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Fundación EULAC, entrevista a Benita Ferrero-Waldner

Mirra Banchón 10 de junio de 2013

En tiempos de cambio, crear un espacio común universitario y para la formación profesional es el objetivo más ambicioso y más concreto de la Fundación EULAC. DW habló con su presidenta, Benita Ferrero-Waldner.

Visita del presidente de la Comisión Europea al Observatorio Astronómico de Paranal, Chile (enero 2013)Imagen: Steve Andreoli/AFP/Getty Images

Hace tres años en Madrid se firmó su acta de nacimiento: la Fundación Unión Europea-América Latina. En noviembre de 2011 comenzó a funcionar, con sede en Hamburgo. Su misión: cuidar, entre cumbre y cumbre, lo acordado entre ambos grandes socios. DW conversó con Benita Ferrero-Waldner, presidenta de la Fundación, sobre las metas de la EULAC en tiempos de cambio.

“Mantener una vinculación más estrecha con América Latina y el Caribe debe ser el objetivo prioritario de la UE desde un punto de vista estratégico internacional” dijo recientemente Jorge Valdez, director ejecutivo de la Fundación EULAC. ¿Cómo debe entenderse esta vinculación más estrecha?

Tenemos que conectar más entre los gobiernos y la sociedad civil. Esto intentamos obtener con la Fundación: hacer de puente para que, prácticamente, estos nuevos actores que son de la sociedad civil se hagan ellos mismos actores responsables para esta excelente relación y que cada vez sea más estrecha.

Para lograrlo -aparte de ser un espacio de reflexión en este mundo donde ha habido un cambio de paradigmas- el trabajo de nuestra Fundación se asienta en dos pilares. El uno es la cooperación universitaria. Nos parece muy importante que la educación superior y la formación estén muy alto en la agenda. Nuestra objetivo más ambicioso es crear en el futuro un espacio común de educación superior entre la UE y América Latina.

EULAC Stiftung Benita Ferrero-Waldner PräsidentinImagen: EULAC Stiftung

Nuestro segundo pilar es el económico: las pequeñas y medianas empresas especialmente. Hay mucho que hacer en la parte de la innovación, pero también productividad, la competitividad –que eso falta a veces- y su internacionalización. Nos importa muchísimo la responsabilidad empresarial social, y pensamos que esto es algo que nosotros podemos ofrecer a las PYMES de América Latina. Nuestro foco es la formación profesional, algo crucial para que haya menos paro juvenil.

Concretamente, ¿cómo debemos imaginar el espacio común universitario?

Primero, intercambio de profesores y estudiantes. Segundo: homologación de certificados. Tercero: calidad de educación. Todas las cuestiones importantes de educación superior están sobre la mesa y quisiéramos tener más estudiantes latinoamericanos en Europa y al revés.

Para eso, la Comisión Europea prepara fondos de ayuda al desarrollo y los canaliza hacia el campo de la educación….

Ya tenemos un programa en la Comisión Europea, que aprobé yo, como Comisaria de Relaciones Exteriores con el entonces comisario Figel. De hecho, el programa, Erasmus Mundus, se está renovando y ampliando.

En el pilar económico, usted subraya la importancia de cooperar en la innovación. ¿Qué debemos entender bajo la innovación que quieren fomentar?

La utilización de las nuevas tecnologías en todos los productos o servicios en las empresas, tanto las PYMES como las grandes. Quiere decir, la cooperación en la aplicación de las nuevas tecnologías y los avances de la ciencia. Esto las hace más competitivas.

Estamos entrando en el campo de la inversión, uno de los ejes temáticos de la Cumbre en Santiago. “Inversiones con responsabilidad social”. ¿Inversiones en nuevas tecnologías es lo que está en boga en la relación UE-América Latina?

Inversión en general, es un gran tema. Porque los europeos son todavía los segundos inversores en América Latina y todavía hay un monto importante. Especialmente en sectores donde se ha creado valor añadido para los países de América Latina. Y eso crea trabajo y posibilidades para el futuro.

El lema de la cumbre de Santiago era “inversiones con responsabilidad social”. ¿Cuáles son los indicadores de la responsabilidad social de las empresas? Las diversas plataformas de sociedad civil en América Latina critican que la proliferación de empresas europeas en América Latina no necesariamente va a contribuir al desarrollo de la región.

Creo que hay algunas empresas –si bien es cierto no todas- que sí están trabajando muy bien en formación de la gente. Esto es crucial, porque sin formación la gente no puede ser empleable. También hay empresas que piensan en el hábitat, en mejores viviendas, en la posibilidad de ayudar en cuestiones de salud.

¿Cuál fue el detonante del cambio de paradigmas? ¿La fuerte presencia de China?

No. Creo que primero que todo fue que los países de América Latina han hecho sus tareas. Han tenido 31 crisis y han aprendido sus lecciones y han levantado gran parte de ellos una política macroeconómica muy sólida. Realmente había crecimiento y naturalmente el crecimiento también ha venido, entre otros, por la demanda de países asiáticos también de China.

Por otro lado, ha venido también por la crisis europea, porque los europeos están en crisis, tenemos a veces 0 crecimiento o recesión. De repente uno se da cuenta de que somos socios al mismo nivel. Y ya no es dar fondos de desarrollo de cooperación para un socio mucho más débil. Hoy en día es mucho más un "partenariado".

Se hablaba en un comienzo de que una de las funciones de la fundación sería albergar el “Observatorio de la Migración” entre ambos continentes.

Habíamos dicho que nosotros vamos a financiar un estudio que realizará la Organización Internacional para las Migraciones (OMI). Estamos en ello. Son ellos quienes van a hacerlo. No somos expertos en migraciones, pero sí sabemos que es un tema importante. Y por eso hemos dicho que somos favorables al estudio. Hay que esperar los resultados y después tenemos que ver en qué podemos contribuir. Es una cuestión muy amplia, muy importante. Y todos tienen que entrar en el proyecto: la Comisión Europea, la OIM y los países.

En el “Plan de Acción de Santiago” –que se acordó en la Cumbre de Chile en enero de 2013- constan ocho puntos de los cuales la fundación se dedica a dos. Ciencia e Investigación. Educación y Empleo. ¿Qué pasa con los otros?

Nos ocuparemos también de otros temas como el de la cuestión de género. El enfoque de la inversiones entra en todo esto. Como estamos bastante al inicio y todavía no tenemos los fondos que querríamos tener tenemos que ir paso a paso y es mejor concentrarse en algunos asuntos en este momento. Ésta será una agenda para muchos años.

También para el Caribe estamos trabajando en asuntos muy específicos: en la cooperación en medidas contra el cambio climático -debido a los huracanes- que es el gran tema para los caribeños. También en la fragilidad de la economía y la energía.

La Fundación vio la luz apenas en 2010 y en comenzó a funcionar en 2012. Pero era un bebé que no venía al mundo con muchos fondos….

Tenemos fondos, pero vienen de la Comisión Europea que nos da cada año 1,5 millones de euros. Faltan más contribuciones voluntarias, tenemos algunas pero no suficientes. Tendrían que venir de todos los países de Europa, América Latina y el Caribe. Hay algunos europeos y algún latinoamericano, pero por ahora es Alemania la que da la contribución más importante. Esperamos muchísimo más.

El interés de España y Alemania hacia América Latina es evidente. ¿Cómo lo ven los otros países miembros de la UE?

También están Francia, Italia y Austria, mi país siempre ha tenido interés en América Latina. Quizá no hay tanto interés en los países de Europa Central y especialmente del norte. Intentaremos concentrar nuestros esfuerzos en esos países, porque parece que es importante que alguien vaya adelante y muestre un poquitín el camino. América Latina está en bonanza y sería una pena que no todos los países europeos se diesen cuenta.

Hay acuerdos comerciales con México, América Central, Colombia, Perú y Chile. El acuerdo con Mercosur, aunque difícil sigue en diálogo. ¿Ecuador y Bolivia han sido más bien ovejas negras hacia la UE?

Para nada. Yo era comisaria cuando se negociaron los acuerdos con la Comunidad Andina. Y tengo que decir que intenté hacer todo para que Bolivia y Ecuador estuvieran ahí. Pero luego ellos no quisieron ir adelante con un tratado que también tiene una parte de liberalización de mercancías y servicios. Pero la puerta siempre está abierta.

El Observatio Europeo del Sur: una de las joyas de la cooperación tecnológica y académicaImagen: ESO/L. Calçada

¿Qué pasa con el acuerdo con Mercosur?

Nosotros lo que sí querríamos es lograr finalmente ese acuerdo. Es positivo que el diálogo siga abierto. Durante mi período también hubo dos conferencias ministeriales para relanzar el acuerdo. Y aunque todavía no lo tenemos, confío en que sea así en el futuro. Creo que sería muy importante porque abrirá los mercados mucho más y serán flujos positivos para ambas partes.

Para la siguiente cumbre entre la UE y la CELAC, que será en Bruselas en 2015, ¿qué querría usted como presidenta de la Fundación haber logrado?

Primero de todo quisiera que seamos una organización internacional ya bien fundada y en funcionamiento. Espero que hayamos podido hacer progresos en este espacio de educación superior y también en la parte de ayuda a las PYMES. Y también que en ambas partes -tanto en Europa como en América Latina- nos conozcan bien.

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