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Futuro de Opel es ahora más incierto que nunca

I. Preisinger, F. Siebelt / JOV13 de julio de 2012

En medio de la lucha por no dejar naufragar la principal planta de Opel en Alemania, el jefe abandona el barco. El futuro de esta tradicional empresa alemana de la industria automotriz es un enigma.

Imagen: dapd

“Karl-Friedrich Stracke, hasta ahora presidente de General Motors Europe (GM) y gerente de Opel en Alemania, renunció a su cargo”, anunció escuetamente la empresa desde su central en Rüsselsheim, este 12 de julio, sin dar razones para su repentina dimisión.

Una renuncia que ha dejado atónitos a los trabajadores de una empresa que ahora tiene que buscar una nueva cabeza. Justo cuando las bajas ventas en Europa están afectando a grandes consorcios automotrices. Los negocios de la filial de General Motors en Europa los asumirá Stephen Girsky.

Garantías que no se cumplen

Karl-Friedrich Stracke, saliente gerente de Opel y General Motors Europe.Imagen: picture-alliance/dpa

Este es, desde 1970, el décimoquinto jefe que tira la toalla en Opel. Apenas hacía dos semanas que Stracke había presentado un plan de saneamiento que preveía la continuación de labores, altas inversiones en nuevos modelos y una mayor cooperación con el constructor francés PSA Peugeot Citroen, también en crisis, que prometía una reducción de costos en desarrollo, producción y materiales.

PSA, socio de GM, el segundo gran constructor de autos después de Volkswagen (VW) acaba de anunciar el recorte de otros 6.000 puestos de trabajo, adicionales a las 8.000 plazas que ya había decidido antes cerrar. La planta de PSA a cerrar en Francia será la Aulnay, cercana a París.

Planta de Opel en Rüsselsheim.Imagen: dapd

Opel en cambio, había anunciado una garantía de funcionamiento de las cuatro plantas existentes en Alemania hasta 2016, incluida la de Bochum, la fábrica en la Cuenca del Ruhr en casi continuo riesgo de cierre desde hace años.

Las pérdidas alcanzan los miles de millones

La operación de Opel se encuentra montada desde hace ya mucho tiempo sobre una especie de montaña rusa y el actual bajonazo de las ventas de autos en Europa ha agravado la situación financiera del consorcio. Opel ha perdido además continuamente durante las dos últimas décadas el porcentaje de acciones en la empresa que ahora sólo cuenta con menos del 7 por ciento. A la pérdida de capital e influencia se suma que en los años noventa Opel perdió parte de su buena reputación como constructor de autos de alta calidad.

Los trabajadores de la planta de Bochum, en Alemania, luchan por sus puestos de trabajo.Imagen: Reuters

La crisis que acompaña a Opel ha llegado este 2012 a peligrosos niveles. Durante el primer trimestre de este año General Motors perdió 256 millones de dólares en su mercado europeo. En 2011, las pérdidas de Opel y Vauxhall, una marca hermana, alcanzaron los 14 mil millones de dólares.

Con las nuevas complicaciones de la ya larga crisis financiera, Opel adquiere otro rótulo nada positivo: el de marca perdedora.

Autores: I. Preisinger, F. Siebelt / JOV

Editor: Enrique López

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