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Giro político a la derecha en Italia, peligro para Europa

26 de septiembre de 2022

Triunfantes, los posfascistas italianos alcanzaron la mayoría en el nuevo Parlamento. El resultado de las elecciones también tendrá consecuencias para la convivencia en la Unión Europea, opina Alexandra von Nahmen.

"Gracias italia", reza el cartel que sostiene una sonriente Giorgia Meloni.
La formación populista de derecha obtuvo una cómoda mayoría en Italia.Imagen: Gregorio Borgia/AP/picture alliance

"Celebramos junto con Italia", rezaba un comentario desde Alemania en Twitter, y un eurodiputado de Francia escribió que los italianos le habrían dado una lección de humildad a la Unión Europea (UE). Políticos de derecha de toda Europa se alegran de la victoria de Giorgia Meloni. Tras las elecciones parlamentarias, la jefa del partido nacionalista de derecha Hermanos de Italia lleva la delantera con su alianza de derecha y probablemente liderará el próximo gobierno.

Para Italia, un país fundador de la UE, esto es una cesura. Nunca antes, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, un Parlamento italiano se había posicionado tanto a la derecha en el espectro político como el que acaba de ser electo. La formación de Meloni, Hermanos de Italia, tiene su origen en el neofascismo y es la principal fuerza política. Junto con la Liga nacional de derecha, de Matteo Salvini, y el partido cristianodemócrata Fuerza Italia, de Silvio Berlusconi, alcanza una mayoría absoluta. 

Electores frustrados

Desde luego, el giro a la derecha en Italia tiene que ver, sobre todo, con la situación política en el país. Muchos italianos están frustrados y descontentos con la clase política. Un tercio del electorado se abstuvo de votar. En los últimos cuatro años, Italia tuvo tres gobiernos distintos. El partido de Giorgia Meloni no formó parte de ninguno de ellos, y, ahora, se beneficia de ello.

La crisis energética, la inflación, la impresión de haber perdido el control sobre la inmigración, el miedo al futuro: en la campaña electoral, la carismática política de derecha logró canalizar todos estos aspectos, prometiendo a la gente que se ocuparía de estos problemas. Eso es precisamente lo que muchos italianos desean escuchar. Y es que, en gran parte, han dejado de tomar en serio a las élites en Roma, ya que la casta política nacional es percibida como un club para enriquecerse.

Pero también se responsabiliza a la UE de la mala situación. Para muchos en Italia, el bloque comunitario está demasiado apartado de la realidad, es opaco, y, sobre todo, solo responde a los intereses del capital; es visto como un refugio para los acuerdos de fórmulas, muy alejado de los problemas reales de la gente en los distintos países miembros.

Peligrosa retórica populistas

Justo ahí es donde Giorgia Meloni atacó retóricamente. Criticó a la UE como un monstruo burocrático e incapaz, y anunció que "terminaría con la fiesta en Bruselas". Asimismo, aseguró que finalmente representaría allí con énfasis los intereses de Italia. En su opinión, no puede ser que el derecho europeo esté encima del derecho nacional.

Desde hace algún tiempo, Meloni por lo menos ya no exige que Italia abandone la Unión Europea o la moneda comunitaria. Sin embargo, con su crítica fundamental contra la UE se convertirá en un problema similar al primer ministro de Hungría, Víctor Orbán, que siempre se pelea con las instituciones comunitarias y desafía la unión del bloque. 

Alexandra von Nahmen dirige la oficina de DW en Bruselas.

Un peligro para la unidad de la UE

Esto podría resultar ser un problema a la hora de querer mostrar la unidad de Occidente de cara al Kremlin. Actualmente, Orbán es el único jefe de Gobierno de la UE que exige que se levanten las sanciones contra Rusia. Ahora, Italia podría convertirse en otro caso problemático.

Pese a que Giorgia Meloni diga que apoya las sanciones y se muestre solidaria con Ucrania, no se puede contar con sus futuros socios de Gobierno: Silvio Berlusconi, que se declara amigo del presidente ruso, recientemente aseguró en la televisión italiana que Putin había sido empujado a la guerra. Y Matteo Salvini, jefe de la Liga, criticó las sanciones de la UE como medidas que "nos han subyugado".

De ahí que sea válido preguntarse cuán unida y cerrada la Unión Europea se mostrará de cara a Rusia; ahora, que eso se ha vuelto más importante que nunca. En caso de que un invierno duro y frío llegara a agudizar la crisis energética, esto también fortalecería a los populistas de otros Estados miembros. 

En las elecciones parlamentarias en Suecia, hace dos semanas, la formación nacionalista de derecha Demócratas de Suecia se convirtió en la segunda fuerza. Ahora, la victoria electoral de Meloni en Italia ha fortalecido aún más a los críticos de la UE.

Abordar los problemas de la gente

Italia necesita a la Unión Europea, que ayudó a formar. El país recibirá 220.000 millones de euros de los fondos para la reconstrucción tras la pandemia del coronavirus. Roma necesita urgentemente este dinero para estabilizar la economía italiana. Esto tampoco cambia con la victoria electoral de los populistas de derecha.

No obstante, el ejemplo de Hungría demuestra qué tanto perjudica a la UE tener enemigos internos. El ascenso de Meloni y compañía también es señal de que Bruselas finalmente debe ser más valiente a la hora de abordar los problemas que aquejan a las personas en la UE. 

(vt/cp)