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Frenético desarrollo: el uso de la energía eólica aumenta a nivel global

1 de junio de 2010

La generación de energía eólica avanza. Los rotores giran ya en 82 países y la tendencia sigue en aumento. En los países emergentes y en vías de desarrollo, sin embargo, aún le queda mucho camino por recorrer.

Los parques eólicos marinos constituyen lo más avanzado en materia de energía eólica en Europa.Imagen: European Union

A principios del siglo XVII, el héroe novelesco Don Quijote se dedicaba a luchar contra los molinos de viento. Convencido de que se trataba de siniestros gigantes dotados de numerosos brazos de los cuales uno no podía fiarse. Cuatro siglos después, el hombre moderno sostiene una visión completamente diferente: los molinos de viento no sólo sirven para moler harina, sino que también son capaces de generar cantidades considerables de electricidad limpia. Según los datos del Informe Mundial de Energía Eólica de 2009, la producción de energía eólica alcanza los 340 teravatios-hora. Tanta electricidad como la que consume un país como Italia en todo un año.

Amanecer en el parque eólico de El Totoral, en Chile, donde hay una veintena de proyectos eólicos en marcha.Imagen: Claudia Laszack

La mayoría de las instalaciones se encuentran en Europa. Un continente que, desde los inicios de la energía eólica, contó con la capacidad tecnológica y la voluntad política para invertir en su desarrollo. Sin embargo, la distancia con el resto de países se está reduciendo. Tan sólo el 27% de los parques eólicos de nueva instalación se construyen en Europa y los países europeos se sitúan en la actualidad en la tercera posición del ranking mundial en lo que respecta a energía eólica.

Europa: el precursor pierde su ventaja

Especialmente Asia ha conseguido recuperar el terreno perdido de forma extraordinariamente veloz. De hecho, el continente asiático se ha aupado al liderazgo mundial. En el último año, concentró el 40% del total de instalaciones eólicas construidas en todo el mundo. La mayor parte de ellas, en China. El gigante asiático duplicó en 2009 el número de nuevos parques eólicos por cuarto año consecutivo. "El gobierno chino ha descubierto en la energía eólica un tipo de energía económica, renovable y limpia", explica Stefan Gsänger, secretario general de la Asociación Mundial de Energía Eólica (WWEA, por las siglas en inglés). Además, la tecnología goza de un gran potencial para la exportación. De hecho, China figura entre los cinco mayores fabricantes de instalaciones eólicas de todo el mundo.

El parque eólico Helanshan, en la provincia china de la Mongolia Interior, fue construido con tecnología alemana.Imagen: Nordex SE

Junto con grandes parques eólicos, en Asia también se construyen numerosas instalaciones de pequeño tamaño, destinadas a regiones rurales sin suministro eléctrico. Como explica Gsänger, pequeños rotores eólicos con una potencia de entre 1 y 2 kilovatios-hora cuestan solamente entre 800 y 1.000 euros y pueden suministrar electricidad a aldeas enteras. Alrededor de unas 400.000 instalaciones eólicas de pequeñas dimensiones se encuentran ya en funcionamiento. Dado que en China aún hay millones de personas que no disponen de electricidad, según estima la WWEA, la cifra de micro-instalaciones eólicas podría superar a corto plazo el millón de unidades.

Competencia "verde" e implementación deficiente

También en Latinoamérica, la explotación de la energía eólica avanza de forma lenta. "Entre otros motivos, debido a que allí gran parte de la demanda de energía se cubre a partir de energía hidráulica y, con ello, se dispone ya de un volumen importante de electricidad limpia", explica Trudy Könemund, representante de la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ, por las siglas en alemán) en Chile. El 2% de las instalaciones eólicas de nueva construcción se erigen en el país latinoamericano.

Ralf Heidenreich, portavoz de prensa de la compañía Juwi, líder mundial en energías renovables, considera que las principales dificultades se encuentran en el proceso de implementación de la tecnología. Aunque se cuenta con un enorme potencial, "las condiciones básicas para la construcción de nuevas instalaciones deben mejorar sustancialmente". Un extremo que también constata Stefan Gsänger. En el pasado, numerosos proyectos se demoraron por culpa de la corrupción, con un sector energético tradicional dispuesto a dificultar el desarrollo de la energía eólica. Pese a todo, en los últimos tiempos el número de instalaciones eólicas ha aumentado en Latinoamérica. Brasil, por ejemplo, cuenta ya con 44 y México ha multiplicado por cinco el número de instalaciones en el último año. Chile, mientras tanto, se sitúa en tercera posición, con seis parques eólicos y veinte más en proyecto.

África, continente en vías de desarrollo eólico

Los rotores eólicos constan de numerosos componentes. Esta empresa francesa está especializada en la fabricación de torres.Imagen: European Union

En África, en cambio, la explotación de la energía eólica es escasa. El continente no cuenta, prácticamente, con instalaciones eólicas. La cifra de parques eólicos construidos en el último año es minúscula. El principal motivo, según Ralf Heidenreich, hay que buscarlo en las deficientes infraestructuras: "es imprescindible contar con un sistema en el que almacenar la electricidad generada". Un problema que, en opinión de Stefan Gsänger, de la WWEA, podría allanar el camino para los pequeños rotores eólicos como los que ya existen en Asia. Sin embargo, sigue faltando la tecnología necesaria y, sobre todo, la financiación. Egipto y Marruecos son, hasta la fecha, los principales productores de electricidad a partir de energía eólica en el continente. Egipto, incluso, cuenta con una empresa que fabrica componentes para los rotores eólicos. "Es importante que el valor añadido se produzca en el propio país", afirma Gsänger, "para que la ventaja de explotar la energía eólica frente al uso del petróleo sea aún mayor".

Según la WWEA, la potencia de los parques eólicos instalados en todo el mundo se multiplica por dos aproximadamente cada tres años. Una evolución que, seguramente, no habría sido del agrado de Don Quijote. Para el hombre moderno, sin embargo, supone allanar el camino hacia un mundo libre combustibles fósiles.

Autor: Janine Rabe
Redacción: Emili Vinagre

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