La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, calificaron los resultados de su encuentro como una muestra de la capacidad de diálogo entre París y Berlín y de la vigencia del eje franco-germano. En el marco de la llamada novena reunión del consejo ministerial en la localidad bávara de Straubing, Merkel y Sarkozy mostraron unidad contradiciendo los rumores que divulgaba la prensa francesa y alemana sobre viejas animosidades entre ambos lados del Rin y una supuesta rivalidad por el liderazgo en Europa.

“Apoyamos la meta común de reducir las emisiones de dióxido de carbono en nuevos vehículos en 120 gramos a partir del 2012”, dijo Merkel. La canciller dijo que se trabajará en un objetivo de largo plazo en el que la reducción de emisiones oscilará entre 95 y 110 gramos. Las futuras normas europeas de reducción de emisiones enfrentaban desde hace meses a París y Berlín por los intereses de su industria automotriz. Los alemanes presionaban para poder seguir fabricando automóviles de lujo con alto consumo de gasolina y emisiones y temían que la propuesta de la Comisión Europea, favorecería a los fabricantes de automóviles medianos y pequeños, producidos por franceses e italianos.

Los detalles se trabajarán en la marcha

“Aunque los detalles todavía no están claros, el acuerdo en principio es un avance enorme”, dijo Merkel, que añadió que con éste están marcadas las claves de un debate constructivo en el marco de la presidencia de Francia de la UE. En el marco del encuentro, Merkel y Sarkozy rechazaron aplicar la propuesta de la Comisión Europea a todas las ramas de producción antes del 2012, porque perjudicaría a los fabricantes germanos.

Francia, que asumirá la presidencia de la UE dentro de tres semanas quiere imponer reglas vinculantes para los 27 Estados miembro en el marco de un ambicioso programa de protección medioambiental. En las consultas bilaterales participaron además de Merkel y Sarkozy sus respectivos ministros del Exterior, Defensa, Economía y Medioambiente. Merkel aseguró a Sarkozy todo el apoyo de Alemania y la más estrecha cooperación durante su presidencia europea, sobre todo en materia de política de seguridad y defensa común.

Acabar con las disputas

“No sólo somos amigos y aliados, sino que también tenemos una responsabilidad común de servicio a Europa”, subrayó Sarkozy. El presidente galo enfatizó el interés de Francia en trabajar con Alemania en el desarrollo de plantas atómicas de la última generación. “Dada la explosión de los hidrocarburos la energía atómica es la solución del futuro”, dijo Sarkozy. Merkel por su parte, reiteró el compromiso de Alemania de desmantelar entre 2001 y 2030 las 19 plantas nucleares existentes en el país, según lo pactado por su antecesor Gerhard Schröder, no sin calificar esa decisión de “poco inteligente”.

El peridódico francés Le Monde aseguró que detrás de los gestos de amabilidad entre Merkel s Sarkozy hay desconfianza y una muda rivalidad por el liderazgo en Europa. “Sarkozy hizo el favor a Merkel al consentir que fuera la localidad de Straubing el lugar del encuentro, pues así ayuda a la aliada del partido de Merkel, la Unión Social Cristiana, que pierde apoyos de cara a las próximas elecciones en Baviera en el mes de septiembre. “A nivel personal no hay nada, sin embargo, hablan entre sí aunque no se amen”, afirma el diario.