Francia se suma a lucha contra el EI
14 de septiembre de 2014 El presidente francés, François Hollande, se muestra especialmente decidido cuando se trata de luchar contra el Estado Islámico (EI). El mandatario viajó a Erbil y a Bagdad, aprobó el envío de armas a los kurdos de Irak y está dispuesto a ofrecer más ayuda al gobierno iraquí para combatir a la organización. Por ese motivo, ha organizado una Conferencia internacional en París, en la que participarán, entre otros, el presidente de Irak, Fuad Masum, y el ministro de Defensa alemán, Frank-Walter Steinmeier.
Este fin de semana, la lucha contra los extremistas sunitas adquirió un carácter de urgencia para muchos países. La decapitación del cooperante británico David Haines, difundida nuevamente en video por EI, ha vuelto a horrorizar al mundo. David Cameron describió este hecho como "un acto de extrema maldad". Obama expresó su decisión de acabar con los terroristas gracias al trabajo conjunto de la coalición que EE.UU. está terminando de consolidar. El ministro de Exteriores alemán, Steinmeier, calificó el asesinato de Haines como "un aberrante acto de barbarie, que sobrepasa los límites de la civilización".
Coalición contra el EI
La decapitación de Haines, la tercera difundida en video en tan solo unas semanas, somete a especial presión a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, pues las víctimas procedían de estos dos países. Hollande ha mostrado su disposición a formar parte de la coalición internacional contra los extremistas sunitas. La política francesa en Cercano Oriente no siempre ha estado en sintonía con la estadounidense. Cuando en el año 2003 el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, buscó ayuda para su operación militar en Irak, el gobierno francés se negó a ofrecérsela. Pero en esta ocasión, la reacción de Hollande ha sido muy diligente. El presidente francés insiste en una estrategia a largo plazo en Irak y exige acciones coordinadas contra el Estado Islámico.
Al parecer, Hollande también estaría considerando la posibilidad de tomar parte en los ataques aéreos de EE.UU. en Irak. Según el Pentágono, desde el pasado 8 de agosto, las Fuerzas Aéreas estadounidenses han llevado a cabo más de 150 acciones en aquel país. Obama había ordenado previamente estos "ataques selectivos" para proteger a los militares estadounidenses y a las minorías amenazadas en la región, después de que el gobierno de Irak le pidiera ayuda dos años y medio después de declarar el fin de la guerra en aquel país.
Aliados en Oriente y Occidente
También 10 países árabes han ofrecido a Obama su apoyo para luchar contra EI. Entre ellos se encuentran, además del propio Irak, Arabia Saudita, Baréin, Egipto, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar y los Emiratos Arabes Unidos, que han prometido, entre otras cosas, obstaculizar las fuentes de financiación de los terroristas y tratar de frenar la afluencia de combatientes extranjeros. Turquía se muestra cautelosa al respecto. Estado Islámico secuestró el pasado mes de junio a 49 ciudadanos turcos, que aún siguen en manos de los extremistas. Sin embargo, se acusa al país de ser lugar de tránsito para yihadistas extranjeros. Ankara lo niega.
En París se reunirán entre 15 y 20 países para tratar, entre otras cosas, sobre cómo coordinar la información secreta aportada por cada uno de ellos. Además, se debatirán las posibles consecuencias de la lucha contra Estado Islámico en Siria. Debilitar a los extremistas podría suponer reforzar la posición del presidente sirio, Bashar Al Assad. Esto no interesa a la mayoría de los países que se han aliado contra los extremistas. Pero, para Francia, el mayor problema es cómo combatir a los radicales. Tras la caída de Gaddafi en Libia, el país africano parece haberse convertido en un avispero de yihadistas. Desde allí hasta el Magreb se distribuyen armas y consignas que podrían desestabilizar países como Argelia. Esto tendría consecuencias directas e inmediatas sobre Francia, por lo que el asunto urge al presidente Hollande.