"Acá nadie tiene miedo”

La política no juega ningún rol en estos días, donde los termómetros llegan hasta los 30 grados. Muchos han visto en las autopistas que llevan al aeropuerto los letreros instalados por los activistas propalestinos de "Rompiendo el silencio", exsoldados que quieren poner sobre la mesa un tema difícil: que millones de palestinos están atrapados en la Franja de Gaza y en la Cisjordania ocupada. El grupo, que en Alemania ha sido criticado duramente por el Bundestag, que lo acusa de antisemitismo, ha pedido un boicot contra Eurovisión y ha realizado pequeñas protestas. Sin éxito. Los 41 países que se registraron participarán en el concurso.

Hace 14 días volvió a escalar la violencia entre los palestinos y el Ejército de Israel. Cuatro israelíes murieron por los ataques con cohetes lanzados desde Gaza. Más de 25 palestinos murieron en los ataques de represalia del Ejército. Ahora hay cese de las hostilidades. "La seguridad está garantizada. Aquí nadie tiene miedo”, dice la guía turística estadounidense, y sonríe. "Eso forma parte de la vida cotidiana”, afirma. La policía tendrá sobre el terreno a unos 10 mil agentes en Tel Aviv para proteger a los visitantes y evitar atentados. Los controles son rigurosos.

Carteles llamando al boicot de la competencia, mezclando los rostros de la cantante Netta Barzilai y del premier israelí Benjamin Netanyahu, Imagen: DW/B. Riegert

Altos precios, poca política

La pareja de Mannheim no se preocupa. Claro que saben del conflicto con los palestinos, pero ellos están de vacaciones. "Lo más decepcionante son los precios, muy elevados”, se queja el israelí que vino de Bélgica. Las entradas para la final cuestan varios cientos de euros. A él le alcanzó para las semifinales. El resto lo verá junto a otras miles de personas en la playa, donde habrá una pantalla gigante. La Asociación de Hoteles de Israel reconoció que hay menos turistas de los esperados. Se calculaba que arribarían unos 15 mil, 6 mil más que los que realmente llegaron.

La palestina Albier Almasri discrepa con el lema de Eurovisión, "¡Atrévete a soñar!” Salvo pocas excepciones, su vida pasa en el encierro de Gaza, porque Israel bloqueó la frontera hace años, desde que Hamás gobierna la franja. Cientos de miles de palestinos no pueden ni soñar con viajar a ver el concurso. "Esta absoluta separación entre dos mundos no tiene razón de ser”, dijo a DW Matthias Schmale, de la ONU. La vida en Gaza, donde él trabaja como Director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNWRA) "está marcada por la pobreza y el sufrimiento”, explica. Al mismo tiempo, en Tel Aviv se celebra una fiesta.

La política oficial israelí no juega rol alguno en Eurovisión. En Jerusalén, mucho más conservadora y silenciosa que Tel Aviv, hay otros problemas. El premier, Benjamin Netanyahu, busca formar un gobierno de coalición de derecha tras las recientes elecciones. Uno de sus posibles socios exige una acción más dura contra los atacantes de la Franja de Gaza.

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