Fiscal recurrirá sentencia que absolvió a Vojislav Seselj
6 de abril de 2016
Serge Brammertz, investigador del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia, aseguró haber detectado “errores” en la resolución.
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La polémica resolución que absolvió al líder ultranacionalista serbio Vojislav Seselj de los tres crímenes de guerra y seis de lesa humanidad por los que había sido acusado será cuestionada por el fiscal del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), Serge Brammertz, quien anunció este miércoles (06.04.2016) que recurrirá la sentencia, argumentando haber hallado grandes “errores” en el fallo.
“Después de revisar el razonamiento escrito dado por la mayoría de la sala de la absolución de Vojislav Seselj de todos los cargos, mi oficina ha decidido recurrir la sentencia”, señaló el fiscal en un comunicado, donde añadió que ante “el alcance de los errores que hemos identificado en la sentencia de la mayoría, subrayamos ante las víctimas de los crímenes que el próximo recurso tiene la mayor prioridad” para la oficina de la Fiscalía.
El pasado 31 de marzo, la corte de La Haya consideró que las pruebas no eran suficientes y que Seselj, de 61 años, solo tuvo responsabilidad moral sobre los voluntarios que actuaron en los conflictos armados surgidos entre 1991 y 1994 en Bosnia, Croacia y Serbia y que aquellos no obedecían sus órdenes. También consideró que no tuvo responsabilidad penal en la expansión de la violencia en Serbia ni en la deportación de miles de croatas y serbios musulmanes de los territorios serbios.
El mejor jurista del mundo
Pese a lo anterior, el tribunal sí reconoció que el fundador del Partido Radical Serbio, quien llegó a abogar en público por sacarles los ojos a los nacionalistas croatas con “cucharas oxidadas”, hizo llamados a la “expulsión de los croatas” de los territorios serbios, pero no vio bases legales para considerarlo delito. Para la Fiscalía, los jueces adoptaron conclusiones “no razonables y contradictorias”, pasando por alto “la impresionante cantidad de pruebas” que inculparían a Seselj.
La Fiscalía exigió una sentencia de 28 años de prisión para el ultranacionalista por su presunto apoyo a los paramilitares serbios. En conversación con Reuters, Seselj dijo no estar preocupado por la apelación. “No tiene base legal”, aseguró desde Bor, donde encabezaba una actividad política. “Esto no afecta de modo alguno mi campaña electoral, Soy el mejor jurista del mundo” apuntó Seselj, que busca que su partido llegue al Parlamento serbio, algo que las encuestas consideran bastante probable.
DZC (AP, Reuters, EFE)
La intervención de la OTAN contra Serbia
El bombardeo de Serbia por parte de la OTAN terminó con la violencia de las tropas serbias contra los albano-kosovares. Sin embargo, esa guerra, que se realizó sin el mandato de la ONU, sigue siendo controvertida.
Imagen: picture-alliance/dpa
Huellas de la guerra
El conflicto en Kosovo escaló a fines de 1990. Decenas de miles de personas huyeron y, cuando todas las tentativas de restablecer la paz se vieron frustradas, la OTAN inició un ataque aéreo a las bases y objetivos militares serbios, el 24 de marzo de 1999. Once semanas después, Slobodan Milosevic se rendía.
Imagen: Eric Feferberg/AFP/GettyImages
El fracaso de la resistencia pacífica
Ya a mediados de los 80 comenzaron en Kosovo las protestas contra los intentos de Belgrado de recortar los derechos de la población albana. En los 90, las represalias aumentaron. Ibrahim Rugova, que lideraba el movimiento político en Kosovo desde 1989, creía en la resistencia pacífica y trató de convencer a Slobodan Milosevic de un cambio de rumbo, pero sin éxito.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerra de guerrillas
En Kosovo comienza a formarse la resistencia armada. La autoproclamada Armada de Liberación UCK empieza una cruel guerra de guerrillas perpetrando violentos ataques contra los serbios, pero también contra los albanos, a quienes considera colaboradores. Serbia responde a los actos terroristas incendiando viviendas y saqueando tiendas. Cientos de miles personas huyen.
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Expulsión sistemática
La guerra se vuelve cada vez más brutal. Para romper la resistencia de la UCK y el apoyo que le brinda la población, las fuerzas serbias atacan cada vez más a civiles. Muchas personas huyen a los bosques. Miles de kosovares son llevados en trenes y camiones a las fronteras del país, sin documentos que probaran que provenían de Kosovo.
Imagen: picture-alliance/dpa
El último intento
En febrero de 1999, EE. UU., Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania llaman a las partes en conflicto a una conferencia en Rambouillet para lograr un acuerdo limitado de autonomía para Kosovo. Los representantes kosovares aceptan, pero los serbios no están dispuestos a hacer concesiones, y las negociaciones fracasan.
Imagen: picture-alliance/dpa
"Intervención humanitaria"
El 24 de marzo de 1999, la OTAN comienza a bombardear objetivos militares y estratégicos en Serbia y Kosovo para frenar la violencia contra los albanos. También Alemania participa en los ataques. La operación “Allied Force” es la primera guerra de la OTAN en 50 años que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia juzga severamente la intervención
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Infraestructura paralizada
Además de los ataques a instalaciones militares, la OTAN también toma como objetivo vías de abastecimiento, líneas de ferrocarril y puentes. En 79 días y noches arriban más de 37.000 misiones de la alianza, y cerca de 20.000 misiles y bombas caen sobre territorio serbio. Muchos civiles pierden la vida. “Daños colaterales”, según el lenguaje que utiliza la OTAN.
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Nubes tóxicas sobre Pancevo
También son atacadas las fábricas, como en Pancevo, cerca de Belgrado. Allí, las bombas de la OTAN destruyen un depósito de químicos y una fábrica de fertilizantes liberando grandes cantidades de sustancias químicas que contaminan suelos, ríos y el aire. Las consecuencias para la población son gravísimas. Serbia acusa a la OTAN de utilizar munición enriquecida con uranio, así como bombas racimo.
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Guerra contra la propaganda de guerra
Para privar a Milosevic de un importante órgano de propaganda, la OTAN ataca la televisión estatal en Belgrado. Aunque se informó con anticipación al Gobierno serbio del ataque, éste no difunde la información. En el edificio de la emisora mueren 16 personas.
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"Daños colaterales"
En Kosovo, las bombas de la OTAN caen por error sobre una caravana de refugiados albanos. Mueren cerca de 80 personas. La OTAN califica, además, de “daño colateral” el bombardeo de la embajada china en Belgrado, en el cual mueren cuatro personas. El incidente provoca una grave crisis diplomática entre Pekín y Washington.
Imagen: Joel Robine/AFP/GettyImages
Balance del horror
A comienzos de junio llegan las primeras señales de Belgrado que indican que Slobodan Milosevic está dispuesto a ceder. El 19 de junio la OTAN detiene los ataques aéreos. El balance de la guerra: miles de muertos y 860.000 refugiados. La economía serbia está por los suelos, y amplios sectores de su infraestructura están destruidos. Kosovo es puesta bajo administración de la ONU.