¿Cómo cambió la catástrofe nuclear al Japón? Cuatro años después de Fukushima, el expremier japonés Naoto Kan* critica la influencia del sector nuclear y el rumbo del actual Gobierno de Tokio.
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DW: ¿Qué aprendió Japón del accidente de los reactores nucleares de Fukushima?
Naoto Kan: Tengo la impresión de que nadie aprendió la lección. Si el accidente hubiera sido un poco mayor, se hubiera tenido que evacuar a 50 millones de personas, 250 kilómetros a la redonda. Incluida Tokio.
¿En qué cambió su postura frente a la energía nuclear y sus peligros en un país de alto riesgo sísmico como Japón?
Siempre creí que la tecnología nos garantizaba seguridad, pero hoy sé que la nuclear es la fuente más peligrosa de producir energía.
¿Está Japón preparado para reactivar las plantas nucleares, como lo anunció el primer ministro Shinzo Abes?
Yo estoy en contra de esa medida porque aún no se conocen ni las causas exactas del accidente nuclear ni sus vastas consecuencias. Además, su reactivación aumentaría los riesgos de un nuevo accidente.
¿Hay en Japón una alternativa real a la energía nuclear?
El Japón obtiene actualmente su energía del petróleo y el gas. Pero a largo plazo, sería posible usar la energía solar o eólica, por ejemplo. Desde que yo impulsé la ley de promoción de fuentes alternativas, que prevé precios fijos para su uso en la red de energía nacional, el número de productores comerciales de energía ha crecido. Estoy convencido de que en 10 años el Japón producirá energía alternativa en igual o mayor cantidad que con la que produjo con plantas nucleares.
¿Qué opina acerca de la presunta influencia de la industria atómica en la política y los medios?
Los riesgos y costos de las plantas nucleares son mayores que con la producción de otros tipos de energía. Ahora lo sabemos todos en Japón, pero la industria nuclear no quiere renunciar a sus ganancias y ha lanzado varias campañas públicas para influir sobre la opinión. Hoy, aunque la mayoría de la población japonesa rechaza la energía nuclear, la mayoría de los parlamentarios la aprueba.
Después de la tragedia de Fukushima, Alemania dio un giro radical a su política energética y decidió apagar, paulatinamente, todas sus plantas nucleares. ¿Puede aprender Japón algo del camino alemán hacia el uso de las energías renovables?
La afirmación del “lobby nuclear”, de que la energía atómica es más barata que el petróleo o el gas natural es claramente falsa. Si se suman los costos y compensaciones, en caso de un accidente, la energía nuclear resulta más cara y peligrosa que todas las demás.
Como en Alemania, también la tecnología para la producción de energías renovables está muy adelantada. Pero, por desgracia, nos demoramos veinte años más que Alemania para promover, por ley, las energías renovables, y eso sólo después de la catástrofe de Fukushima.
Pero en poco más de tres años, las plantas de energía solar y eólica alcanzarán una capacidad total de 70 millones de kilovatios por hora. El apoyo ciudadano a las energías alternativas en Alemania han alentado los cambios a nivel gubernamental.
*Naoto Kan, del Partido Democrático de Japón (DPJ) fue primer ministro de 2010 al 2011.
La larga sombra de Fukushima
Cuatro años después del desastre de Fukushima, la respuesta global a la energía nuclear ha cambiado. Mientras que algunos países continúan desmantelando sus centrales nucleares, otros ven un futuro con energía atómica.
Imagen: Reuters/Kyodo
El terremoto de Tohoku y el posterior tsunami
Fue el peor desastre de la historia de Japón después de la II Guerra Mundial. Hace cuatro años, un terremoto de magnitud 9,3 registrado frente a las costas de la región de Tohoku provocó un tsunami que devastó la costa del noreste de Japón. El resultado: al menos 15.880 fallecidos y 2.694 desaparecidos, además de 6.135 heridos.
Imagen: dapd
Fuga radioactiva en Fukushima
El problema es que lo que empezó siendo un desastre natural acabó convirtiéndose en tragedia por culpa de la tecnología. El terremoto provocó un tsunami de 13 metros que arrasó la central nuclear de Fukushima Daiichi. Tras el impacto, los sistemas de refrigeración de la planta fallaron, provocando el sobrecalentamiento de tres reactores y la consiguiente fuga radioactiva.
Imagen: Reuters/Kyodo
Central de Three Mile Island
El caso de Fukushima no es el primero de la historia. En el año 1979, en la planta nuclear de Three Mile Island, en Middletown, Pensilvania, un fallo en el circuito de la planta provocó una fuga radioactiva. Las bombas de alimentación dejaron de funcionar, provocando la fuga de 120.000 litros de refrigerante del circuito primario. Unas 140.000 personas, entre mujeres y niños, fueron evacuadas.
Imagen: AFP/Getty Images
El legado de Chernóbil
Hasta Fukushima, el desastre de Chernóbil fue el peor accidente nuclear de la historia. En 1986, un repentino incremento de potencia en la Unidad 4 de la central de Chernóbil, en Ucrania, destruyó el reactor y liberó una nube radiactiva que se extendió por Rusia y Europa. 335.000 personas fueron evacuadas en un radio de 30 kilómetros y al menos 30 murieron como consecuencia del accidente.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nueva planta nuclear en EE. UU.
A la Unidad 2 de la planta Watts Bar en Tennessee se le están dando los últimos retoques, luego de un largo retraso por una baja demanda en la región. Su planta hermana, Watts Bar Unidad 1, se inauguró en 1996 y era, hasta ahora, la central nuclear de apertura más reciente. El país prevé seguir abriendo plantas nucleares, pues las considera una alternativa viable a los combustibles fósiles.
Imagen: picture-alliance/AP/Tennessee Valley Authority
Período de transición en Alemania
A pesar del fuerte movimiento antinuclear, la coalición de centroderecha de la canciller Angela Merkel trató de retrasar la fecha de eliminación de la energía nuclear de 2022 a 2034. El objetivo de 2022 había sido establecido por su predecesor, Gerhard Schröder, de centroizquierda. Merkel justificó el retraso alegando que se trataba de un período de transición hacia las energías renovables.
Imagen: picture-alliance/dpa
Merkel reacciona con rapidez
Después de la catástrofe de Fukushima, el gobierno alemán reaccionó con rapidez y cerró de manera definitiva ocho plantas nucleares. La coalición de Merkel decidió eliminar por completo el uso de la energía atómica hasta el 2022, adoptando la fecha originalmente establecida por Schröder. Ahora, Alemania ha decidido extender el uso de energías renovables en un 80 por ciento para el año 2050.
Imagen: picture alliance/Hinrich Bäsemann
Italianos confirman la prohibición nuclear
Al igual que Alemania, Italia también tiene una larga historia de activismo antinuclear. Después del desastre de Chernóbil, los italianos votaron para prohibir la energía nuclear en 1987. Sin embargo, en 2011, el entonces primer ministro, Silvio Berlusconi, trató de reintroducir la energía atómica. En un referéndum, los italianos rechazaron nuevamente el uso de energía nuclear en su país.
Imagen: picture-alliance/dpa
El futuro nuclear en Reino Unido
La coalición conservadora-liberal en Reino Unido también promueve la energía nuclear para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la planta más reciente desde 1996, Hinkley Point C en Somerset (en la foto), se enfrenta a un proceso legal por el uso de dinero estatal para su construcción. El costo de la planta se calcula en unos 34 mil millones de euros.
Imagen: picture-alliance/Simon Chapman/LNP
La India amplía el uso de energía atómica
Nueva Delhi planea cuadruplicar su capacidad nuclear en 2020, abasteciendo así un 25 por ciento de la electricidad en el país. Sin embargo, el plan ha sido fuertemente rechazado. Manifestantes han interrumpido repetidamente los trabajos de construcción de la central nuclear de Kudankulam, parcialmente subsidiada por Rusia. Moscú ha ofrecido construir una docena de reactores nucleares en la India.
Imagen: picture-alliance/dpa
China mira más allá del carbón
Pekín está buscando un aumento más modesto en su capacidad nuclear. La República Popular planea generar un 6% de su electricidad a través de energía atómica para el 2020. Actualmente se encuentra en construcción la central de Changjiang (en la foto), en la provincia de Hainan. La energía nuclear puede reducir, en gran medida, la dependencia de China de las contaminantes plantas de carbón.
Imagen: picture-alliance/dpa
La dependencia de Francia
El 75% de la electricidad que consume Francia procede de energía nuclear. A pesar de que el presidente Hollande prometió reducir la dependencia atómica del país, sólo se ha anunciado el cierre de una planta, situada en la frontera con Alemania. El resto de las centrales, que suman 20, siguen humeando en el corazón de Europa.