Fotoperiodista Felipe Ávila pierde ojo en protesta en Chile
13 de diciembre de 2020
El hecho ocurrió cuando Felipe Ávila registraba con su cámara las protestas que se han hecho habituales los viernes en la capital chilena.
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El fotoperiodista Felipe Ávila sufrió lesiones en un ojo durante una protesta el viernes en el centro de Santiago, confirmó este sábado (12.12.2020) el Ministerio del Interior, sumándose a los más de 460 lesionados oculares que se han registrado desde el inicio del estallido social en octubre pasado.
El hecho ocurrió cuando Ávila registraba con su cámara las protestas que se han hecho habituales los viernes en la capital chilena, momento en el que cae al piso tomándose la cara gritando "¡mi ojo!" mientras fuerzas especiales de la Policía dispersaban a los grupos de manifestantes, según imágenes de vídeos difundidas en redes sociales.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, explicó que el incidente ocurrió cuando el lesionado se encontraba "detrás de una unidad de Carabineros que estaba avanzando, no estaba de frente, y en ese momento esta persona lamentablemente cae al suelo y por supuesto después las evaluaciones finales aparentemente habrían derivado en trauma ocular con la pérdida del ojo".
Ávila, de 30 años, fue trasladado a una clínica de Santiago donde será operado este sábado, confirmó su familia.
De esta forma, Ávila se une a las más de 460 personas que han sufrido lesiones en el ojo, al menos dos de ellas con pérdida total de la vista, producto según denuncias del disparo de perdigones o bombas lacrimógenas de la Policía durante las protestas. "Lamentamos este tipo de hechos profundamente, lo rechazamos profundamente y ya Carabineros está haciendo una investigación acuciosa", afirmó Delgado.
En la protesta del viernes cientos de personas salieron a las calles a pedir la renuncia del presidente Sebastián Piñera y exigir la liberación de quienes han sido detenidos en las protestas del estallido social. Según la Policía, la manifestación del viernes dejó 19 detenidos y una sucursal bancaria incendiada. El jueves, durante otra protesta en el Día Internacional de los Derechos Humanos, se quemaron cuatro autobuses del transporte público.
ama (afp, cnn Chile, cooperativa, el ciudadano)
Chile: la semana en que se desató la furia (octubre de 2019)
Las protestas por el alza del pasaje del Metro se convirtió rápidamente en una expresión de descontento popular que no ha logrado ser controlada, ni siquiera por intermedio de la presencia de militares.
Imagen: picture-alliance/AP Images/E. Felix
Todo partió con la evasión
Las manifestaciones contra el alza en el precio del boleto del Metro comenzaron el 14 de octubre y fueron convocadas por secundarios, que se coordinaron a través de las redes sociales. Cuando los entrevistaban, decían hacerlo por sus padres, que ya gastan mucho dinero en transporte. El llamado era a evadir el pago saltando las barreras en las estaciones del ferrocarril urbano de Santiago.
Imagen: Reuters/C. Vera
Vandalismo y enfrentamientos
La manifestación, originalmente pacífica, fue reprimida por la policía militarizada chilena, lo que generó malestar entre los jóvenes. La consigna "basta de abusos", sin embargo, comenzó a permear otras capas sociales en un país donde la desigualdad no ha podido ser eficientemente combatida en los últimos años. Comenzaron, así, los primeros enfrentamientos con la policía.
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El caos se extiende
Las protestas se extendieron rápidamente por todo Santiago, y al comienzo tímidamente en otras regiones del país. También empezaron los saqueos a supermercados y la destrucción de bienes públicos y privados. Al mismo tiempo, la ciudadanía siguió expresando su malestar por el alto costo de la vida, bajos salarios, pensiones miserables y otros problemas a través de ensordecedores cacerolazos.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Reyes
La destrucción del Metro
Quizás las escenas más desoladoras para los santiaguinos, siempre orgullosos de su Metro, fueron las que mostraban la destrucción de casi un centenar de estaciones del tren urbano, las que fueron incendiadas y vandalizadas por hordas. Algunos ataques parecieron coordinados. A estas alturas, las fuerzas de seguridad se vieron superadas por la acción de inadaptados.
Imagen: AFP/J. Torrest
Militares a la calle
El viernes 18 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó el estado de excepción y ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a las calles para ayudar a restaurar el orden. Pronto los militares, ya a cargo de la seguridad, decretaron toque de queda en la capital y otras ciudades, pues las protestas, pero también los saqueos, se habían extendido a todo el país.
Imagen: picture-alliance/AP Images/AP Photo/E. Felix
Toque de queda y problemas
El toque de queda, una medida constitucional que no se utilizaba desde la dictadura de Augusto Pinochet, generó una serie de dificultades. El aeropuerto de Santiago se vio totalmente colapsado debido a que se suspendieron vuelos porque las tripulaciones no pudieron llegar a trabajar y muchos turistas quedaron varados en el terminal aéreo, sin recibir información ni tener acceso a alimentación.
Imagen: Imago-Images/Aton Chile/D. Yankovic
Medida ineficaz
A pesar del toque de queda y de la cada vez más dura represión, las protestas siguieron su curso, incluso una vez que imperaba la prohibición de salir de los hogares. Las fuerzas de seguridad seguían viendo con impotencia los saqueos, incendios de centros comerciales y siendo muchas veces desbordados por las masivas manifestaciones pacíficas, en las que -de todas formas- actuaban con dureza.
Imagen: imago images/Aton Chile/J. Torres
Numerosas denuncias de abusos
Los desmanes y la represión han dejando una veintena de muertos, casi 200 heridos a bala, más de 5.000 detenidos y daños, solo en el Metro, que superan los 300 millones de dólares. El Instituto de Derechos Humanos denunció que al menos cinco de las muertes fueron obra de la acción desmedida de las fuerzas de seguridad, y en un caso un militar fue detenido por haber disparado contra un ciudadano.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Bernetti
Un paquete de medidas
El martes 22 de octubre en la noche, el presidente Piñera presentó un paquete de medidas con las que pretende calmar la furia ciudadana. Entre ellas está un aumento de la pensión básica y del salario mínimo, la reducción del sueldo de los parlamentarios y la creación de un seguro de salud para enfermedades catastróficas. El paquete surgió tras una reunión con partidos de gobierno y oposición.