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G-8: atrincherado en Heiligedamm

Luna Bolívar Manaut24 de mayo de 2007

En la próxima Cumbre del G-8, la seguridad se escribe con mayúsculas. Y ocasiona un escándalo tras otro. El último acusa a las autoridades alemanas de revivir los procedimientos de la STASI, la policía secreta de la RDA.

12 km de largo y 2,40 m de altura: la valla protectora de Heiligendamm.Imagen: AP

"Política internacional tras la alambrada ", así definen los servicios informativos de la televisión estatal alemana la próxima Cumbre del G-8. De acto preparativo a encuentro pre-cumbre, Angela Merkel se esfuerza por ejercer su derecho de anfitriona y modelar el debate público. El éxito de la canciller en esta empresa es, cabe decir, escaso.

El tema estrella entorno a la Cumbre del G-8 en Heiligendamm está lejos de África, se interesa poco por el calentamiento global del planeta, el hambre o la pobreza. El tema estrella entorno a esta Cumbre es la seguridad: las manifestaciones, los antiglobalización y la mano dura del Estado alemán que para muchos ya no sólo aprieta, sino ahoga.

Demasiado comunismo

Las medidas de seguridad costarán 100 millones de euros.Imagen: picture-alliance /dpa

12 kilómetros de largo coronados con cuatro capas de alambre de espino a 2,40 metros del suelo son las medidas de la valla que protegerá las conversaciones entre Merkel, Bush, Putin y los demás representantes del G-8. Ya hay quien entre broma y menos chiste habla de un segundo Muro de Berlín. Y así, el único puesto de control a través del cual se accede al otro lado del cercado ha sido bautizado como "Checkpoint Charlie", en honor a la famosa frontera interna que separaba el Berlín soviético del estadounidense.

Protestas sin violencia.Imagen: AP

En su día, el Muro de Berlín se convirtió en sí mismo en lugar para la crítica política. También los movimientos antiglobalización querían acercar a la valla de Heiligedamm sus protestas. Pero el riesgo de que alguno de ellos pudiera tratar de saltar la barricada ha llevado a prohibir, entre el 30 de mayo y el 8 de junio, cualquier aproximación a menos de 200 metros de la alambrada. Tampoco en el cercano aeropuerto de Rostock estarán permitidas las manifestaciones entre el 2 y el 8 de junio. La Cumbre comienza el 6 y acaba dos días después.

Violencia en las protestas.Imagen: AP

Las restricciones indignan a los antiglobalización. También las redadas policiales de las últimas semanas en las sedes de diversas organizaciones de izquierda. Estas prácticas no son propias de un Estado de derecho, dicen no sólo los activistas. El último escándalo de las fuerzas del orden ha levantado ampollas especialmente entre quienes vivieron la República Democrática Alemana (RDA): las autoridades germanas, aseguran algunos políticos recurren, dicen, a los mismos métodos que hicieron famosa a la STASI, la policía secreta del régimen comunista alemán.

Por su olor los reconoceréis

En concreto, las quejas se dirigen a una noticia que recorre desde ayer los medios de comunicación de Alemania, según la cual agentes alemanes recopilaron pruebas de olor corporal de cinco activistas antiglobalización. Este procedimiento solía ser utilizado por la STASI para que sus perros reconocieran a los enemigos del régimen sólo con oler su presencia y podría aplicarse contra de los manifestantes de Heiligendamm.

Pruebas de olor corporal recaudadas por la STASI.Imagen: AP

"Esta práctica me recuerda a los métodos de la STASI", dijo el socialdemócrata Wolfgang Thierse. Lo mismo opinan Marianne Birthler, encargada de la administración de los documentos de la STASI, y Richard Schröder, quien fuera activista pro derechos humanos en la RDA. Otros políticos, como el democratacristiano Wolfgang Bosbach o el también socialdemócrata Dieter Wiefelspütz, se alejan de la comparación con el sistema comunista, por la que ya se han exigido disculpas, pero califican el proceder policial de "curiosa escenificación" y "método estrafalario".

Otro Wolfgang, el ministro del Interior en cruzada ya desde hace meses por la seguridad del país, Wolfgang Schäuble, considera que las medidas que se están tomando en preparación de la Cumbre de Heiligendamm son "correctas, necesarias y adecuadas". Como él, la ministra de Justicia, Brigitte Zypries, ha negado que las pruebas recaudadas tengan relación con el encuentro del G-8 o vayan a quedar archivadas. Se trata únicamente de aclarar un delito, tras lo cual el olor de los sospechosos será destruido.

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