Fondos para productores latinoamericanos de comercio justo
Judit Alonso
8 de mayo de 2021
Una iniciativa, con el apoyo del gobierno germano, destina más de 15 millones de euros en fondos de ayuda y recuperación de COVID-19 para los productores de comercio justo en América Latina, entre otras regiones.
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Las pequeñas explotaciones agrícolas son responsables de casi 35% de la producción total de alimentos del mundo. Por este motivo, los trabajadores a pequeña escala sufren desde el inicio las consecuencias de la crisis del coronavirus.
"Cuando llegó la pandemia, los almacenes de fertilizantes nos dijeron que el precio iba a subir porque los transportadores y las empresas tenían muchos riesgos pero no pensaron en nosotros, los agricultores”, lamentó Omar Castaño Marín, miembro de la Asociación de Productores Sembrando Futuro de Colombia, en conversación con DW.
A pesar de ello, estos “no pararon su trabajo en el campo y gracias a ellos se pudo garantizar que la cadena de suministro de alimentos pudiera mantenerse”, aseguró a DW por su parte Miguel Ángel Munguía, presidente del consejo directivo de la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Trabajadores de Comercio Justo (CLAC). “Gracias a ese esfuerzo nunca faltaron los alimentos, el café, el banano, el azúcar, la quínoa, la miel, el cacao, las frutas frescas y jugos de frutas, en nuestras mesas”, recalcó.
No obstante, para ello tuvieron que adaptar su actividad a las nuevas circunstancias que comportaron gastos adicionales. “Tuvieron que adoptar protocolos de bioseguridad para continuar su labor y prevenir o contener los contagios”, recordó Munguía.
Con el objetivo de ayudar a la tarea de los productores de comercio justo durante la crisis sanitaria, la organización internacional Fairtrade, con sede en Bonn (Alemania) puso en marcha un programa de ayuda directa (Fondo de Resiliencia y Alivio COVID). Esta iniciativa está dotada de 15 millones de euros y cuenta con el apoyo del Ministerio Federal Alemán de Desarrollo y Cooperación (BMZ) y la cooperación internacional alemana (GIZ), entre otros donantes. Tras un año desde su puesta en marcha, ha beneficiado a más de 500.000 agricultores de 900 organizaciones de más de 60 de países de Asia, África América Latina y el Caribe.
“El Fondo de Alivio nos permitió no descuidar nuestros cultivos, poder sacar esta cosecha y preparar la de las próximas 12 semanas”, agregó Castaño Marín, cuya asociación recibió 3.480 dólares.
Cubriendo las urgencias
“La creación del Fondo de Alivio ha sido muy importante porque les ha brindado una ayuda oportuna para necesidades urgentes”, consideró Munguía.
“Me vi muy afectado por el incremento de los fertilizantes para sostener mi cultivo de uchuva y estaba en riesgo la producción de los próximos meses, pero gracias al fondo, que nos suministró fertilizantes para el sostenimiento de la plantación, logré mantener la producción y asegurar la de los meses siguientes”, apuntó a DW el miembro de Asociación de Productores Sembrando Futuro de Colombia, Carlos Mario Rendón.
“Algunos ejemplos de proyectos apoyados son la implementación de protocolos de bioseguridad en diferentes organizaciones a través de la compra de mascarillas, alcohol en gel, lavamanos portátiles, termómetros, desinfectantes y compra de alimentos básicos necesarios para asociados y trabajadores”, explicó a su vez a el coordinador financiero de CLAC, Francisco Ramírez.
Asimismo, apuntó que la iniciativa ha proporcionado apoyos puntuales para hacer frente al aumento de costos de productos agrícolas, transporte y trámites de exportación. “También se han apoyado la compra de pruebas rápidas de COVID-19, medicinas para personas enfermas y se ha dado un apoyo para las familias de personas que lamentablemente han fallecido a causa de la pandemia”, agregó.
Colombia y Perú son los países más beneficiados por esta iniciativa, ya que concentran el mayor número de organizaciones de comercio justo certificadas.
Ayudando a los más vulnerables
“Con el fondo se implementó el control biológico de broca en 350 hectáreas de café, dentro de una estrategia de manejo integrado de plagas, contribuyendo de esta manera a aliviar los efectos negativos de la pandemia en uno de los grupos vulnerables de la cooperativa”, apuntó a DW el responsable superior de investigación de la Cooperativa de Servicios Múltiples Cenfrocafe, Albertino Meza Ojeda.
Esta organización peruana recibió cerca de 5.000 dólares que beneficiaron a 350 personas. Además, un centenar de personas recibieron 3.000 dólares para la compra de alimentos básicos.
“Con la entrega de esta canasta de alimentos básicos se cubre en gran parte el costo de alimentación para miembros que no habían sido considerados en algunos apoyos del gobierno. Asimismo, se fortalece el sistema asociativo del comercio justo, contribuyendo de esta manera a aliviar los efectos negativos de la pandemia en el grupo más vulnerable de la cooperativa, considerado de alto riesgo por la edad y por los bajos ingresos económicos en la campaña 2020”, agregó Meza Ojeda.
Aunque la pandemia concentra los esfuerzos actuales, el sector no pierde la perspectiva. “El cambio climático también es uno de los principales desafíos que enfrentamos, pues está afectando el rendimiento y la calidad de las cosechas y nos obliga a diseñar planes de adaptación”, recordó el presidente del consejo directivo de la CLAC. Por ello, abogó por “tomar en cuenta las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en los planes de recuperación económica de la pandemia de COVID-19”.
(rr)
La larga ruta del chocolate
Es la aventura de un ciclista y un chocolatero que quisieron fabricar chocolate de alta calidad y darle un pago justo por su producto a campesinos de Ecuador y Colombia.
Imagen: Marco Wicher
¿Cómo encontrar el cacao perfecto?
Lo primero es ir al lugar correcto. El deportista extremo Guido Kunze (derecha) y el chocolatero Alexander Kühn (izquierda), ambos alemanes, viajaron hasta Sudamérica y comenzaron su travesía en la selva amazónica, específicamente en Palanda, sur de Ecuador, conocido como lugar de origen del cacao, donde los campesinos cultivan este fruto en pequeñas fincas y plantaciones.
Imagen: Marco Wicher
El valor de una barra de chocolate
“Con este viaje quisimos mostrar el largo camino del chocolate, desde los granos de cacao en Sudamérica, hasta Alemania”, dice el ciclcista y deportista extremo Guido Kunze, quien viajó 6.500 kms con 40 kilos de cacao en su bicicleta, por Ecuador y Colombia y luego desde Portugal a Alemania. Buena parte del viaje estuvo acompañado por su hijo de 15 años.
Imagen: Michael Günther
Paraíso del cacao en la Amazonía
En el río Napo, los viajeros llegaron a la plantación ubicada en una isla. Un pequeño paraíso con diferentes variedades de cacao. Desde la planta hasta la barra de chocolate hay un largo camino en que el transporte implica una buena cuota de contaminación. Kunze y Kühn quisieron llevar el cacao en forma ecológica y amigable con el medio ambiente.
Imagen: Stephan Stober
Certificación natural
Los viajeros descubrieron el cacao en pequeñas fincas y plantaciones, donde crece junto a otras plantas, como mango o papaya. Sin pesticidas y en forma natural. La búsqueda los obligó a internarse en la selva y salirse de los caminos por rutas desconocidas para encontrar los frutos que permiten producir un chocolate de alta calidad.
Imagen: Marco Wicher
Intercambio directo
Alexander Kühn, quien participó en parte del viaje, hizo contactos con los campesinos para comprarles su cosecha, sin intermediarios de por medio. “El saber de dónde viene el cacao, cómo es el lugar donde se produce, y que uno mismo lo trae, aporta una nueva dimensión al chocolate”, dice el chocolatero.
Imagen: Marco Wicher
Preciado cargamento
Los primeros kilos de granos de cacao son traspasados a las alforjas de Guido Kunze. En su periplo en bicicleta recolectó 20 kilos en Ecuador y otros 20 en Colombia. “Respetamos el trabajo de estos productores, nosotros aportamos el nuestro y al final podemos conseguir un mejor producto. Nuestra meta es llegar a importar desde Ecuador y Colombia 150 toneladas de granos de cacao por año”, dice.
Imagen: Marco Wicher
En bicicleta por Sudamérica
Para el deportista, este viaje también es una forma de apoyar el turismo, mostrando que es seguro recorrer Ecuador y Colombia en bicicleta. “Encontré mucha amistad, interés y brazos abiertos, acogedores. Es algo que aquí en Alemania podemos aprender de cómo recibir a los extranjeros”, dice Guido Kunze.
Imagen: Stephan Stober
Familias y culturas unidas por el chocolate
En su viaje de Sudamérica a Alemania, el cacao crea lazos entre los viajeros y las familias de las fincas y plantaciones. La oportunidad de ofrecer los granos de cacao de su propia cosecha directamente al fabricante de chocolate beneficia a ambas partes: precio justo por un producto que permitirá elaborar chocolate fino y de calidad.
Imagen: Marco Wicher
Chocolate extremo
Por selva, ríos y montañas, la aventura los llevó a impensados rincones para encontrar el cacao que dará un sello único a los chocolates. El porcentaje de cacao marca la intensidad del sabor, pero no es el único factor que examinan los consumidores actuales. Como ocurre con otros productos vegetales, la variedad y el origen determinan notas particulares, que buscan los paladares exigentes.
Imagen: Marco Wicher
Cacao en vez de coca
En Colombia, el cacao es uno de los productos que el gobierno impulsa para sustituir cultivos ilegales. Hasta ahora se destina principalmente a la producción local. Los campesinos que producen cantidades pequeñas no tienen la posibilidad de exportarlo. Al contactarse directamente con chocolateros extranjeros, surgen incentivos para el negocio del cacao.
Imagen: Stephan Stober
El cacao llega a Alemania
Después de seis semanas, el ciclista entrega su cargamento en Erfurt, donde es recibido por el chocolatero. Un viaje inolvidable, que documentó en su blog y que se convertirá en un documental en el que quiere contar cómo es la larga ruta del cacao, dónde se produce y cómo llega a convertirse en chocolate.
Imagen: Stephan Stober
Dulce trabajo
En las dependencias de Goldhelm, en Erfurt, Alexander Kühn convertirá el cacao de Ecuador y Colombia en chocolate. El secreto de su trabajo tiene que ver con la calidad de la materia prima que él mismo seleccionó. Cada chocolate llevará su marca de origen, para que el comprador sepa dónde fue producido el cacao.
Imagen: Marco Wicher
Amor por el chocolate
En promedio 9,5 kilos de chocolate come una persona al año en Alemania. Ya sea en barra, pasteles, bombones o pralines, los alemanes adoran el chocolate. El valor agregado de conocer su origen, certificar una producción libre de pesticidas y que genere menos contaminantes son factores que el consumidor valora cada día más a la hora de elegir un chocolate.