Christoph Hasselbach (RMR/ER)23 de septiembre de 2016
En las ciudades alemanas al igual que en muchas de Latinoamérica, las carreras clandestinas cobran víctimas. A partir de ahora en Alemania, a estos conductores se les aplicarán condenas más duras.
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Quien conduzca a mucha velocidad por las ciudades alemanas, compita con otros coches y ponga en peligro la vida de gente inocente, tenía hasta ahora que pagar una multa y una prohibición breve de conducción. Las penas más graves eran solo para los que mataran o hirieran a personas. A partir de ahora, los participantes de estas carreras clandestinas en Alemania se verán confrontados con penas más severas aunque nadie resulte herido. Si alguien pierde la vida, hasta incluso 10 años de cárcel. Los Bundesländer quieren evitar casos como los que le presentamos a continuación.
Pérdida de control de coches
En la ciudad de Colonia, en 2016, un trágico caso causó estupefacción entre la población. Una ciclista de 19 años perdió la vida. Un joven de 23 años perdió el control de su auto al tomar una curva. El conductor negó participar en una carrera clandestina, pero sin embargo algunos testigos afirmaron haber visto una competición, como “en las carreras de la Fórmula 1”. Recibió una pena de dos años en libertad condicional.
También en Colonia en 2015, un joven de 27 años con un auto alquilado conducía a más de 100 km por hora por la ciudad. Se rozó con otro coche, perdió el control y chocó contra un ciclista de 26 años que falleció días más tarde. La condena fue de dos años y nueve meses de cárcel por homicidio involuntario y poner en peligro de forma premeditada el tráfico.
Carreras premeditatas o no
La ciudad de Berlín tampoco se libra de esta peligrosa afición. En junio de este año, un joven de 20 años perdió el control de su coche y chocó contra un autobús. No murió nadie en el accidente, pero el conductor del auto resultó gravemente herido, y el conductor del bus sufrió un shock. Un indicio que muestra la rapidez del auto es que el joven salió despedido y el bloque del motor del coche también se delizó solo por la calle.
Para la Policía es díficil demostrar que se trata de carreras clandestinas. Ante los juzgados, los conductores niegan la mayoría de las veces haber participado en una competición. “Y cuando no puedo aportar la prueba, tengo entonces que desistir de la denuncia”, señaló un portavoz de la Policía. Si se demuestra que la carrera clandestina ha sido premeditada, entonces esto podría repercutir considerablemente en la sentencia.
Autos sin conductor
Técnicamente es posible construir coches autónomos. Pero su uso es controvertido. Muchos se preguntan quién ha de asumir la responsabilidad, si se produce un accidente.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿Llega la era del auto robot?
Google está trabajando en un auto eléctrico pequeño de conducción autónoma, según confirmó el jefe del proyecto, Chris Urmson, en un blog. En un comienzo, el coche ha de tener todavía un volante y un acelerador. Pero posteriormente se podrá renunciar a esos elementos.
Imagen: Getty Images
¿Apto para el tránsito?
Google viene probando vehículos autónomos desde hace tiempo en California. Pero siempre ha ido a bordo un conductor. Este interviene de ser necesario, por ejemplo si el auto no hace lo que debe. Y, lo principal: ante la ley, el conductor es responsable de lo que haga el auto.
Imagen: picture alliance/AP Photo
Nada para impacientes
En el fondo, los coches autónomos son seguros. Están programados de modo tal que, en caso de duda, reducen la velocidad. Mantienen siempre la distancia con respecto al auto que va adelante, y nunca ponen en peligro a otros vehículos o transeúntes con maniobras agresivas.
Imagen: imago/Jochen Tack
Seguidor fiel
Estos coches autónomos de la Universidad del Ejército, de Múnich, lo demuestran: un vehículo avanza con tranquilidad y el otro lo sigue fielmente. Encuentran siempre el camino, aunque no conozcan el lugar. Así quedó de manifiesto en un ejercicio realizado en el concurso de robótica ELROB, en 2012.
Imagen: DW
Choques evitables
Las colisiones masivas se producen cuando la gente conduce a exceso de velocidad, tiene mala visibilidad o no mantiene una distancia prudente entre los vehículos. Los autos inteligentes no cometerán esos errores. Si muchos de ellos estuvieran interconectados, podrían enviar con kilómetros de anticipación señales a los autos que los siguen, avisándoles si hay un embotellamiento.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sensores láser
Los autos robot pueden utilizar diversos tipos de sensores para reconocer lo que los rodea. El auto de Google, por ejemplo, usa un sensor láser. Este gira y sondea su entorno en forma tridimensional.
Imagen: DW/Fabian Schmidt
El mundo real, según el láser
Y así funciona: el vehículo avanza por un terreno irregular. El láser diseña un mapa tridimensional, con el que alimenta al computador. De esta manera se puede incluso asumir la perspectiva de alguien que esté fuera del vehículo.
Imagen: Universität der Bundeswehr/TAS
Sin perder la orientación
Los robots tienen muchos recursos para mantenerse orientados. Por ejemplo, pueden usar medios ópticos, como una cámara USB, o pequeños radares. También se puede determinar la posición de los autos vías satélite, mediante el sistema GPS.
Imagen: DW/Fabian Schmidt
Tecnología alemana
Investigadores de Daimler trabajan también con cámaras ópticas. En 2011 fueron nominados al Premio Alemán del Futuro por la invención de los autos que ven. Esta cámara está montada tras el parabrisas y observa con atención lo que ocurre en la calle.
Imagen: Deutscher Zukunftspreis/Ansgar Pudenz
Puntos y movimientos
La cámara óptica reconoce primero los miles de puntos que conforman una imagen. Con el movimiento de esos puntos, calcula vectores, de diversa longitud. En base a ellos, la computadora de a bordo diseña una compleja imagen del movimiento del tránsito delante del auto y a sus costados.
Imagen: Deutscher Zukunftspreis/Ansgar Pudenz
¿Frenar o esquivar?
Filtrando los vectores que muestran anomalías, la computadora de a bordo puede reconocer peligros. Por ejemplo, un peatón atraviesa desde la derecha y es marcado con color naranja. En el fondo, se aleja otro auto. Su color es verde, ya que no representa peligro. De este modo, el auto puede reaccionar si el conductor se distrae.
Imagen: Deutscher Zukunftspreis/Ansgar Pudenz
¿Quién decide? ¿El hombre o la computadora?
La técnica ya está en condiciones de fabricar autos robots. Pero tanto políticos como juristas se preguntan: ¿quién ha de tener la responsabilidad si un coche autónomo provoca un accidente? ¿El fabricante, el programador del software o el dueño del auto?