Se podría creer que a los 23 jugadores alemanes que ganaron el Mundial de Brasil 2014 la fortuna les sonríe sin descanso, que para para los campeones del mundo todo es más fácil, que sus carreras han tenido un gran impulso, y que levantar la Copa les solucionó todos sus problemas. La realidad, como veremos a continuación, cuenta otra cosa: ser campeón no le trae a todos cosas buenas…

El jugador del Bayern es el mejor arquero del mundo y candidato a ganar el Balón de Oro si logra imponerse sobre Lionel Messi Cristiano Ronaldo. Solo los asuntos del corazón no marchan tan bien: Neuer se separó recientemente de su novia de los últimos seis años, Kathrin Gilch, quien lo acompañó en el Mundial del 2010, en la Eurocopa 2012, y también en la gran celebración en Brasil.

Al segundo arquero alemán en el Mundial lo enviaron al banco de suplentes en su club, el Dortmund, cuando se agudizó la crisis en la Bundesliga. Su posición la ha asumido el joven australiano Mitchell Langerak. Las posibilidades de Weidenfeller de volver a ser titular a sus 34 años son limitadas. Esto reduce también sus opciones de una nueva convocatoria a la selección campeona del mundo.

El tercer arquero de Alemania ha sido testigo en los últimos meses de cómo se pasa el tiempo sin contar con las oportunidades de destacarse. El jugador del Hannover no encuentra aún la forma de someter su talento a pruebas exigentes pues su equipo no pasa de la media tabla en la Bundesliga y carece del roce internacional que otros clubes sí ofrecen.

Pese a no haber jugado en Brasil, Durm hizo parte del equipo que ganó el Mundial, lo cual lo convirtió en una de las grandes esperanzas del Dortmund para el presente, y el futuro. Pero el defensor lateral aún no despega y tampoco alcanza el alto nivel que se espera de él en momentos de crisis como el actual.

Después del Mundial el seleccionador Joachim Löw decidió ignorar el nombre del jugador del Dortmund, club que también en los momentos difíciles ha prescindido de sus servicios. Para los últimos partidos de Alemania Grosskreutz no fue convocado y en Dortmund el entrenador Jürgen Klopp lo ha dejado fuera de la plantilla en repetidas ocasiones en esta temporada.

El excapitán de la selección alemana anunció su retiro del equipo nacional para dedicarse de lleno en la recta final de su carrera deportiva al Bayern Múnich, pero el campeón de la Bundesliga tendrá que esperar por él hasta finales de febrero del 2015. Lahm, que llevaba casi una década sin sufrir una lesión mayor, se fracturó de gravedad el tobillo derecho en noviembre pasado en un entrenamiento.

El juvenil jugador del Schalke también se perdió por culpa de una lesión la mitad de la primera vuelta de la Bundesliga, la segunda ronda de la fase de grupos de la Champions League. El desgarro muscular en el muslo derecho mantuvo también a Draxler lejos de los partidos de Alemania frente a Gibraltar y España con los que se cerró el 2014.

En el verano la carrera de Matthias Ginter destellaba: novato en la selección alemana, en su primer gran torneo internacional campeón del mundo, un nuevo contrato con la segunda potencia de la Bundesliga, el Dortmund. En el invierno el panorama es opaco: en el equipo nacional todavía no se consolida; tampoco con el Dortmund, donde su rendimiento ha sido objeto de críticas.

Tras ganar la Copa del Mundo el alemán no termina de recuperarse de un golpe para recibir otro. Primero fue un desgarro muscular, luego una lesión de tobillo, después problemas de espalda, recientemente una conmoción cerebral. En total más de una docena de partidos de baja en el segundo semestre del 2014, y muchas dudas en torno a su futuro en España en el 2015 pues se dice que irá al Bayern.

Un jugador polémico por sus declaraciones directas y poco diplomáticas. Aquí un par de ejemplos: “El fútbol es un negocio moderno de trata de personas” (Der Spiegel); “No me ocupo de lo que dice alguien que hace 40 años pateaba un balón” (reacción a las críticas del ídolo alemán Berti Vogts); “Nuestra sociedad está carcomida por la envidia, aquí causa celos hasta el mugre en las uñas” (ran.de).

Desde el Mundial el volante creativo de Alemania apenas ha podido jugar nueve partidos con el Arsenal. Una lesión de ligamentos en la rodilla lo ha sacado de las portadas de las publicaciones deportivas, pero no de las de las revistas del corazón, donde regularmente salen a la luz detalles picantes del fin (y reinicio) de su relación amorosa con la popular cantante alemana Mandy Capristo.

El futbolista no ha ocultado su insatisfacción con la situación deportiva en el club de Londres. Los pocos minutos que ve en la Premiere League inglesa han puesto en peligro su continuidad en la selección alemana a tal punto que Podolski ha declarado abiertamente estar dispuesto a escuchar ofertas de otros equipos. Muchos aficionados esperan verlo pronto de regreso en la Bundesliga.

Los meses posteriores al triunfo en el Mundial fueron difíciles para la estrella alemana por culpa de una misteriosa infección de la que habló el seleccionador Löw: “André me ha contado que se siente cansado, agotado, fuera de forma durante varias semanas. Nuestro consejo fue que se deje revisar a fondo que haga todo lo necesario para curarse”. En el invierno Schürrle ha mejorado.

El jugador del Bayern regresó de Brasil con problemas en la rotula que le costaron casi todo el segundo semestre del año. Además, por si fuera poco, Schweinsteiger también perdió el corazón de su novia después del Mundial: la relación amorosa de siete años con la modelo Sarah Brandner se disolvió después de haber ganado la Copa del Mundo, en cuya celebración ella todavía lo acompañó.

También hay estrellas alemanas a las que la victoria en el Mundial de Brasil les ha traído buenas cosas: Jerome Boateng tiene opciones de cumplir su sueño de ser el primer futbolista de raza negra en convertirse en capitán de la selección alemana; Shkodran Mustafi es pilar de la campaña del Valencia en España; Toni Kroos triunfa con el Real Madrid, equipo que lo ha consagrado internacionalmente.