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Francia y el espionaje de la NSA: “C’est la vie”.

Spencer Kimball (ER/EL)25 de junio de 2015

Revuelo provocó la revelación de que la NSA espió a tres presidentes franceses. Pero Reginald Dale,quien fuera corresponsal de diarios estadounidenses en París, piensa que buena parte de la indignación no es auténtica.

Imagen: picture-alliance/Xinhua/Z. Jun

DW: París citó al embajador estadounidense debido a las informaciones de que las conversaciones de tres presidentes franceses habían sido interceptadas por el servicio de inteligencia norteamericano. En 2013, el semanario Der Spiegel informó que el teléfono celular de la canciller Angela Merkel había sido “pinchado”. ¿En qué difieren las reacciones de Francia y Alemania?

Reginald Dale: Yo diría que la reacción francesa es básicamente cínica e hipócrita, mientras los alemanes tienden a ser neuróticos y angustiados. Es una reacción cultural completamente diferente.

¿Por qué considera cínica e hipócrita la reacción francesa?

Es una reacción cínica en el sentido de que los franceses saben que su país lleva a cabo mucho espionaje. Piensan que debe hacerlo. Entienden que en el mundo en que vivimos hoy los estadounidenses espíen. En cuanto al aspecto hipócrita: los franceses son conocidos como líderes europeos en materia de espionaje industrial, sobre todo contra Estados Unidos. Hay muchos ejemplos de obtención de informaciones, secretos de la defensa estadounidense, en especial de la industria aeroespacial.

¿Y por qué califica la reacción alemana de neurótica?

De parte alemana hay una profunda neurosis por razones históricas, debido a las actividades de la Gestapo y luego de la STASI, en la República Democrática Alemana (RDA). Siempre se ha dicho que los alemanes tienen un temor neurótico a todo tipo de fisgoneo, especialmente de individuos, y ese el motivo de semejante reacción.

Obama promete que la NSA no seguirá espiando a Hollande y Merkel.Imagen: picture-alliance/dpa

Creo que los alemanes, a diferencia de los franceses, ven en esto una especie de traición. Se han pasado todo este tiempo desde el término de la II Guerra Mundial rehabilitándose para ser una nación modelo en el escenario internacional, desean la aprobación de todos y, particularmente, la amistad estadounidense. Creen que se han ganado esa aprobación y esa amistad y, al descubrir que han sido espiados, lo sienten como una traición, como un golpe por la espalda.

¿Qué revelan las reacciones de Francia y Alemania en cuanto a sus relaciones con Washington?

Francia es una nación orgullosa. Los franceses sienten que tienen que mostrar algún tipo de indignación. Pero también son realistas. Tienen una larga historia de espionaje y siempre han tenido muy buenos servicios de inteligencia. No creo que cosas como estas los sorprendan mucho. “C'est la vie”.

Es cierto que a los alemanes les afligiría más que a los franceses una disputa pública con Estados Unidos… Francia cultiva la imagen de una nación independiente, que no depende de Washington ni de nadie.

Según se informó, el presidente Obama prometió poner fin a la vigilancia de líderes franceses. ¿Hay que tomar en serio esas promesas?

Las palabras fueron las mismas que se pronunciaron después de las revelaciones sobre el teléfono celular de Merkel. Obviamente, Hollande tiene que exigir en público alguna suerte de disculpa, y Obama siente que tiene que mostrar cierta contrición, volver a asegurarle a Francia que puede confiar en Estados Unidos y viceversa, que ambos son grandes y estrechos aliados, y que lo seguirán siendo en el futuro. Y gran parte de todo esto es show.

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