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Así trabaja Gerhard Richter

7 de septiembre de 2011

Un nuevo documental captura el proceso creativo del pintor alemán Gerhard Richter para satisfacer la curiosidad de aquellos a los que no les basta saber que sus obras son las más vendidas en el mercado global del arte.

La directora del documental sobre Richter rodó durante meses en el estudio del pintor.Imagen: picture-alliance/ dpa
“Las pinturas hacen lo que ellas quieren”, dice el artista plástico alemán Gerhard Richter en una escena del documental Gerhard Richter – Painting, dejando en evidencia uno de los principios más importantes de su trabajo: el pintor de 79 años deja muchas cosas en manos del azar. Sus obras surgen de un proceso largo y abierto en el que echa mano a los instrumentos más disímiles para superponer una enorme capa de color sobre otra. La película capturó muchos de esos momentos.
 
Corinna Belz, la autora del documental, rodó durante meses en el estudio donde nacen las pinturas de Richter –ubicado en el exclusivo barrio de Hahnwald, en Colonia– y en las oficinas donde se conciben sus exposiciones para galerías y museos de Alemania y el mundo. Pero su filme no es sólo testigo excepcional del quehacer cotidiano del artista, él cuenta también sobre sus inicios en su Dresde natal, su huída a Alemania Occidental y su renuencia a regresar a la del Este.
 
Una carrera meteórica
 
Richter echa mano a los instrumentos más disímiles para superponer una enorme capa de color sobre otra.Imagen: Piffl Medien
El talante propagandístico del arte del Tercer Reich y la plástica complaciente promovida por el Estado en la República Democrática Alemana le hicieron difícil a Richter creer en la pintura como medio de expresión libre de ideologías. De ahí que no extrañe la manera en que describió sus primeras obras cuando las exhibió en Düsseldorf, dos años después de escapar de Alemania Oriental: realismo capitalista. El color gris, que domina en su trabajo de los setenta, hace un manifiesto similar.
 
El gris es una negativa a hacer declaraciones, una renuncia a la forma, una falta de opinión. Pero más que su propuesta conceptual, fue el impacto visual de sus pinturas lo que catapultó su carrera en la República Federal de Alemania y, más tarde, alrededor del globo. Hasta la Iglesia Católica, a la que cuesta asociar con el arte contemporáneo, le encargó en 2007 la creación de un motivo en vidrio para la Catedral de Colonia. Richter permitió que la cámara de Belz lo filmara trabajando por encima de su hombro.
 
Retrato de un artista pintando
 
“Las pinturas hacen lo que ellas quieren”, dice el artista plástico alemán Gerhard Richter.Imagen: Piffl Medien
El hecho de que la cineasta consiguiera ganarse la confianza de Richter –conocido por evitar a los medios, proteger su atelier de las miradas extrañas y declinar las solicitudes de entrevista–, convierte al documental de 101 minutos en un documento extraordinario. La cinta lo muestra en plena acción y también en reposo, contemplando la pintura sin moverse, esperando a que “le hable”. En un instante de candidez, Richter le dice a un visitante –su amigo, el crítico de arte Benjamin Buchloch– que su trabajo en una obra termina cuando no quedan más errores a la vista.
 
Lo que nadie debe esperar de Gerhard Richter – Painting es que su directora lo persuada de conversar con la cámara. Richter parece querer evitar una emboscada que lo obligue a interpretar sus pinturas y se cuida de no ofrecer comentario alguno sobre el significado histórico o artístico de su trabajo. “Pintar es un asunto privado”, dice el artista. Y eso queda demostrado en este documental.
 
Autora: Sabine Oelze (erc)
 
Editor: Enrique López-Magallón
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