La prensa europea reaccionó con indignación a los atentados, calificados como un acto de “guerra en medio de París“. Se multiplican también en los editoriales los llamados a hacer frente al terrorismo con unidad.
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Le Figaro, de la capital francesa, apunta: “Todos los expertos antiterrorismo esperaban un atentado de grandes dimensiones en Francia. Las tropas de asalto se han preparado desde hace tiempo para ataques de este tipo contra diferentes blancos“. Le Parisien, por su parte, escribe: “Rabia y repudio: eso es lo que uno siente ante los asesinatos que los terroristas perpetraron en París con su habitual cobardía. En nombre de los mártires del viernes 13, de las víctimas inocentes, y en nombre de la República, Francia permanecerá unida y hará frente al terrorismo“.
Política exterior
El rotativo de izquierda liberal parisino Liberation opina: “La barbarie terrorista ha adquirido una dimensión histórica. (…) Ni siquiera en los peores enfrentamientos de los tiempos de la guerra de Argelia vivió Francia semejante estallido de violencia. Los terroristas apuntan contra la política y el papel internacional de Francia, mediante una brutalidad desatada, que pretende aterrorizar a todo un pueblo“.
El periódico holandés NRC Handelsblad, hace notar: “Pese a que casi todos los expertos en terrorismo atribuían un extremo riesgo de atentados a la combinación de la presencia de yihadistas en el país con una política exterior de intervenciones militares en África y el Medio Oriente, el gobierno francés no ha cedido hasta el momento“.
En Zúrich, Suiza, el periódico Neue Zürcher Zeitung, señala: “La capital francesa se convirtió el viernes por la noche en escenario de guerra. Todos los indicios apuntan a que se trató que una operación minuciosamente concertada“.
Advertencia traumática
The Guardian, de Londres, comenta: “En Francia, los musulmanes deben tener más temor de ser echados en un mismo saco con fanáticos y terroristas. Grupos de extrema derecha podrían azuzar más odio. Para el gobierno francés, la principal tarea consistirá en promover la calma y evitar la división y el desgarro social que los responsables de este último ataque sin duda quería provocar. Para los demás, en el resto de Europa, estos atentados podrían ser una advertencia brutal y traumática de que aún vivimos en la era que comenzó con los atentados del 11 de septiembre (en Nueva York)“.
The Independent, también de la capital británica, comenta: “Con los atentados de París, el terror regresó a la capital francesa apenas 10 meses después del ataque contra la revista satírica Charlie Hebdo, que dejó 17 muertos. En esa ocasión, los autores se identificaron como miembros del grupo terrorista Al Qaeda de Yemen. (…) Si ahora se comprueba que el EI está tras estos atentados, cabe esperar que eso tenga dramáticas consecuencias para la seguridad en Europa y más allá“.
Así se vive bajo el dominio del Estado Islámico
Raqqa y otras ciudades están bajo el control de la milicia islamista. Allí imponen su régimen de terror.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
La bandera del terror
Allá, al fondo, se ve la bandera del terror. El Estado Islámico domina un tercio del territorio de Siria. En ese tercio, justo en el límite con Turquía, se encuentra Tel Abyad, que forma una sola ciudad junto a la localidad turca de Akcakale. Activistas aseguran que desde que el EI controla Tel Abyad, la frontera se encuentra cerrada.
Imagen: Reuters
Raqqa, la capital del EI
En Raqqa impera el negro: los edificios públicos tienen la bandera del EI, que es de ese color. Hasta los pasaportes emitidos por la guerrilla son oscuros. Las mujeres no pueden salir solas a la calle y siempre deben ir cubiertas por completo con vestimentas... negras. En los antiguos edificios públicos ahora operan los "ministerios" del EI.
Imagen: Reuters
Rezar o morir
Todos los días se hace un llamado a realizar plegarias. Entonces, los comerciantes deben cerrar sus tiendas y las personas deben salir de sus casas para ir a las mezquitas. De lo contrario, podrían ser detenidos y eso, bajo el dominio del EI, puede significar derechamente la muerte.
Imagen: Reuters
Todo es de Alá, todo es del EI
Pese a la aparente normalidad que podría deducirse al observar estas fotografías, la realidad es bien distinta. Los más jóvenes deben entrenarse en campos militares del EI, los comerciantes deben pagarles un tributo y si los combatientes quieren, pueden llegar a una casa, desalojarla y hacerla propia... Ellos dicen que todo es de Alá, entonces todo es de ellos.
Imagen: Reuters
Jugando con la guerra
Los niños de la foto cargan restos de basura y de un avión de la Fuerza Aérea de Siria abatido en las afueras de Raqqa el pasado 16 de septiembre. Fue la primera vez que los milicianos, usando armas antiaéreas, derribaron a una aeronave de las fuerzas de Bashar al Assad.
Imagen: Reuters
Beneficios para los combatientes
En las localidades controladas por el EI no se puede fumar, escuchar música ni vestir de forma poco recatada. CNN mostraba cómo un hombre increpaba a una mujer en Raqqa, porque podía ver sus facciones a través de su burka. Los combatientes, en cambio, disfrutan de privilegios: cobran un salario, pueden visitar bares y portar armas, imponiendo el terror. "Son una mafia", dice un residente.
Imagen: Reuters
Exhibición de músculo militar
En todas las ciudades conquistadas, los combatientes del EI realizan paradas militares para exhibir su músculo guerrero. Ahí abundan los fusiles de asalto y armas cortas, pero también se les ha visto vanagloriarse de tanques capturados a los Ejércitos de Siria e Irak, así como vehículos blindados e incluso misiles Scud robados de los arsenales iraquíes, país donde incluso han atacado usando cloro.