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Fischer en la periferia del conflicto

23 de junio de 2003

El ministro de Relaciones Exteriores alemán urgió a Siria y el Líbano a apoyar la "hoja de ruta" para el Medio Oriente durante una visita a ambos países que, según dijo, deben ser abarcados en una solución amplia de paz.

El jefe de gobierno libanés, Rafik Hariri, da la bienvenida a Fischer en Beirut.Imagen: AP

La "hoja de ruta" hacia la paz entre Israel y los palestinos corre el peligro de quedar en letra muerta, si no se consigue detener la espiral de violencia en la región. En la conferencia extraordinaria del Foro Económico Mundial, que tuvo lugar en Jordania, hubo unanimidad en cuanto a la urgencia de llevar a la práctica este plan, elaborado por el "Cuarteto del Medio Oriente" (la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia). Pero no todos los involucrados estuvieron presentes en dicho encuentro: El Líbano y Siria brillaron por su ausencia y ahora plantean sus críticas al itinerario previsto, aprovechando la visita que efectuó a ambos países el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer.

Rechazo a la marginación

Los reparos libaneses y sirios se refieren al hecho de que la "hoja de ruta" sólo contemple abordar sus problemas con Israel en una segunda fase. Beirut y Damasco demandan, en cambio, una solución amplia para el conflicto del Medio Oriente, que tome en cuenta desde un comienzo sus intereses. Para Siria está en juego, en primer lugar, su reclamo de devolución de los Altos del Golán, conquistados por Israel en 1967. Para el Líbano, en tanto, es de suma importancia el futuro de los refugiados palestinos que viven en su territorio.

Joschka Fischer, en consecuencia, no se topó con interlocutores fáciles en esta parte de su gira por el Medio Oriente. Tanto más relevancia tienen, por lo mismo, sus esfuerzos por inducir a las autoridades sirias y libanesas a colaborar con el plan de paz, que pende de un hilo. El ministro alemán cuenta, a su favor, con un profundo conocimiento de la región y con el hecho de ser un huésped bien visto también entre los adversarios de Israel. No en vano puede hacer valer el hecho de que Alemania se haya opuesto hasta el final a la guerra contra Irak.

La incidencia siria

Más que plantear exigencias, Fischer apuesta por la persuasión diplomática, tratando de buscar fórmulas de entendimiento y recalcando los beneficios que la paz reportaría para todos los países de la región. El apoyo de Damasco y Beirut a la "hoja de ruta" puede resultar clave en este punto del proceso, que no logra ponerse en marcha debido a los atentados suicidas palestinos y las represalias militares israelíes. Porque sabido es que Siria aún respalda a la organización extremista Hizbollah, que opera desde el sur libanés, y también al grupo Hamas, aunque haya cerrado algunos de sus oficinas por presión estadounidense.

Bloquear los canales de financiamiento de las organizaciones extremistas sería una forma de forzarlas a negociar al menos una tregua, que permita iniciar el camino. Sin embargo, la posibilidad de un alto el fuego resulta todavía incierta. Menos probable aún parece el desarme total de Hamas exigido por Israel con el argumento de que el grupo aprovecharía una tregua para reagrupar sus fuerzas. Es un nudo gordiano que sólo se logrará desatar, con suerte, cuando todos se convenzan de que no queda otra alternativa.

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