Galicia prohíbe fumar en las calles para evitar contagios
12 de agosto de 2020
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La región española de Galicia prohibirá desde el jueves fumar en calles o terrazas de bares si no se puede mantener la distancia de seguridad, una medida inédita contra el coronavirus en España, país que sufre un repunte de los contagios.
El uso obligatorio de la mascarilla solo podrá exceptuarse por "consumo de tabaco o de cigarrillos electrónicos (...) en la vía pública o en espacios al aire libre incluidas las terrazas, si se puede mantener en todo momento la distancia mínima de dos metros con otras personas", indicó el boletín oficial de la región del noroeste de España emitido la noche del miércoles (12.08.2020).
Esta prohibición está incluida en un paquete de medidas del gobierno regional de Galicia para frenar el aumento de los contagios de covid-19, que incluye la realización de más pruebas PCR.
La Sociedad Española de Epidemiología pidió a finales de julio la prohibición de fumar en espacios exteriores, ya que "los fumadores que estén infectados y sean asintomáticos pueden emitir gotas de agua con virus SARS-CoV-2 poniendo en riesgo al resto de la población".
Galicia, que con 30 casos por 100.000 habitantes frente a los 97 casos/100.000 habitantes en toda España no es de las regiones más afectadas, ya había implementado otras medidas, que se mantienen, como restricciones al aforo de los comercios, al ocio nocturno y la prohibición de reuniones de más de diez personas.
Ante los rebrotes, que han impulsado a España a ser el país de Europa Occidental con más contagios (cerca de 330.000), varias regiones, sobre todo en el noreste del país, implementaron medidas como confinamientos selectivos y cierre de locales de ocio nocturno.
Salvo en Canarias, el uso de mascarillas es obligatorio en toda España, uno de los países más golpeados por la pandemia, con 28.579 decesos.
(afp)
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Mallorca, el paraíso vacacional de los alemanes
Incluso en época de coronavirus, Mallorca sigue siendo uno de los principales destinos turísticos de Europa. A los alemanes este lugar les resulta especialmente atractivo. ¿Por qué?
Imagen: picture-alliance/dpa/T. Reiner
No puede haber mejores vacaciones que éstas
Quinientos kilómetros de costa, bahías apacibles como Cala Formentor (en la foto) y temperaturas cálidas incluso en otoño, hacen de la mayor de las Baleares un lugar ideal para pasar las vacaciones. Viajeros solitarios, grupales o celebridades, para todos hay espacio en Mallorca. Y está al alcance de la mano a buen precio: desde Frankfurt se llega a esta isla en solo dos horas y media.
Imagen: picture-alliance/imageBROKER/D. Schoenen
Cómo comenzó todo
En 1833, se estableció un servicio regular de ferry entre Barcelona y Mallorca. Pero fueron unos amantes los que hicieron de la isla un destino apetecido. La escritora George Sand y el pianista Frédéric Chopin pasaron el invierno de 1838/1839 en un monasterio de Valldemossa (en la foto). La novela "Spiridión" fue escrita allí y su descripción de la isla desencadenó el primer boom turístico.
Los primeros turistas de comienzos del siglo XX llegaban principalmente de España y Reino Unido, buscando naturaleza y romance. La mayoría de las playas de Mallorca siguen sin ser explotadas a cabalidad, como estas de Calvià y Alcúdia (en la foto). En 1935, el clima templado atrajo a 50.000 turistas, en 1950, ya eran 100.000 y, en 1960, llegaron al millón.
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Auge de vacaciones junto al mar
En la década de 1960, el turismo empezó a crecer velozmente. A lo largo de la costa aparecieron hoteles y pioneros de la venta de viajes, como Neckermann y Dr. Tigges, que invirtieron con prontitud. Los alemanes querían vacaciones asequibles y tranquilas, que es lo que obtuvieron en Mallorca. El pequeño pueblo de El Arenal, a 20 kilómetros de la capital, Palma, pronto se volvió irreconocible.
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La zona de fiestas
A comienzos de los 80, El Arenal era el centro de reunión de los veraneantes. Además de alemanes, británicos y escandinavos llegaban al lugar a celebrar fiestas. El "Ballermann 6" rápidamente se volvió un punto de encuentro para las orgías alcohólicas. La palabra es una alteración alemana de "Balnearia", nombre de los puestos de playa, que se instalan cada 500 metros y están numerados del 1 al 15.
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Palma: cultura con playas
La catedral es uno de los puntos de referencia de la capital de la isla, Palma, y también uno de sus lugares más visitados. Hasta la crisis del coronavirus, los 400.000 habitantes de la ciudad luchaban contra el exceso de turistas. Esto, por los cruceros que atracan y llenan las calles del casco antiguo con miles de visitantes. En 2019, más de 7 millones de personas pasaron una noche en Mallorca.
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El espectacular almendro en flor
La primavera y la temporada baja comienza en Mallorca con el florecimiento de los almendros. Los primeros turistas disfrutan de una atmósfera aún plácida en la isla, donde pueden gozar a sus anchas de pintorescas localidades y villas del interior, además de variada naturaleza. Más de un tercio de la isla son zonas naturales protegidas.
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El llamado de la montaña
Aquellos que aman los desafíos deportivos se dirigen sin titubear a las montañas Tramuntana, donde las alturas -que suelen superar 1.000 metros- cubren amplias zonas del norte y este de la isla. Los ciclistas de montaña pueden encontrar senderos impresionantes, como el de Cap Formentor. Los excursionistas pueden tomar el tramo GR 221 y los ciclistas de carrera, los serpenteantes pasos montañosos.
En el agua se pueden vivir grandes experiencias. Al menos en Mallorca. Aquellos que no se pueden permitir el lujo de un yate, al menos podrán disfrutar de la belleza de puertos pesqueros como Cala Figuera, Porto Colom o Port Sollér. Antiguamente, a través del puerto de Sóller, las naranjas cultivadas en las montañas mallorquinas eran enviadas a Francia.
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Las fincas, una alternativa a los hoteles abarrotados
Los que deseen escapar del ajetreo y el bullicio de las playas pueden encontrar espacio en una finca, que suelen contar con todas las comodidades del caso. Acá, la relajación está garantizada. No importa si eres amante del sol, de las fiestas, buscador de paz o un vacaconista hiperactivo. En Mallorca hay espacio para todos. Cuatro millones de alemanes al año no pueden estar tan equivocados.(dz/vt)