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¿Fracasó el modelo alemán?

4 de marzo de 2003

En medio de una pérdida de popularidad alarmante, el gobierno alemán enterró su"Alianza para el empleo". Patronales y sindicatos no logran un acuerdo, rompiendo con el tradicional consenso alemán.

Gerhard Schröder no quiere defraudar a su electorado.Imagen: AP

Las partes se culpan mutuamente: los sindicatos temen que la actual crisis económica sirva de pretexto para el "desmantelamiento" del Estado social. Los empresarios acusan la "rigidez y exigencias desmesuradas" de los trabajadores.

Schröder en apuros

El modelo de consenso en torno a los acuerdos históricos entre las empresas y los trabajadores que hizo posible la famosa "economía social de mercado" alemana, parece ahora tocado de muerte. En medio se encuentra el canciller federal, Gerhard Schröder, quien acaba de sufrir un nuevo y dramático revés en elecciones regionales en el norte del país.

La economía alemana se encuentra prácticamente estancada y no se vislumbra que se destraben sus engranajes. Los expertos temen que la falta de vapor en la "locomotora económica" de Europa tendrá efectos directos sobre sus vecinos europeos.

En Alemania unas 4,5 millones de personas están sin trabajo.Imagen: AP

Las fórmulas de siempre

Desde mitad de la década pasada se registra una pugna en Alemania por lograr un nuevo acuerdo entre aptronales y sindicatos para combatir el desempleo, que actualmente alcanza una nueva marca récord con 4,5 millones de personas.

Las propuestas son conocidas por todos y giran en torno a liberalizar el mercado laboral para facilitar el despido y ampliar los horarios de trabajo. Se trata de que ambas partes"rompan con esquemas e ideologías que han caducado", exigen quienes abogan por soluciones consideradas pragmáticas. De poco sirve pedir a ciegas "más acción" del gobierno, como lo hace la industria alemana. La exigencia de nuevos programas de inversión pública formulada por los respresentantes de los trabajadores también parece poco realista. Simplemente no hay dinero en las arcas públicas.

Margen de acción restringido

"Nuestra tarea es definir los intereses del bien común, a partir de las diferentes posturas", dice Gerhard Schröder. Para el cancilller se trata de frenar la sangría de votos, causando el menor descontento posible entre la población.

Una tarea difícil en un entorno caracterizado por el virtual"colapso de los sistemas de seguridad social", como opinan cada vez más analistas. Evidentemente, Schröder por si solo no puede hacer mucho. El reto es la definición de metas que todos puedan compartir, fiel a la idea de que el funcionamiento de las sociedades no se puede dictar desde arriba. Esta hubiera sido la meta implícita de la "Alianza para el empleo". Los críticos dudan por lo tanto que los responsables –políticos, patronales y sindicatos- realmente estén representando los intereses de la mayoría, ni hablar de los desmpleados.