En los países bálticos, Francisco encontrará a menos seguidores de su mensaje anticapitalista, pero también a menos críticos de la Iglesia.
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El sumo pontífice de la Iglesia Católica llevará su mensaje de la sencillez y la sinceridad en la fe en la gira que inicia este sábado 22 de septiembre a Lituania, Letonia y Estonia. Los dos días que quiere pasar en Lituania constituyen la etapa más importante de la gira. Con 2,8 millones de habitantes, Lituania es el país más poblado de los tres. También es el único país con una mayoría católica del 77% en el norte de Europa. Allí, la Iglesia católica encabeza, regularmente, las encuestas de opinión como "la institución más confiable de la nación".
Las comunidades católicas en Letonia y Estonia, tradicionalmente protestantes, son pequeñas. Además, Estonia, junto con la República Checa, cuenta como una de las naciones menos religiosas de Europa. Su primera cita en Lituania es con la presidenta, Dalia Grybauskaite. Allí orará y visitará el Museo de las Ocupaciones y las Luchas por la Libertad, en Vilna, que muestra crónicas del sufrimiento y la resistencia durante los regímenes soviético y nazi.
Para los países bálticos, el viaje del Papa tiene un significado especial en un año lleno de simbolismo. Hace 25 años que Juan Pablo II visitó los países bálticos. Una visita que tuvo lugar en 1993, solo unos días después de que las tropas rusas se retiraran de la región, terminando así un siglo de ocupación soviética.
Para Vytautas Landsbergis, el primer jefe de Estado de Lituania, después del restablecimiento de la independencia, en marzo de 1990, "Francisco tiene una forma refrescante de recordarnos que la codicia y el individualismo desenfrenado son grandes problemas", dijo a DW.
En países bálticos, el capitalismo sigue siendo "tendencia”
Sin embargo, la actitud crítica del Papa hacia el cambio climático no encontrará tanto eco como en Occidente. Veinticinco años después de la liberación, la libertad personal y la elección individual tienen aquí prioridad. Según el padre Ricardas Doveika, exdirector de la diócesis católica romana de Vilna, "la indiferencia es el mayor pecado heredado del comunismo, combinado con un egoísta consumismo”. Por lo que, concluye: "No es de extrañar que tengamos casi 4.000 niños con padres vivos en los orfanatos”. Un problema que el padre Doveika espera que el Papa aborde.
El alcoholismo, especialmente en las áreas rurales, las altas tasas de aborto y la baja asistencia a misa preocupan a la Iglesia católica en Lituania. Algunos comparan la situación en Lituania con la de su vecino católico, Polonia. "Las mismas tendencias son visibles allí", admite Laurynas Kasciunas, un diputado conservador y católico practicante. Kasciunas, y el Papa pueden consolarse con el hecho de que las críticas a la Iglesia y el agnosticismo son mucho más débiles en Lituania que en el resto de Europa.
La Iglesia católica fue extinguida casi completamente durante la ocupación soviética. "Justamente debido a la persecución sufrida, la población está más dispuesta a percibir la Iglesia católica como una fuerza del bien, a la que se le pueden perdonar sus deficiencias”, concluye un funcionario del Vaticano en conversación con DW.
Konstantin Eggert (JOV/CP)
La Iglesia en Alemania: ¿el ocaso de la fe?
Tanto la Iglesia Católica como la Protestante se está quedando sin miembros en Alemania, y cada vez son menos los estudiantes de Teología en las facultades. ¿Se trata de una verdadera y profunda crisis de fe?
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¿El ocaso de la fe?
Las comunidades cristianas se ven cada vez más confrontadas con cómo se puede adecuar la Iglesia al mundo actual, una cuestión vital para su supervivencia. ¿Qué tiene aún para ofrecer a los fieles? Algunos hablan de una “fase de cambio”, y otros hasta de una “crisis de fe”.
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Templos vacíos
Las cifras hablan por sí mismas: solo la Iglesia Católica perdió en Alemania cerca de 180.000 miembros en 2013, es decir, un 50 por ciento más que en 2012. El número de los que abandonan su pertenencia a la Iglesia, que en Alemania cobra impuestos, es en la Iglesia Católica más alto que en la Iglesia Protestante. Ésta, sin embargo, también lucha contra la pérdida de fieles.
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Menos ingresos para la Iglesia
Si sus miembros desaparecen, la Iglesia recibe menos aportes, ya que, en Alemania, quien se registra como perteneciente a ella paga impuestos eclesiásticos, unos cientos de euros por año para un asalariado promedio. Para algunos que ya ven con ojos críticos a esas instituciones, ese suele ser el argumento decisivo.
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Conmoción por escándalos
Verdaderas oleadas de egresos se debieron a los numerosos escándalos de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes y empleados de organizaciones eclesiásticas. En el centro del huracán está, sobre todo, la Iglesia Católica, y los casos aún no han sido esclarecidos del todo.
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El "obispo de lujo"
Otro punto álgido en la crisis de la Iglesia fue la revelación de los altísimos costos de la residencia del obispo de Limburgo, Franz-Peter Tebartz van Elst, en 2013, que superaron los 30 millones de euros. Van Elst solicitó su retiro al Vaticano, pero la desconfianza en los gastos y la pompa eclesiástica aún perduran.
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Faltan aspirantes a sacerdote
Las dos grandes Iglesias de Alemania están ante un dilema: el número de estudiantes de Teología va en baja, y cada vez menos se deciden por el sacerdocio. La Iglesia Católica, por ejemplo, da empleo a un 25 por ciento menos de sacerdotes que en 1995.
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Futuro incierto
En Alemania, cada vez más comunidades parroquiales se unen para paliar la falta de fondos. Las iglesias católica y protestante suman cerca de 45.000 iglesias. La iglesia católica de Santa Gertrudis, en Colonia, se fusionó con otras tres parroquias. A pesar de esa medida, decenas de iglesias debieron cerrar sus puertas.
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Restaurante en lugar de iglesia
La mantención de los templos cuesta mucho dinero, en especial las modernizaciones. Según expertos, hasta un 10 por ciento de las Iglesias deberían ponerse a la venta. La antigua iglesia Martini, en Bielefeld, es desde 2005 un restaurante de moda: “GlückundGlückseligkeit” (Felicidad y Buenaventura).
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Un parque espiritual
Una iniciativa logró transformar esta iglesia en Gelsenkirchen en una iglesia para jóvenes. Allí se vive la religión de una manera totalmente nueva, con deportes, por ejemplo, como en este parque de escalada. Un lugar para renovar la fe.
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¿La fe pasó de moda?
Dos tercios de los alemanes dicen creer en Dios. En el este hay menos creyentes que en el oeste de Alemania, debido a la historia de la RDA. Sin embargo, no todos los que creen en Dios son miembros de una Iglesia. Algunos practican su fe en grupos fuera de la Iglesia, y también en casa. El silencio necesario para la oración se puede encontrar en todas partes.
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