Los atentados fueron reivindiados por el autoproclamado Estado Islámico (EI).

Antes de guardar un minuto de silencio, el presidente francés, Emmanuel Macron, depositó una corona de flores ante una placa conmemorativa en el Estadio de Francia, en Saint Denis, junto al alcalde de ese barrio a las afueras de París, Laurent Russier. 

Allí fue donde comenzaron los ataques: tres terroristas se hicieron volar por los aires a las afueras del estadio al no conseguir acceder cuando las selecciones de Francia y Alemania disputaban un partido amistoso. La única víctima mortal fue el conductor de un autobús que había trasladado a los fans al partido.

Macron acudió después al resto de escenarios. En el distrito 10, donde los terroristas dispararon contra los clientes en terrazas de de bares y restaurantes y entraron en la discoteca "Bataclan" -donde mataron a casi 90 personas-, Macron y la alcaldesa de parís, Anne Hidalgo, repitieron la ceremonia, depositando una corona, leyendo los nombres de las víctimas y guardando un minuto de silencio.

También acudió François Hollande, que presidía el país en ese momento, así como Brigitte, la esposa de Macron, y otros funcionarios de alto rango. Las ceremonias están siendo sobrias y sencillas, en línea con los deseos de las familias de las víctimas. Los atentados del 13 de noviembre de 2015 fueron los más graves en una serie de ataques islamistas que han azotado el país y costado la vida a más de 230 personas en Francia desde enero de 2015. (dpa)