Apuntalada por un informe de 200 páginas, una comisión de 32 diputados ha presentado hoy (26.01.10) ante la Asamblea Nacional francesa su decisión. Tras seis meses de trabajo, los funcionarios concluyen que elaborar una "resolución parlamentaria" sobre el uso del burka, el velo integral islámico, en la que se incluiría la prohibición de portarlo en todos los lugares y transportes públicos, sería lo correcto.

El presidente de la comisión parlamentaria, el diputado André Gérin, ya avanzó la semana pasada el contenido del documento hecho público hoy: “La cuestión no es castigar a estas mujeres, sino rechazar el fundamentalismo y a los gurús que degeneran a la comunidad musulmana y al islam en Francia. Eso es un trabajo muy delicado”, explicó Gérin.

Contra los valores de la república francesa

Según el semanario francés Le point, el uso del velo integral atenta contra los valores de la república francesa.

También el jefe del Estado, Nicolás Sarkozy, se ha mostrado a favor de la prohibición del burka. “Francia es un país en el que la mujer es libre, donde las creencias de cada uno son respetadas. Por eso, el burka no es bienvenido en este país. Aquí no hay lugar para el sometimiento de la mujer, bajo ningún pretexto, condición o circunstancia", sentenció Sarkozy.

Un proceso de “adaptación”

Los diputados pretenden que, en primer lugar, las mujeres que llevan el burka dispongan de un proceso de adaptación de seis meses en el que puedan ser convencidas de la no necesidad de cubrirse con este manto. Después, deberá aprobarse una ley con la que el uso del burka pase a estar prohibido tanto en edificios públicos como en autobuses y trenes.

En la comisión, los representantes de la comunidad musulmana han defendido al unísono que el burka no debe ser proscrito para las creyentes. Fuera del Parlamento, la comunidad islámica ha valorado el debate sobre el velo como una campaña contra los musulmanes franceses. Y eso es, según Dounia Bouzar, antropóloga y autora de un libro sobre el burka, lo más peligroso de la cuestión.

“Este enfoque sería bueno si con él no se fortaleciera a las agrupaciones fundamentalistas que cuentan a los jóvenes que en Francia hay una conspiración y que aquí no se puede ser musulman”, dijo la antropóloga.

Entre 400 y 2000 mujeres afectadas

Según estimaciones, sólo entre 400 y 2000 mujeres llevan burka en Francia y ése será, por lo tanto, el número aproximado de afectadas por la resolución. Es el caso de por ejemplo Kenza, madre de cuatro hijos, que porta el velo desde hace 10 años. “Con o sin ley, aunque lo prohíban, voy a seguir llevando el velo en los lugares públicos. Es mi derecho a la libertad y la expresión”, sentencia.

La decisión final del Gobierno francés sobre la prohibición del velo integral islámico será tomada tras las elecciones regionales del próximo marzo.

Autor: Johannes Duchrow / Ana Sánchez Granado

Editora: Luna Bolívar Manaut