"No hay motivo de alarma", afirmó Lenku en una rueda de prensa, y añadió: "Controlamos todos los pisos. Hemos acordonado el edificio por completo". El secretario del gabinete de Interior keniano dijo que todos los terroristas de la milicia extremista somalí Al Shabaab eran hombres, pese a que algunos se habían vestido como mujeres para confundir. Entre diez y 15 participaron en el ataque.

También aclaró que el humo que sale del centro comercial se debe a un incendio ocasionado por los extremistas, pero que será apagado pronto. Esta mañana habían vuelto a oírse tiros y una fuerte explosión, señalaron testigos. El Ejército de Kenia había informado durante la noche que la mayoría de los rehenes había podido ser liberada, luego de que las fuerzas de seguridad avanzaran dentro del edificio. Hasta ahora se ha informado de 68 muertos y 175 heridos desde el mediodía del sábado, cuando comenzó el ataque.

Agotados...

El Ministerio del Interior había informado además que el presidente Uhuru Kenyatta y el resto del gobierno no descansarían hasta que todo se acabase. Kenyatta pronunció varios discursos por la televisión, dirigidos a la población, a la que pidió calma y paciencia. "Estamos agotados, pero no es el momento de abandonar", escribió la policía en su cuenta de Twitter.

Al Shabaab asegura que el atentado es una venganza por la presencia militar de Kenia en Somalia desde finales de 2011. Los soldados kenianos apoyan al Ejército somalí en su lucha contra la milicia islamista.

Entretanto, la Corte Penal Internacional de La Haya anunció que el vicepresidente de Kenia, William Ruto, podría regresar por una semana a su país para enfrentar esta crisis. Ruto está siendo juzgado ante ese tribunal por crímenes contra la humanidad. El proceso continuará en su ausencia.

rml (dpa, tageschau)