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Sociedad

Francia:“caso Mila” aviva debate sobre libertad de expresión

1 de febrero de 2020

Mila, una joven de 16 años, no puede acudir a la escuela por las amenazas que recibe tras criticar al islam. El país debate encendidamente sobre la libertad de expresión y el derecho a criticar las religiones.

Protesta contra la islamofobia el pasado 10 de noviembre en París: "Dejen que los musulmanes vivan su fe", reza el cartel. Imagen: Getty Images/AFP/G. van der Hasselt

Insultos en las redes sociales, una lluvia de reacciones políticas y el abandono forzado de la escuela por motivos de seguridad. El caso de Mila, una adolescente amenazada de muerte por criticar al islam, ha reabierto en Francia el debate sobre los límites de la libertad de expresión. Como muchas jóvenes de su edad, Mila, de 16 años, pasa mucho tiempo en las redes sociales. En Instagram, comparte diariamente su vida diaria, su pasión por el canto y habla sin tabúes sobre su homosexualidad.

Un sábado por la tarde, esta joven de la región de Lyon publica un video en el que habla en directo con sus seguidores sobre sus preferencias. "Las árabes no son mi estilo", dice, sin tapujos. Sin imaginar las consecuencias políticas y judiciales que tendría, publica entonces un video en el que dice "aborrecer la religión" y critica con virulencia al islam, una religión en la que afirma "solo hay odio". "El tema comenzó a descarrilarse hacia la religión, así que dije lo que pensaba", contó al diario Libération la adolescente, que lleva el cabello pintado de violeta, tiene ojos azules y un piercing en la nariz. El video se vuelve rápidamente viral y comienza a ser objeto de una lluvia de insultos y amenazas de muerte --"hasta 200 mensajes de odio por minuto", según contó--, pero también de apoyos. Aparece entonces en las redes sociales el hashtag #JesuisMila y #JenesuispasMila (#SoyMila y #NoSoyMila), para representar a dos formas de pensar enfrentadas. 

Encendido debate

Las amenazas contra la joven cobraron tal magnitud que, desde hace 10 días, la adolescente no ha podido regresar a su escuela por razones de seguridad. Además, las autoridades judiciales abrieron dos investigaciones: una por "amenazas de muerte" y otra, contra la joven, por "incitación al odio debido a la pertenencia a una religión", que días después fue archivada, en medio de una oleada de críticas. El caso derivó también en un debate sobre la libertad de expresión y sus límites. 

El delegado general del Consejo francés del culto musulmán, Abdallah Zekri, condenó las declaraciones de muerte contra de la chica, pero añadió que "quien siembra vientos recoge tempestades". La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, brindó un apoyo inequívoco a la adolescente. Aunque "ciertamente hizo declaraciones que pueden ser consideradas vulgares, no se puede aceptar que por eso algunos la condenen a muerte, en Francia, en el siglo XXI", dijo Le Pen en Twitter. Además, unas declaraciones de la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, que equiparó la crítica a las religiones con "un ataque a la libertad de conciencia", antes de dar marcha atrás alegando un malentendido, terminaron echando más leña al fuego del debate.

Riesgo de autocensura

"Este caso plantea un debate sobre hasta dónde va la libertad de expresión en Francia y la tolerancia", dijo a la agencia de noticias AFP Denis Lacorne, director de investigación en el Centro de Investigación Internacional (CERI) de Sciences Po y autor del libro "Les frontières de la tolérance". "La jurisprudencia francesa en materia de libertad de expresión es única porque plantea una distinción fundamental entre las creencias y los creyentes. Es decir, se puede insultar a las religiones, sin ningún límite, pero no se puede insultar a una persona o grupo de personas por sus creencias religiosas", explica.

Uno de los casos más conocidos, señaló el académico, es el caso de Charlie Hebdo. "El semanario satírico fue absuelto por los tribunales cuando publicó sus famosas caricaturas contra el profeta Mahoma porque Charlie se burlaba de la religión y de sus símbolos pero no de los musulmanes", recuerda. Lo que es inquietante en Francia, según Lacorne, es el riesgo de "autocensura". "Por ejemplo, nadie se atreve a representar la tragedia de Voltaire 'El fanatismo o Mahoma el profeta', porque es considerada insultante hacia las religiones, pero olvidamos que Voltaire insultó a todas las religiones". MS (afp)

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