Las flechas de plata hacen latir más aceleradamente el corazón de los apasionados de la Fórmula 1. Al volante de estos legendarios autos de carrera de Mercedes Benz triunfó, por ejemplo, Juan Manuel Fangio, en la década del 50.

Muchas historias se cuentan en torno a las “Flechas de plata”, pero la más notable se remonta a su nacimiento. En junio de 1934, en la víspera de una importante carrera, el equipo de Mercedes Benz casi sufrió un infarto: el control de peso de los autos reveló que excedían en un kilo el máximo permitido de 750 kilogramos.

Todas las piezas eran indispensables, de manera que no había lastre que lanzar por la borda. Ante del dilema, el jefe del equipo tuvo una idea salvadora: despojar al auto de la pintura blanca que lucía, dejando al descubierto el metal. Toda la noche estuvieron puliendo la carrocería y, efectivamente, la balanza confirmó que había valido la pena. Mercedes Benz cumplió con el límite de peso exigido, pudo participar en la carrera y la ganó. Y así nació la leyenda de las Flechas de Plata.