La destitución del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, después de casi 20 años de gobernar despóticamente la capital rusa ha desatado una lucha por la sucesión. Su salida es vista por expertos como una demostración de poder por parte del presidente ruso, Dmitri Medvédev, frente a su rival, Vladimir Putin, de cara a las próximas elecciones parlamentarias (2011) y presidenciales (2012).

“Su destitución tiene que ver con un enfrentamiento con Medvédev después de una larga confrontación entre el Kremlin y Luzhkov”, afirma Stefan Meister, experto en Rusia de la Sociedad Alemana para la Política Exterior (DGAP con sede en Berlín), en conversación con Deutsche Welle.

“Luzhkov criticó públicamente numerosas decisiones tomadas por Medvédev y con ello puso en duda la autoridad del presidente ruso, que no tuvo más remedio que despedirlo, de lo contrario hubiera quedado con la imagen de político débil que no puede imponerse a las élites regionales, lo que lo hubiera debilitado de cara a las elecciones presidenciales”, afirma.

Dinosaurio de la política rusa

Luzhkov era uno de los dinosaurios de la política rusa, que pasó a la oposición en 1998 tras la suspensión de pagos de aquel año y la devaluación del rublo. Boris Yeltsin lo designó alcalde de Moscú en 1992 y logró reelegirse con altos índices de popularidad hasta el 2004, cuando Putin dio marcha atrás a la elección de gobernadores en las urnas y determinó que éstos fueran nombrados y cesados por el presidente.

Después de haber sido confirmado en el cargo en 2007 por el entonces presidente, Vladimir Putin, el Kremlin fue debilitando paulatinamente al alcalde. Tras una campaña de acoso desde las cadenas de televisión estatales durante los últimos meses, la caída del alcalde parecía asunto resuelto. Luzhkov aseguró el lunes pasado al volver de vacaciones que no pensaba renunciar.

“Gozaba de una relativa alta popularidad, sobre todo entre los moscovitas que temían que llegara algo peor. Era un político con capacidad para imponerse que definió la política en la capital rusa durante las últimas dos décadas. Sin embargo no logró resolver numerosos y agobiantes problemas de la ciudad”, afirma Meister. El experto alude a problemas cruciales como el caos vial, su muy criticada política de conservación de monumentos históricos, y los problemas medioambientales, "ante todo esto predominanban siempre los intereses económicos", dice.

Acusaciones de corrupción

Casado con Yelena Baturina, según Forbes, la tercera mujer más rica del mundo y la primera de Rusia con una fortuna de 2.200 millones de euros, críticos y la oposición acusaban a Luzhkov de haberla favorecido con proyectos clave de construcción de edificios en la capital. “Había muchos rumores de corrupción en los que su esposa era la principal beneficiada en el otorgamiento de atractivos proyectos. Se trata de un conglomerado de relaciones e intereses salpicados de prácticas corruptas en los que estaba involucrado Luzhkov”, señala Meister.

El político de 74 años se negaba a abandonar voluntariamente el puesto de alcalde, pero reaccionó a la dimisión anunciada por Medvédev desde China, donde se encontraba, anunciando su salida del partido Rusia Unida, cuyo máximo líder es el jefe de gobierno, Vladimir Putin. Durante décadas Luzhkov fue hombre de confianza de Putin. Su reacción nutre las especulaciones de que el tándem Putin Medvédev pactó su salida.

Autora: Eva Usi

Editor: Pablo Kummetz