La reconstrucción de edificios históricos con un pasado controvertido deberá ser un tema de reflexión para el próximo Gobierno alemán, y para el Gobierno de Berlín. Reconstruir el Palacio Real de Berlín, ahora sede del Foro Humboldt, no solo fue demasiado caro -costó unos 680 millones de euros-, sino que ahora el lugar es objeto de controversia.

El Palacio Real de Berlín fue edificado a mediados del siglo XV y era una de las construcciones más importantes del centro de Berlín. Fue residencia de barones, reyes prusianos y del emperador alemán. El rey Federico Guillermo VI hizo colocar una cúpula con una cruz dorada sobre el edificio, un símbolo que acentuaba su estrecho vínculo con Dios y la monarquía, y legitimaba su forma de gobierno. A la cúpula se le adjuntó una inscripción, un versículo bíblico, que hoy es tema de debate: "En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvados, sino el nombre de Jesús, para la gloria de Dios Padre. Que en el nombre de Jesús se doblen las rodillas de los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra".

Tras la disolución del Imperio Alemán, en 1918, el palacio se transformó en un centro de la cultura y las ciencias, y en el museo más visitado de Berlín. Se incendió en parte durante la Segunda Guerra Mundial, y en 1950 fue dinamitado en la República Democrática de Alemania (RDA). Durante la época de la RDA se erigió allí el Palacio de la República, sede de la Cámara del Pueblo (Volkskammer). El Parlamento de la República Federal de Alemania decidió reconstruir el Palacio Real en 2002.

Frase bíblica, la manzana de la discordia

El edificio fue terminado en mayo de 2020, y ahora la cruz dorada brilla nuevamente sobre su cúpula, y también la inscripción con la frase bíblica, en letras doradas sobre fondo azul, se ve claramente desde la distancia. La cúpula, la cruz y la inscripción son objeto de un controvertido debate en la clase política, la ciencia y la sociedad civil de Berlín. Las críticas se refieren, entre otras cosas, a que esa inscripción le dio al Foro Humboldt una característica inadecuada, e incluso se habla de "fantasías cristianas de sumisión".

Otros, como la ministra saliente de Cultura, Monika Grütters, hicieron campaña para que se mantuviera la reconstrucción histórica. "Como foro de entendimiento, permitirá un diálogo igualitario entre las culturas del mundo. La cruz también debe entenderse como una invitación a conocer las diferentes culturas que encuentran su lugar en el Foro Humboldt", dijo Grütters en un comunicado.

Pero también los operadores del Foro Humboldt ven con ojos muy críticos la cruz en la cúpula y la inscripción, ya que el centro "es un lugar de debate democrático abierto al mundo". Si bien son conscientes de la problemática "que supone una restauración del simbolismo monárquico y cristiano en un edificio como el Foro Humboldt, que se justifica en términos de urbanismo y cultura edilicia, pero que puede interpretarse política y religiosamente".

Cambios están en manos del Gobierno de Berlín

Ahora le toca al nuevo Gobierno de Berlín dar impulso a medidas correctivas. El primer indicio de ellas es un anuncio del director general del Foro Humboldt referente al nuevo acuerdo de coalición. El 2.12.2021, Harmut Drogerloh dijo que la cuestión sobre la cruz y la cúpula deberá ser planteada nuevamente, y que se debe intentar "tal vez también formular nuevas respuestas". Según él, hay que desarrollar nuevas ideas sobre cómo manejar un tema que no es satisfactorio y sigue provocando polémica hasta hoy".

La Iniciativa Faro Berlín ('Initiative Leuchtturm Berlin') presentó una oferta: el informático Sven Lochmann y el abogado Konrad Miller iniciaron un proyecto de arte. Quieren contrarrestar el controvertido versículo bíblico "con una declaración duradera, positiva y contemporánea". Para lograrlo, planean montar diodos emisores de luz frente a la inscripción con el versículo bíblico. Cuando oscurece, podrán leerse extractos de la Constitución alemana y de la Declaración de Derechos Humanos como una cinta circulante delante del versículo.

En realidad, esto solo puede redundar en beneficio del Foro Humboldt, que finalmente pudo ser inaugurado en julio de 2021. Desde entonces, se han exhibido allí muestras sobre Asia, África, América y Oceanía, cuya apropiación colonial es tan controvertida como el edificio que las alberga. Las preguntas incómodas son heridas abiertas y dolorosas bajo la cruz de oro en el centro de la capital alemana.

(cp/lgc)