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El detalle es que el beneficiario del dinero es el asilo de ancianos de Pukkila, que ahora es el más rico a nivel mundial. Con los fondos se planeó una construcción nueva por 15 millones de euros, además anualmente se gastan 250.000 euros en eventos especiales, ¡y eso para un asilo con apenas 24 ancianos! Mientras las deudas de la municipalidad no disminuyen. El gobierno de Helsinki insta a Pukkila, como a muchos otros municipios, a implantar un estricto plan de austeridad. Ahora los ingeniosos concejales parecen haber encontrado la solución a sus problemas financieros: juegan a la lotería.