The Times, de Londres: “Para Georgia, el precio de la ingenua temeridad del presidente Michail Saakashvili fue alto. La oposición política ha puesto en duda su capacidad de liderazgo y ha habido acusaciones de violaciones de derechos humanos y fraude electoral. El país tiene una cuenta pendiente de por lo menos mil millones de dólares para la reconstrucción. La posibilidad de recuperar a Osetia del Sur parece ahora tan remota como la de ingresar a la OTAN. Las heridas aún no han sanado y la región sigue siendo inestable. Los observadores de la ONU fueron forzados a retirarse, pero la paz no está a la vista por ningún lado. En este conflicto, ambas partes pertenecen al bando de los perdedores”.

Cuestiones sin aclarar

Westfälische Nachrichten, de Münster: “Entretanto, rusos y estadounidenses afortunadamente han vuelto a hablarse. (...) Sin embargo, a todas luces hay cuestiones críticas que ambas partes aún no han aclarado. ¿Por qué fallaron los mecanismos internacionales de control de crisis en el caso de Georgia? ¿Cómo es posible que turbios personajes belicosos en Georgia y Osetia del Sur hayan llevado al Este y el Oeste al borde de un conflicto de gran escala? Desde este punto de vista, una Georgia incorporada a la OTAN es probablemente lo último que Occidente debería desear. Un balance decepcionante un año después del término de la guerra”.

Saakashvili quiere revancha

Derniéres Npuvelles d’Alsace, de Estrasburgo: “El controvertido presidente (Michail Saakashvili) jamás aceptó esa humillación y hoy en día busca una revancha e intenta provocar a los rusos. Quiere utilizar el respaldo de Washington, del que se jacta, para usufructuar de las tensiones entre los antiguos contendores de la Guerra Fría. El Kremlin ya ha visto rojo y condenó un ‘respaldo extranjero’ de Georgia. Pese a que el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, efectivamente haya reiterado el deseo de que Georgia ingrese a la OTAN, el gobierno de Washington mantiene gran distancia de Saakashvili y, de seguro, con razón”.

Nada solucionado

La Républicain Lorrain, de Metz: “En realidad nada se arregló. Moscú sólo renunció a pisotear el derecho internacional más allá de la medida de lo soportable. En realidad, el Kremlin nunca digirió la pérdida de sus antiguas provincias, Georgia y Ucrania”.

ERS/dpa/afp

Editora: Eva Usi