1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Francisco Medina, de galán latino a "coach" de liderazgo

Natalia Messer
22 de enero de 2024

El actor chileno-alemán Francisco Medina saltó a la fama en la serie de televisión “Alles was zählt”. Hoy, parte de su tiempo lo dedica al "coaching" de liderazgo y desarrollo personal.

Francisco Medina durante una clase como "coach" de liderazgo.
Francisco Medina durante una clase como "coach"o entrenador de liderazgo.Imagen: Momentum Medina

Mientras bebe café en un restaurante de Colonia, Francisco Medina Poll -de 46 años, pelo negro azabache, tez morena y altura imponente- observa todo a su alrededor como con lupa. Al mesero que trae su orden le pregunta: "¿Puedo adivinar de dónde proviene?”. El empleado asiente. "Norte de Grecia”, le dice Medina. "¡Bingo!”, añade, cuando el joven empleado, que afirma con la cabeza, se queda boquiabierto.

El actor chileno-alemán nació en 1977 en Rostock, en lo que era la ex República Democrática de Alemania (RDA), hijo de Carlos Medina y Teresa Polle, actores chilenos que partieron al exilio después del golpe de Estado en ese país. "Se conocieron en la escuela de teatro. Viajaron juntos de norte a sur, participaron de diferentes obras, pero más tarde, durante la dictadura de Pinochet, como sus vidas corrían peligro, decidieron huir a Europa”, cuenta en entrevista con DW.

La familia Medina Polle se exilió en la RDA. Allí desarrollaron exitosas carreras en las artes escénicas y triunfaron con obras como "La excepción y la regla” y "El señor de las moscas”. El padre de Francisco, Carlos Medina, se convirtió en director del Deutsches Theater Berlin y de la afamada compañía Berliner Ensemble, fundada en 1949 por el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht. "Mi padre dirigió en ese teatro la obra 'El Principito', que estuvo 11 años en cartelera y mi madre también actuó allí con el personaje de la Rosa”, agrega.

Francisco Medina debutó a los 7 años en la película "Isabel en la escalera”, que narra la historia de una madre e hija chilenas, exiliadas en la RDA. Después de este largometraje -donde además compartió escenario con su madre-, llegaron otras ofertas, como una teleserie, que rechazó, pues la familia decidió retornar a Chile, después de que Carlos Medina recibiese una amnistía, en 1985. "Fueron tiempos de cambios sociales, económicos. Mis padres venían con otras ideas. Eran idealistas, querían cambiar el sistema y se encontraron con otra realidad. Se sentían perseguidos, amenazados. Para mí, eso fue traumatizante y marcó mi niñez”, recuerda el actor.

Francisco Medina se formó como experto en liderazgo y asesora a actores y a deportistas en todo el mundo.Imagen: Momentum Medina

Rebelde con causa

Después de dos años en Chile, la familia regresó a la RDA y se mantuvo allí hasta la caída del Muro de Berlín. Por ese entonces, Medina se sentía desmotivado y su rendimiento escolar era malo. "Me expulsaron del colegio, y pensé que nunca sería exitoso y me iba a quedar debajo de un puente, o iba ser una carga para mis padres. Eso hasta que mi papá me llevó a mí y a mi hermano a un coaching que me cambió la vida, porque tenía mucho odio, estaba resignado, todo me daba lo mismo”, relata.

Con un expediente de joven rebelde, Medina decidió, desde ese momento, acabar el colegio y enfocarse en dos áreas: la actuación y el coaching. "Me di cuenta de que cada uno es responsable de su propia existencia y nos pueden pasar cosas buenas o malas, como le pasó a mis padres en Chile. Eso sucede siempre y es muy fácil culpar a los otros o al sistema”, opina.

En el 2000 decidió que quería formarse como actor y se postuló en la prestigiosa Academia Estatal de Música y Teatro de Rostock, al norte de Alemania. "Para la aplicación me preparé yo mismo, lo que era algo inusual, porque siempre tienes la ayuda de un director u otro actor con experiencia. Mi papá estaba furioso, me decía que era una locura. De dos mil personas que postulan seleccionan solo a diez. Fue muy intenso, pero estudié mucho y lo logré, me aceptaron”, señala el artista.

En esa misma época, Francisco Medina llamó la atención de mánager y productores televisivos: "A los 19 años me propusieron ser una estrella juvenil, una especie de Ricky Martin alemán, y querían que estuviese en la televisión, pero les dije que iba a entrar a una escuela de teatro, que ser famoso no era mi sueño”.

Francisco Medina en su papel de Anganamón, un cacique mapuche, en Chile.Imagen: Momentum Medina

En dos escenarios

Cuando acabó la formación de actor, se dedicó varios años a la dirección de obras como "Antígona” y "El Principito”, y también interpretó protagónicos en piezas teatrales de Schiller, Goethe y Shakespeare en destacados escenarios alemanes, como el Volkstheater de Rostock y el Städtische Bühnen de Münster (ahora Theater Münster). En 2003 recibió el Premio Max Reinhardt, y en 2005 el Premio Renania del Norte-Westfalia de Teatro Infantil y Juvenil.

"En ese tiempo estaba un poco cansado y quería probar en la televisión, así que renuncié al teatro. Algunos me decían que, si bien había ganado premios y era un buen actor, sin un ofrecimiento, iba a ser muy difícil entrar a la televisión. Pero a las cuatro semanas de asistir a una audición me llamaron para interpretar a Maximilian von Alternburg en la serie del canal RTL 'Alles was zählt'´ ('Todo lo que importa'), dice a DW.

En "Alles was zählt”, Francisco Medina obtuvo fama y reconocimiento, ya que esta es una de las series de mayor audiencia en Alemania. También sus apariciones en televisión fueron cada vez más frecuentes. Participó en producciones como "Das Traumschiff”, "Berlin, Berlin” y "Die Rosenheim-Cops”, entre otras.

Después de casi 10 años ininterrumpidos en la televisión, se tomó otra pausa. "Renuncié nuevamente para viajar por el mundo y aprender más sobre coaching, como instructor y guía en liderazgo y desarrollo personal. También estuve en Chile filmando la película 'Patagonia de los Sueños', donde interpreté a un indígena tehuelche, y la serie 'Sitiados', con el rol de Anganamón, un jefe militar mapuche. Esos proyectos fueron un aprendizaje sobre la cultura originaria en Latinoamérica, sus ritos y su sabiduría”, explica a DW.

Francisco Medina también interpretó a Shakespeare en destacados escenarios alemanes.Imagen: Momentum Medina

El método de los samurái

En su paso por el continente americano, aprovechó para visitar Estados Unidos, donde conoció a Bernard Hiller, reconocido coach argentino que entrena a artistas como Leonardo DiCaprio, Al Pacino y Lionel Richie, entre otros. "Él me dijo que tenía talento, así que cuando volví a Alemania me enfoqué en el coaching. Llegué a hacerlo hasta ocho veces por día y con diferentes celebridades, como actores, políticos y deportistas”, indica.

Una de las historias que quedó en la memoria de Medina fue cuando entrenó a Frank Stäbler, deportista alemán de lucha grecorromana, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio: "Él estaba lesionado, así que le hice una hipnosis, para que creyera en sí mismo. Recuerdo que, en una competencia mundial en Budapest, Frank perdía frente al ruso con un 6-0. Sus padres estaban tristes mirando esa escena, así que, en ese instante, cuando él yacía en el suelo, derrotado, me paré en las gradas y le grité a viva voz: '¡Frank, sonríe!' Me escuchó, y, repentinamente, se levantó, empezó a sonreír y dio vuelta la batalla. Ganó con un 7-6. Fue increíble”, recuerda.

En los entrenamientos de desarrollo personal y liderazgo, Medina se inspira en técnicas ancestrales, como los rituales indígenas y la filosofía de los samuráis. "Los mejores guerreros salían a pelear con la mentalidad de 'hoy es un buen día para morir, así que daré mi mejor batalla y sonreiré', porque para ellos era un honor morir haciendo lo que se ama. Entonces, un samurái que no temía a la muerte era el más peligroso de todos, porque no iba a retroceder y pelearía como si no hubiese un mañana”, dice Medina, ahora también experto en coaching, a DW.

Los planes de Francisco Medina para este 2024 incluyen continuar con su actividad como coach con su empresa Momentum Medina, retomar la actuación (su personaje Maximiliam en "Alles was zählt” se tomó una pausa, pero espera pronto volver) y también incursionar en la dirección teatral, aunque esta vez en Latinoamérica: "Me encantaría dirigir alguna obra de teatro alemana, pero con actores chilenos. Creo que calzan mejor que los alemanes para interpretar a personajes tan apasionados como los que describió Friedrich Schiller en sus textos”.

(cp)

Ir a la siguiente sección Descubra más