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PolíticaFrancia

Francia tiene que apretarse el cinturón, pero ¿cómo?

4 de octubre de 2024

El déficit presupuestario de Francia es incluso mayor de lo esperado este año. El país está bajo presión, incluso de la UE, para tapar dicho agujero. El gobierno actual no lo tendrá fácil.

Ministerio de Economía y Finanzas de Francia.
Ministerio de Economía y Finanzas de Francia, también llamado "Bercy" por el distrito de París.Imagen: BERTRAND GUAY/AFP via Getty Images

El déficit presupuestario de Francia es el elefante en el Eliseo: todo el mundo sabe que es grande, pero nadie quería hablar sobre él durante meses. El tiempo que el presidente Emmanuel Macron tardó en considerar a quién nombraría primer ministro, tras las elecciones parlamentarias anticipadas.

El recién nombrado primer ministro, Michel Barnier, no cumplió con el plazo tradicional del 1 de octubre para presentar el presupuesto para 2025 al Parlamento. "Hay una espada de Damocles colgando sobre nosotros; podría llevarnos al borde del abismo", dijo Barnier en su discurso inaugural ante la Asamblea Nacional esta semana.

Procedimiento de déficit excesivo de la UE

La Unión Europea (UE) abrió este año un procedimiento extraordinario por déficit excesivo contra Francia. El gobierno debe presentar a Bruselas una estrategia sobre cómo quiere reducir el déficit presupuestario. Los vientos políticos en contra ondean con fuerza.

Este año el déficit superará el seis por ciento del rendimiento económico, es decir, el doble de lo que permiten las normas para la estabilidad del euro. En total, la montaña de deuda de Francia asciende ahora a unos 3.200 millones de euros, alrededor del 110 por ciento del producto interno bruto del país; sólo está permitido el 60 por ciento.

Según Michel Ruimy, profesor de economía de la Universidad Sciences Po de París, esto se debe sobre todo a dos factores: "el apoyo económico a familias y empresas durante la pandemia de coronavirus” y "también el uso de subsidios para mantener los precios de la electricidad artificialmente bajos, después de que se dispararan a partir de febrero de 2022, como resultado de la guerra de Rusia contra Ucrania”.

Según Henri Sterdyniak, cofundador del colectivo de izquierda "Economistas Devastados”, el gobierno "redujo los impuestos, sobre todo, a empresas, pero también a hogares, en más de 60 mil millones de euros y dijo que esto podría financiarse mediante un mayor crecimiento e ingresos adicionales. Pero el gobierno claramente sobrestimó el crecimiento".

Menos gasto, mayores impuestos

El primer ministro Barnier tiene previsto presentar un plan al Parlamento el 10 de octubre para reducir el déficit al cinco por ciento en 2025 y al tres por ciento, hasta 2029; dos tercios de estos ahorros se lograrían mediante recortes del gasto.

Al mismo tiempo, hay impuestos más altos para los ricos, las empresas con beneficios extraordinarios y las plusvalías. Quiere cerrar las lagunas fiscales, por ejemplo, sobre determinados ingresos por alquiler. Para el economista Ruimy, este es el enfoque correcto. "Es más seguro recortar gastos, por ejemplo, las subvenciones a la formación, como anunció Barnier", opina.

Pero Anne-Sophie Alsif, economista jefa de la consultora de gestión BDO, con sede en París, lo ve de otra manera: "En Francia, el consumo privado es el motor del crecimiento, y el 60 por ciento del gasto público va a los hogares, que vuelven a gastar este dinero".

El nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, en la Asamblea Nacional.Imagen: Alain Jocard/AFP/Getty Images

El gobierno debe aprobar el presupuesto en el Parlamento

Eric Heyer, economista del grupo de expertos de izquierda OFCE, con sede en París, añade que cuando el gasto público cae, el sector privado no necesariamente llena ese vacío.

"Desde que el gobierno subvencionó los programas de formación, el número de alumnos ha aumentado de 350.000 a un millón al año", explica a DW. "Pero las empresas nos dicen que sin estas subvenciones ya no contratarían a tantos aprendices", explicó.

La Asamblea Nacional tiene que aprobar los planes presupuestarios, pero el gobierno no tiene mayoría. Por eso, el primer ministro probablemente vinculará la votación sobre el presupuesto al párrafo 49.3 de la Constitución francesa, que permite al gobierno aprobar leyes incluso sin una mayoría. La oposición sólo puede detener la ley mediante una moción de censura.

El economista Ruimy de Science Po no cree que el proyecto de presupuesto vaya a ser especialmente ambicioso, debido a la moción de censura anunciada. "Cada propuesta enfurece a uno de los bandos políticos”, afirma. "Si los políticos olvidaran sus egos y pensaran en el bien del país, podría haber un presupuesto creíble, pero eso es poco probable".

¿Qué tan sólido será el presupuesto?

Jeromin Zettelmeyer, director del grupo de expertos Bruegel de Bruselas, que trabajó en el pasado para el Fondo Monetario Internacional, es más optimista: "Una moción de censura contra el gobierno sólo tiene posibilidades si se suma el partido de derecha Agrupación Nacional (RN), lo que no parece probable".

Según Heyer, del grupo de expertos OFCE, Francia no tiene actualmente una buena imagen entre los inversores. "Nadie entiende por qué la previsión de déficit presupuestario ha aumentado del 4,4 por ciento a más del seis por ciento, a pesar de que el crecimiento y la inflación son los esperados", afirma.

(rmr/ers)

 

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