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Francia: otro dolor de cabeza para Europa

Johanna Schmeller /ERS18 de noviembre de 2013

La economía francesa no marcha bien. La industria, el mercado laboral y el sistema social adolecen de males crónicos, pero no incurables.

Imagen: AFP/Getty Images

La agencia de rating Standard & Poor's rebajó recientemente la nota de Francia por segunda vez. Hace ya un año el país había perdido la máxima calificación. En el nuevo reporte, Standard & Poor's indica que las reformas ya emprendidas con suma probabilidad no podrán contribuir a estabilizar a mediano plazo la economía francesa.

Múltiples problemas

¿Significa esto que en Francia podría ocurrir algo similar a lo sucedido en España? Tal suposición sería exagerada, a juicio de Henrik Uterwedde, del Instituto Germano-Francés. “No en vano, Francia tienen la quinta economía más fuerte del mundo y la segunda de Europa”, explica el economista. Pero no por ello deja de manifestar su preocupación, apuntando que “a la economía francesa le va mal”.

La industria se ve atenazada por los competidores internacionales, el desempleo juvenil es más alto que nunca, el sistema social está llegando a sus límites y las reformas se retrasan. “El gobierno enfrenta un cúmulo de problemas, y eso hace tan difícil actuar en forma rápida y convincente”, señala Uterwedde a DW.

Deuda estatal

“Por una parte, la agencia califica de insuficientes los esfuerzos reformistas emprendidos hace un año”, opina Frédéric Schaeffer, redactor de la publicación económica francesa Les Echos. Y agrega que “por otra parte, castiga el alto déficit fiscal” que, con un 53 por ciento del PIB, “es uno de los más altos de Europa”.

Francia ha sobrepasado varias veces el límite del tres por ciento anual impuesto en el tratado de Maastricht al nuevo endeudamiento. Este año llegará al 4 por ciento. Hasta ahora, el déficit se había contrarrestado por la vía de aumentar los impuestos. A partir de 2015 también habrá de reducirse el gasto público, de manera de cumplir lo pactado en Maastricht. Pero eso es lo que S&P pone en duda con vehemencia: la agencia considera “improbable” que el gobierno logre reducir el déficit fiscal.

Industria debilitada

También la escasa competitividad de las empresas inhibe el rendimiento económico. Uterwedde describe el círculo vicioso que se produce: mientras las empresas ganen poco, no podrán invertir mucho en investigación y tecnología para lanzar innovaciones al mercado.

Empleados de la industria automotriz protestan contra la reforma del sistema de jubilación.Imagen: Reuters

Además, los altos costos laborales indirectos (adicionales a los salarios) resultan casi insostenibles para las empresas. El especialista indica que el sistema social francés tiene un déficit acumulado de 25 mil millones de euros. Sin embargo, recortar prestaciones implicaría reducir también el poder adquisitivo de los afectados. Y justamente el consumo tiene un papel importante para la estabilización de la coyuntura interna gala.

La paciencia de la población ya está agotada. Las últimas manifestaciones realizadas en Bretaña contra alzas tributarias demuestran que los franceses ya están hartos de que suban los impuestos, indica S&P. Pero el Estado está demasiado endeudado como para inyectar más recursos al debilitado sistema social.

Mercado laboral anquilosado

La tasa de desempleo se eleva en Francia casi al 11 por ciento. Standard & Poor's calcula que se mantendrá por sobre el 10 por ciento hasta 2016. “La desocupación juvenil es incluso dos veces mayor”, indica Frédéric Schaeffer. “En este punto se concentra la mayoría de las medidas políticas adoptadas. Desde el verano se registran retrocesos en el desempleo juvenil pero las reformas son muy caras y habrá que ver si son sostenibles”, apunta, explicando que las empresas solo volverán a contratar gente a largo plazo cuando la economía se reactive.

Un alto desempleo juvenil aflige a Francia.Imagen: imago/ecomedia/robert fishman

También Henrik Uterwedde se queja del “anquilosado mercado laboral”. No obstante, califica las primeras reformas de “hitos en la historia francesa”, ya que empresarios y trabajadores fueron involucrados por primera vez en el proceso legislativo. “Si Hollande continua por este camino y añade dos o tres reformas más –por ejemplo en lo tocante al seguro social-, Francia podría afirmarse”, vaticina cautelosamente. Además, considera interesante que los mercados apenas hayan reaccionado a la rebaja de calificación: Francia sigue consiguiendo dinero a intereses relativamente bajos, aunque sea solo porque “en Europa no hay otros bonos considerados seguros, aparte de los alemanes”.

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