1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Alto al fuego en Libia: ¿con la OTAN o sin ella?

27 de febrero de 2011

El Consejo de Seguridad de la ONU impuso sanciones al Gobierno de Libia y, con ello, parece haber abierto la posibilidad de una intervención militar en ese país. Pero, ¿quieren los libios realmente que la OTAN los ayude?

“La OTAN sólo podrá marchar en territorio libio si el país se convierte en una amenaza para sus vecinos o para Europa", dice una experta.Imagen: AP

Aunque el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha resistido la tentación de pronunciarse sobre la crisis sociopolítica libia con la solemnidad de sus declaraciones habituales y su homólogo boliviano, Evo Morales, ha evitado comentar el asunto públicamente, los Estados latinoamericanos que cultivan relaciones diplomáticas estrechas con el régimen de Muamar el Gadafi han seguido con atención el curso de los acontecimientos en el país africano. Y más ahora, cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le ha dado un ultimátum al hombre fuerte de Trípoli.

El organismo internacional impuso sanciones al Gobierno de Libia para que deje de usar la violencia contra la población desarmada y, con ello, parece haber abierto la posibilidad de una intervención militar de la OTAN en el Magreb. Algunos analistas políticos temen que, si la presión del Consejo de Seguridad de la ONU no consigue persuadir a Gadafi de poner alto al fuego, la situación empeore y sólo deje lugar para una medida más contundente: la injerencia directa en el conflicto interno libio de las tropas de la OTAN; un escenario que varios líderes latinoamericanos ya habían previsto y criticado de antemano.

Castro dirá que lo veía venir…

Desde hace días, Fidel Castro asegura que Washington planea ocupar el territorio libio mediante una operación de la OTAN.Imagen: AP

Desde hace días, el ex presidente cubano Fidel Castro asegura en su columna Reflexiones, publicada en varios medios impresos de la isla, que Washington planea la ocupación del territorio libio mediante una operación de la OTAN. “Lo que para mí es absolutamente evidente es que al gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días”, escribió Castro. Poco después, el ministro venezolano de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, lo secundó.

Según Maduro, Estados Unidos está intentando crear condiciones que justifiquen la ocupación de Libia. “Y el objetivo central de la invasión de Libia es el mismo objetivo que tuvo George Bush: el petróleo. Tomar el petróleo de Libia, dejar a Libia [dividida] en veinte pedazos y quitarle a la OPEP uno de sus puntales fundamentales”, sostuvo el canciller venezolano, haciendo alusión al ex presidente estadounidense George W. Bush y a la Guerra de Irak. Está por verse si estas profecías se materializan; por ahora, la socióloga militar Florence Gaub las da por improbables.

Intervención militar: no sin un mandato de la ONU

El Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que era demasiado temprano para plantear la toma de control del espacio aéreo libio.Imagen: AP

“El Consejo del Atlántico Norte ha establecido premisas relativamente claras que determinan cuándo puede actuar la OTAN y la premisa fundamental es, desde luego, que exista un mandato de la Organización de las Naciones Unidas, siempre que no se trate de una cuestión de autodefensa. Y, de momento, la ONU se muestra indecisa; ella no ha emanado orden alguna”, explica Gaub, investigadora de la Facultad para el Cercano Oriente del NATO Defense College, el centro educativo con sede en Roma donde se forman los soldados profesionales y los diplomáticos de la OTAN.

“Además, yo creo que la OTAN quiere evitar verse implicada en una situación como la de Yugoslavia; es decir, en el ojo del huracán sin un mandato claro de la ONU o sin mandato alguno. Un movimiento semejante podría ser malinterpretado fácilmente como una iniciativa de agresión”, agrega la experta al ser consultada sobre las vacilaciones con que culminó recientemente una reunión extraordinaria de la OTAN en la que se trató la crisis libia. Pero, ¿y qué hay del llamado que han hecho varios ministros de Defensa europeos para que se conciban planes de emergencia con miras a tomar el control del espacio aéreo libio?

Ayuda humanitaria: eso sí, y en cualquier momento

Aunque a muchos no les parezca, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó las sanciones para el Gobierno de Gadafi en tiempo récord.Imagen: picture alliance/dpa

El Secretario General de la alianza del Atlántico Norte, Anders Fogh Rasmussen, dijo que era demasiado temprano para plantear la aplicación de una estrategia como esa, pero Gaub desestima que el impulso de los ministros de Defensa comunitarios de actuar rápidamente contradiga necesariamente la cautela de la OTAN. Ella se limita a insistir en que el organismo internacional ya está haciendo todo lo que está a su alcance en este instante. “Lo que podemos hacer sin recibir un mandato de la ONU es organizar la ayuda humanitaria. Nosotros podemos hacer eso por Libia en cualquier momento ”, comenta la socióloga militar.

“Por desgracia, la violencia perpetrada en contra de la población civil de un país no basta para que la OTAN intervenga”, lamenta Gaub; eso sería lo correcto en términos morales, pero no en términos jurídicos, acota: “Según el artículo 7 de la Carta de las Naciones Unidas, las tropas de la OTAN sólo podrán marchar en territorio libio si el país africano se convierte en una amenaza para sus vecinos directos o para las naciones europeas. Y, hasta ahora, ese no es el caso”.

Pregunta de rigor: ¿Cuántos soldados y para qué?

La NATO Response Force, la fuerza de reacción rápida de la OTAN (en la imagen), puede presentarse en Libia en cinco días.Imagen: AP

Aunque no lo parezca, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó las sanciones para el Gobierno de Gadafi en tiempo récord. Y si las condiciones jurídicas "justificaran" una intervención militar en Libia, las fuerzas de la OTAN podrían actuar con la misma celeridad. “La NATO Response Force, la fuerza de reacción rápida de la OTAN, puede presentarse en Libia en cinco días, pero esa es una unidad relativamente pequeña, integrada por aproximadamente 17.000 soldados. Una pregunta de rigor es: cuántos militares se quiere enviar a la región. Si se aspira contar con un contingente grande de, digamos, 50.000 hombres, la acción podría tomar un mes completo”, señala Gaub, trayendo a colación otras cuestiones igualmente importantes: ¿Qué sentido tendría enviar a decenas de miles de militares a Libia? ¿Qué es exactamente lo que se querría lograr con una tropa de esas dimensiones?

“Controlar militarmente a un país entero es una misión muy compleja. Libia no tiene una población muy grande, pero su territorio es enorme, comparable con el de Afganistán. No es que Libia sea tan grande como Afganistán, pero tiene superficies extensas en las que es difícil escudarse; eso sería una verdadera pesadilla desde el punto de vista técnico de la seguridad”, admite la especialista, concediendo también que, por tratarse de Libia, la crisis que la OTAN tiene en sus manos ha adquirido mayor relevancia para unos miembros del organismo internacional que para otros.

Sin consenso interno no habrá movimiento

Gaub: “Debemos admitir que la OTAN no tiene una buena imagen en el mundo árabe. Y, a decir verdad, nadie espera por nosotros en Libia”.Imagen: dapd

En realidad, un mandato de la ONU no basta para que la OTAN le dé luz verde a sus tropas, confiesa Gaub: “Nosotros necesitamos el famoso ‘consenso de la OTAN’ porque un solo voto en contra puede aniquilar cualquier proyecto; eso ya lo vivimos en 2003, cuando Bélgica se opuso al estacionamiento de cohetes en Turquía. Y eso mismo podría ocurrir en el caso de la crisis libia; puede ser que Italia, Francia o cualquier otro país diga: ‘nosotros no participaremos en esa acción’. Esa es la gran debilidad de la OTAN, pero también su gran fortaleza”, opina Gaub.

Si el escenario de una acción militar en Libia llega a convertirse en realidad, es probable que a los malentendidos que ya tienen lugar entre los propios miembros de la OTAN se sumen los malentendidos culturales entre los interventores y el pueblo libio, que quiere librarse de un dictador, pero desconfía de las buenas intenciones de quienes se definen como “el Occidente”. “Bueno, nosotros tenemos una pequeña misión de entrenamiento en Irak; allí obtuvimos experiencia de primera mano en lo que se refiere a la mentalidad árabe”, dice la experta.

¿Quiere Libia la ayuda de la OTAN?

“Nosotros sabemos que el de la mentalidad árabe es un tema muy vasto que fue subestimado por la OTAN durante mucho tiempo. Por otro lado, en el seno de la OTAN están representadas distintas culturas y eso nos ayuda a prepararnos para el hecho de que, al sur del Mediterráneo, nos toparemos con percepciones del mundo muy diferentes a las nuestras. Yo creo que esa es una de las razones por las cuales se titubea a la hora de hablar de una misión de la OTAN en el Magreb. Muchos se preguntan si Libia realmente quiere que la OTAN la ayude”.

El clamor de su gente en las calles sugiere que no y a Florence Gaub eso no le extraña en absoluto: “Debemos admitir que la OTAN no tiene una buena imagen en el mundo árabe. Nosotros tenemos la apariencia de un bloque militar imperialista y, a decir verdad, nadie espera por nosotros en Libia”.

Autora: Ute Welty / Evan Romero-Castillo
Editora: Claudia Herrera-Pahl

Ir a la siguiente sección Descubra más

Descubra más

Mostrar más
Ir a la siguiente sección Tema del día DW

Tema del día DW

Ir a la siguiente sección Más de DW