El que obtuvo la mejor cosecha electoral fue el alcalde gobernador de Berlín, Klaus Wowereit. El popular político socialdemócrata, a quien medios alemanes califican de brutal y calculador, fue reelecto holgadamente, con lo que podrá decidir si continúa su actual alianza con los poscomunistas del Partido de Izquierda (Die Linke) o si lo hace con Los Verdes, que salieron reforzados tras los comicios en Berlín. Sin embargo, la llamada "gran coalición" que dirige la canciller Angela Merkel, gobernante a nivel federal y a la que pertenecen socialdemócratas y democristianos, apenas obtuvo en Berlín el 50% de los votos.

Los dos grandes partidos mayoritarios sufrieron una fuga masiva de votos. La sorpresa fue que los electores, en busca de identidad política, se decidieron por otras pequeñas formaciones. Un 14% de los votos fue a parar a partidos de jubilados, de ultraderechistas y utopistas. La CDU obtuvo un peor resultado que el obtenido por los poscomunistas (de la antigua Alemania Oriental) hace cuatro años en Berlín. La CDU quedó en Berlín como un fantasma proveniente del occidente alemán.

Castigo de los votantes

En el estado federado de Mecklemburgo Pomerania Occidental, en el este del país, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) fue castigado fuertemente por los votantes sufriendo una pérdida del 10,4% con respecto a las pasadas elecciones. El SPD obtuvo un 30,2% de los votos, lo que le permitirá continuar no obstante, en el gobierno en coalición con los poscomunistas del Partido de Izquierda, sus actuales aliados que obtuvieron un 16,8% de los votos. Pero también podrían forjar una nueva alianza con la conservadora Unión Demócratacristiana (CDU).

En la patria electoral de la canciller Merkel, la CDU obtuvo un 28,8% de los votos, una pérdida del 2,6%. En caso de que surgiera una coalición entre socialdemócratas y democristianos, la alianza que lidera Merkel a nivel federal, significaría una conquista de dos tercios de la Cámara Alta (Bundesrat), lo que daría a la canciller la mayoría necesaria para aprobar enmiendas constitucionales.

Ascenso de la ultraderecha

El ultraderechista Partido Nacionaldemócrata (NPD), superó la barrera del 5% de los votos logrando ingresar al parlamento regional con un 7,3% de los sufragios. La formación extremista, a la que el gobierno alemán ha intentado prohibir por sus tendencias neonazis, es observada por los servicios de inteligencia alemanes. Eso no le impide que, con el resultado obtenido, ingrese al cuarto parlamento regional. Su ascenso fue deplorado por los demás partidos políticos.

"Los criminales de ultraderecha no tienen por qué estar en el Parlamento, sino ante los Tribunales", dijo el secretario general del SPD, Hubertus Heil. El éxito de la ultraderecha fue repudiada por centenares de ciudadanos que salieron anoche a las calles de la capital, Schwerin, en una espontánea marcha con antorchas. "Tendremos que afrontar el avance del NPD de la forma más democrática posible e intentar deshacernos de él en las próximas elecciones", dijo el ministro presidente socialdemócrata, Harald Ringstorff.

Cerca de 3,8 millones de electores, entre ellos, unos 2,4 millones en Berlín fueron convocados a las urnas. La política nacional fue relegada a un segundo plano por los problemas regionales y la gestión de las únicas dos coaliciones de socialdemócratas y poscomunistas que gobiernan en Alemania.