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Francia: medidas antiprotestas subirán déficit a 3,2 %

17 de diciembre de 2018

El primer ministro francés, Édouard Philippe, reconoció que habrá "un ligero aumento del déficit" respecto al 2,8 % que se había previsto, antes del incremento del gasto público forzado por el movimiento de protesta.

El Gobierno francés lidia con las consecuencias de sus medidas de ajuste, ante el reclamo del movimiento de protesta de los "chalecos amarillos".
El Gobierno francés lidia con las consecuencias de sus medidas de ajuste, ante el reclamo del movimiento de protesta de los "chalecos amarillos".Imagen: Getty Images/AFP/Z. Abdelkafi

Las medidas en favor del poder adquisitivo, para calmar las protestas de los "chalecos amarillos", tendrán un costo de 10.000 millones de euros para las arcas públicas francesas en 2019 y acarrearán una subida del déficit público al 3,2 % del Producto Interior Bruto (PIB).

Así lo reconoció el primer ministro francés, Édouard Philippe, quien aseguró, en una entrevista con "Les Echos", que pese a todo su objetivo sigue siendo "cumplir al máximo nuestros compromisos" sobre las cuentas públicas.

Philippe, que habló de "un ligero aumento del déficit" respecto al 2,8 % que se había previsto antes de las medidas, insistió en que los números rojos de las cuentas públicas se podrán contener gracias a esfuerzos de disminución del gasto y de suspensión de recortes de impuestos a las empresas, que en conjunto cifró en unos 4.000 millones de euros.

Primer ministro francés, Édouard Philippe: pese a todo, el objetivo sigue siendo "cumplir al máximo nuestros compromisos" sobre las cuentas públicas.Imagen: picture-alliance/dpa/F. Dugit

Entre estos esfuerzos figura la puesta en marcha de un impuesto sobre los gigantes de Internet, desde el año próximo, "en espera de la tasa europea que ha sido objeto de un acuerdo reciente". El Gobierno francés espera recaudar, con ese nuevo impuesto, unos 500 millones de euros el año próximo.

El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el pasado día 10 cuatro gestos para aumentar el poder adquisitivo de asalariados y pensionistas con ingresos bajos y medios. El más destacado es un aumento de 100 euros en la remuneración de las personas que ganan en torno al salario mínimo, sin que eso cueste ni un solo euro suplementario a las empresas.

El primer ministro precisó que eso se conseguirá con "un alza masiva" de la llamada "prima de actividad, una prestación para incitar a personas con bajos sueldos a seguir trabajando en lugar de vivir de subsidios. Philippe explicó que se había optado por esa opción, en lugar de una rebaja de las cotizaciones, y que se beneficiarán 5 millones de personas.

rml (efe, afp)

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