Dernières nouvelles d'Alsace, de Estrasburgo: “Ahora, las autoridades danesas vuelven a controlar las fronteras con Alemania y con Suecia. (…) Si bien el Gobierno de Copenhagen asegura a sus vecinos que lo hace, sobre todo, para combatir a contrabandistas e inmigrantes ilegales, el daño ya está hecho. En Alemania, esto causó malestar y se han alzado voces pidiendo un boicot. Al alejarse del Tratado de Schengen, el Gobierno de Lars Rasmussen revela su debilidad y demuestra ante todos los partidos políticos del continente europeo lo peligroso que es convertirse en rehén de la extrema derecha y sus conceptos xenófobos.”

“En Europa, la libertad es tan importante como la moneda”

Süddeutsche Zeitung, de Múnich: “El ejemplo danés hará escuela, ya que nadie se atreve a contradecirlo categóricamente. Y esa es la verdadera catástrofe para Europa. Porque la tentación populista de volver a cerrar las fronteras a los indeseados es una epidemia que se extiende también a otros países. Quien esté en contra de eso, debe actuar. Y no se debe tomar como excusa que la crisis económica absorbe casi todas las fuerzas con que cuenta la política, ya que, en el caso de Dinamarca, urge poner en claro que en Europa las libertades son tan importantes como la moneda.”

“Rasmussen debe decidir a quién reprobará”

Jyllands-Posten, de Aarhus: “No se sabe si reír o llorar. Con el muy discutido control de las fronteras, este verano el reino de Dinamarca ha generado material para entretener a los medios europeos. (…) Al Gobierno de Dinamarca le debe haber quedado claro que no puede salir del embrollo engañando a los gobiernos del viejo continente. El primer ministro danés , Lars Lokke Rasmussen, tiene, además, un gran problema de política interna con los populistas de derecha –impulsores de los controles fronterizos. Rasmussen tienen que decidir a quién va a reprobar: si a Europa o a los políticos de extrema derecha. Proponemos amablemente que lo haga con estos últimos.”

“No es el fin de la Europa sin fronteras”

Der Standard, de Viena: “Los casi cincuenta empleados de aduana adicionales que envió el Gobierno danés a las calles y a los ferrys no estarían en condiciones de bloquear las fronteras para volver a implementar controles aduaneros permanentes. Se trata más bien de un penoso grupo que documenta la impotencia del primer ministro liberal de derecha, Rasmussen, frente a las provocaciones del Partido Nacional de extrema derecha, que le asegura a Rasmussen una mayoría. Y el primer ministro provee a ese partido de un instrumento político simbólico y sin valor alguno, que aparenta ser un medio adecuado para reaccionar ante la inmigración ilegal o el aumento de la criminalidad en la Unión Europea. Esto es molesto, pero no es motivo para declarar el fin de la Europa de fronteras abiertas.”

CP/dpa

Editora: Emilia Rojas-Sasse