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Lesbianas en el fútbol

24 de diciembre de 2010

Ursula Holl, Nadine Angerer... Las futbolistas profesionales comienzan a “salir del armario”, pero la atención de los medios parece reservada para el primer gran estrella de balompié que admita ser homosexual o bisexual.

Lo primero que los alemanes quieren saber de los hombres prominentes es si son gays, pero las lesbianas no son noticia de primera plana.Imagen: picture-alliance/dpa

La prensa alemana ha estado esperando durante años a que una estrella del fútbol asuma públicamente su homosexualidad. Marcus Urban, prometedor mediocampista de la segunda liga, y Martina Voss, talento excepcional de la primera, “salieron del armario” hace tiempo, pero lo hicieron cuando ya habían abandonado a sus respectivos equipos.

El coming out ideal debe involucrar a un ídolo activo y las redacciones medirán el impacto del anuncio tras registrar las reacciones de sus camaradas, de las organizaciones deportivas, de los patrocinadores y de los hinchas en el estadio.

Marcus Urban, joven promesa del balompié alemán, hizo pública su homosexualidad años después de haber renunciado al fútbol.Imagen: DW

¿Seguirá jugando tan bien como lo ha hecho hasta ahora o sucumbirá ante los abucheos homófobos? ¿Volverá a ser nominado para la selección nacional u optará por renunciar al balompié profesional? Y, si decide retirarse, ¿le darán la licencia para que pueda trabajar como entrenador o entrenadora? Después de todo, en este deporte se ven reflejados los rasgos más conservadores de la sociedad alemana, y casi cualquier discrepancia entre lo que un ídolo es y lo que las masas han aprendido a esperar de él es motivo de escándalo.

Pero, entonces, ¿cómo explicar que la boda de Ursula Holl, guardametas de la selección nacional femenina, haya pasado inadvertida por los periódicos germanos?

Sin bombos ni platillos

Holl se casó con la diplomada en ciencias del deporte Carina Schrörs el 18 de junio, dejando en el aire dos posibles respuestas para esa incógnita: o los diarios estaban distraídos con la Copa Mundial de la FIFA –en el día de la boda, los miembros de la otra selección nacional se enfrentaban al equipo de Serbia en el campeonato mundial de Sudáfrica– o sus titulares están reservados para el primer jugador que admita ser homosexual o bisexual. Varios argumentos refuerzan la tesis de que las lesbianas no despiertan el mismo interés que los gays como noticia de primera plana.

Ursula Holl (centro), guardameta de la selección nacional, se casó con Carina Schrörs en la cámara municipal de Colonia el 18 de junio.Imagen: AP

“Al mundo le importa muy poco lo que las mujeres hagan con sus afectos y con sus cuerpos”, sostiene Manuela Kay, jefa de redacción de la revista lésbica de mayor distribución en Alemania, l-mag. “El amor lésbico y la sexualidad femenina no son tomados en cuenta; tenemos años viviendo con el secreto a voces de que la mayoría de las jugadoras de fútbol son lesbianas. Si ellas lo asumieran abiertamente de una vez por todas, sus fans lesbianas las apoyarían y los demás se encogerían de hombros porque ya lo sabían o se lo imaginaban”, asegura Kay.

Lo que todos quieren saber…

“Entre los futbolistas, ser homosexual es considerado como un asunto más grave porque tanto el fútbol masculino como la sexualidad masculina son tomadas más en serio”, agrega la periodista, mal dispuesta a comentar el supuesto coming out de la otra guardametas de la selección nacional alemana, Nadine Angerer. A finales de noviembre, al ser consultada por la revista del semanario alemán Die Zeit sobre los rumores en torno a la “desproporcionada” presencia de lesbianas en el fútbol femenino, Angerer se limitó a decir que ella sentía “simpatía” tanto por hombres como por mujeres.

Kay: “Hubiera sido estupendo que Angerer (en la foto) dijera claramente que no es heterosexual, pero no lo hizo”.Imagen: Kinowelt

El diario amarillista Bild reprodujo su respuesta como si Angerer hubiera "confesado" ser bisexual, mientras el resto de la industria mediática reaccionaba con relativa indiferencia, creando la errónea impresión de que a nadie en Alemania le interesa la vida privada de los deportistas.

Al contrario: hace unos meses, el periodista de Die Zeit Ulf Lippitz comentaba con algo de ironía que lo primero que los alemanes parecen querer saber de los hombres prominentes es si son gays. Y eso incluye a los futbolistas como Philipp Lahm, Bastian Schweinsteiger, Per Mertesacker o Torsten Frings, según el análisis del semanario alemán.

¿Presencia “desproporcionada”?

Lippitz sostenía que el ex entrenador del equipo alemán masculino, Jürgen Klinsmann, sobresale por ser la primera personalidad del fútbol profesional cuya heterosexualidad fue puesta en duda, y que las mismas sospechas se erigen en torno a su sucesor. El articulista de Die Zeit ponía como ejemplo las búsquedas de Internet: bastaría introducir “Joachim Löw” en el motor de rastreo de Google para que el programa Suggest muestre la palabra schwul (homosexual) como la más buscada en relación con el nombre del actual entrenador de la selección nacional masculina, así Lippitz.

Kay insiste en que la curiosidad por la homosexualidad femenina es mucho más moderada, pero también subraya que si la “revelación” de Angerer se prestó a malentendidos y falló en capturar la atención de los medios es porque la futbolista no reveló absolutamente nada.

Joachim Löw está casado con una mujer desde hace años, pero muchos alemanes lo “googlean” –como a otras figuras del deporte– para encontrar indicios de su presunta homosexualidad.Imagen: AP

“Nosotras sabemos que la mayoría de las jugadoras del equipo nacional de balompié son lesbianas, pero no podemos ir más allá de decir que las vemos en los bares o que conocemos a sus novias. Hubiera sido estupendo que Angerer dijera claramente que no es heterosexual, pero no lo hizo. No se atrevió a decir la verdad”, agrega la jefa de redacción de l-mag. Kay también criticó a la futbolista por trivializar en otra entrevista los obstáculos que dificultan la “salida del armario” de las jugadoras.

Atascadas en el “armario”

Según Kay, la Copa Mundial Femenina de Fútbol que se celebrará en Alemania en 2011 no justifica la renuencia de las lesbianas de la selección nacional a “salir del armario”.Imagen: AP

A los ojos de Kay, el hecho de que Alemania se convierta en sede de la Copa Mundial Femenina de Fútbol en 2011 –un evento que podría reducir la brecha que existe entre el balompié femenino y el masculino como espectáculo de multitudes, si la imagen del primero se mercadea cuidadosamente–, no explica del todo la renuencia de las lesbianas que integran la selección alemana a romper el mito de que todas las jugadoras son heterosexuales. En su opinión, si no “salen del clóset” ahora que el éxito les sonríe, no lo harán nunca: “el momento apropiado para hacerlo no existe”, señala.

“Uno siempre puede esperar a que lleguen momentos más propicios para dejar saber a los demás que uno es homosexual; esperar a que la sociedad sea mas abierta, tolerante o democrática. Pero si esperamos demasiado nunca vamos a ver el día… Al fútbol femenino alemán no le puede ir mejor que ahora. Y estoy segura de que todas las fans estarían agradecidas. Las fans no merecen que se les siga tomando por tontas”, acota Kay y añade: “Lo absurdo es que, en estos momentos, los hinchas, las asociaciones de fútbol y la Federación Alemana de Fútbol están más preparadas para aceptar la homosexualidad de los jugadores que los propios futbolistas”.

Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López

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