Gambia: oposición gana las elecciones presidenciales
2 de diciembre de 2016
El candidato opositor Adama Barrow ganó las elecciones presidenciales celebradas el jueves en Gambia, derrotando al presidente Yahya Jammeh, quien ha gobernado el país africano durante los últimos 22 años.
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El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, ha perdido las elecciones tras 22 años en el poder frente al candidato la coalición opositora del Partido Democrático Unido (UDP), Adama Barrow, informó hoy (02.12.2016) la comisión electoral. El presidente de la misma, Alieu Momar Njie, dijo que Jammeh va a reconocer su "derrota" en los comicios, celebrados el jueves en una jornada en que las autoridades cortaron las comunicaciones telefónicas y el acceso a internet.
Jammeh, que ha gobernado con mano de hierro el pequeño país africano desde 1994, ha obtenido el 40,4 % de los votos, frente al 43,9% logrado por el líder opositor.
Yahya Jammeh
El mandatario gambiano ha sido acusado con frecuencia de ejercer una violenta represión política, de restringir la libertad de la prensa y de atentar contra los derechos humanos, especialmente en relación a colectivos como los homosexuales. Jammeh llegó al poder con la promesa de mejorar el futuro de los gambianos y poner fin a la injusticia social y la corrupción, pero no ha alcanzado sus objetivos.
No en vano, Gambia se ha hundido aun más en la pobreza, y más de la mitad de su población vive con menos de dos dólares al día. El nuevo presidente electo, Adama Barrow, un empresario de 51 años que hereda un país sumido en una grave crisis, anunció durante la campaña que una de las prioridades de su mandato de cinco años sería sanear la economía del país.
FEW (EFE, dpa)
Socialismo en África, un patrimonio oxidado
En la Casa Iwalewa de la Universidad de Bayreuth, la exposición "Things Fall Apart" (Todo se desmorona) repasa las relaciones de África con los países socialistas: de la URSS a la caída del socialismo real, y hasta hoy.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Viejas cadenas, nueva visión
Mientras los países africanos se liberaban de sus cadenas coloniales a fines de la década de 1950, las antiguas potencias coloniales se hallaban ya inmersas en la Guerra Fría. Aquel enfrentamiento ideológico tuvo también su correlato en el continente africano. Con lemas propagandísticos como "África lucha, África gana", la Unión Soviética buscaba ganar la simpatía de los jóvenes Estados africanos.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Una Utopía se oxida
La hermandad entre la Unión Soviética y los Estados africanos duró apenas un par de décadas. Pero sus huellas llegan hasta hasta el presente. El fotógrafo angoleño Kiluanji Kia Henda localizó al Karl Marx en un cementerio de barcos del norte de Luanda, en 2006. Había sido parte de una flota pesquera, que fue donada a Angola por la Unión Soviética y que apenas estuvo un par de años en operación.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Lucha de poder en suelo africano
En estos murales descoloridos −documentados por la fotógrafa sudafricana Jo Ractliffe-, Fidel Castro (i), Leonid Brezhnev (d) y Agostinho Neto (c), el primer presidente de Angola, recuerdan la historia socialista de Angola. En la guerra civil angoleña, Cuba aportó tropas y la URSS armas a Neto. Del otro lado de la línea de combate, armas y financiamiento de la Sudáfrica del apartheid y los EE. UU.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Un ícono del antimperialismo
También Patrice Lumumba, el primer ministro fundador de la República Democrática del Congo, simpatizó con el socialismo. Tras pedir ayuda a la URSS, ante una crisis política en su joven Estado, fue despojado del poder y asesinado en presencia de los servicios secretos belgas. A este ícono de la lucha independentista africana, la URSS le rindió homenaje con un sello postal propio.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Invitados, pero no siempre bienvenidos
La URSS ofreció estudios superiores a jóvenes africanos, que se formaron en universidades como la "Patrice-Lumumba", en Moscú. Pero esos estudiantes se vieron muchas veces confrontados con situaciones de racismo. Y protestaron. Una protesta de los estudiantes africanos a fines de los años 50 pasaría a la historia como la primera manifestación pública tras la era de Stalin.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Brezhnev en África, la película
La Unión Soviética no ahorró costos ni esfuerzos para llevar su ideología a los países africanos. Una visita de Leonid Brezhnev a Guinea, en 1957, quedó grabada en cinta. El documentalista Alexander Markov retomó el filme propagandístico en un documental que se presentó en la selección de la Berlinale, el festival de cine de Berlín, en 2015.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Unidos en el cosmos
La propaganda en voz e imágenes era fácil de transportar y fue, por eso, un medio priorizado. Con representaciones estereotípicas de niños de tres continentes, debía mostrarse un desarrollo que solo se podía alcanzar unidos. Para muchos niños, esta puede haber sido una motivación: la esperanza de participar juntos en un viaje al espacio, de convertirse, incluso, en “cosmonautas”.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Vivas al socialismo
Etiopía era la sede la Organización para la Unidad Africana (OUA) y el régimen militar de Mengistu Hailemariam tenía mucho que agradecer a la URSS. En la OUA, una gigantesca escultura de Lenin recibía a los visitantes. El monumento a Marx de la foto, inaugurado por el entonces presidente de la República Democrática Alemana (RDA), Erich Honecker, sigue en pie en la Universidad de Addis Abeba.
Imagen: picture-alliance/ZB
Herencia socialista
Hasta hoy, los gobernantes africanos siguen sirviéndose de la estética realsocialista. Así, este monumento de bronce, que lleva el nombre de "Renacimiento Africano", fue mandado a erigir por el presidente senegalés Abdoulaye Wade en 2010. El conjunto fue diseñado y acabado por una empresa norcoreana que, tras Addis Abeba, proveyó a más de 20 ciudades africanas con sus gigantescas creaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa
Estética totalitaria
El presidente de Botswana, Festus Mogae, inauguró este conjunto escultórico en 2005. El monumento muestra a tres líderes ("Three Dikgosi"), considerados padres fundadores del Estado actual. El surcoreano Onejoon Che reconstruye en modelos y fotografías esta estética totalitaria del socialismo real en África.
Imagen: Universität Bayreuth/Iwalewahaus
Después de la función, vacío
Burkina Faso se considera el último intento por establecer un socialismo africano. En Uagadugú, capital del cine africano, mostraban sus películas cineastas que estudiaron en Moscú, como Ousmane Sembène. El oficial socialista Thomas Sankara impulsó el Festival panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú (FESPACO), que se celebra hasta hoy. El fotógrafo Isaac Julien (2005) muestra el cine vacío.
Imagen: Iwalewahaus/Isaac Julien
¿Pronto en África?
La exposición itinerante "Things Fall Apart" fue concebida en Londres y Bayreuth, donde puede visitarse hasta el domingo (18.09.2016). Desde diciembre, podrá verse por dos meses en Budapest. ¿Y después? La Casa Iwalewa de Bayreuth conversa con diversas representaciones del Instituto Goethe para presentarla en África, donde el sueño del socialismo quedó, también, como una utopía inalcanzada.