Gobierno español pide perdón a exiliados republicanos
15 de enero de 2019
La ministra española de Justicia, pidió perdón a los exiliados republicanos por "tantos años de silencio" oficial sobre las víctimas del régimen franquista y defendió las acciones del actual Gobierno en este terreno.
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El antiguo Salón de Sesiones del Senado acogió un homenaje al exilio republicano, organizado por el gobernante Partido Socialista (PSOE) con ocasión del 80 aniversario del éxodo de medio millón de españoles al final de la Guerra Civil (1936-1939).
Ante representantes de exiliados, deportados y sus descendientes, la ministra socialista de Justicia, Dolores Delgado, pidió "perdón por tantos años de silencio, de estar mirando a otro lado, de estar criminalizando a las víctimas del franquismo", en alusión al régimen dictatorial del general Francisco Franco (1936-1975).
Presupuesto para la memoria histórica
En un acto con muchos momentos emotivos, la ministra de Justicia recalcó que "el exilio no es el pasado, no es la memoria", sino "la dignidad de futuro, la pervivencia de unos valores que siguen".
En este sentido, destacó que el Gobierno ha incluido una partida de 15 millones de euros en el proyecto de Presupuestos del Estado de 2019 para asuntos relativos a memoria histórica, frente al gasto nulo del Ejecutivo conservador anterior desde 2013 en este asunto. Esa cantidad no es un gasto, sino "una inversión en valores, en principios", aseguró la ministra.
El director general de Memoria Histórica, Fernando Martínez, reafirmó, por su parte, el compromiso gubernamental de "seguir luchando" por lo mismo que los exiliados y "reparar lo que no se ha reparado a lo largo de tanto tiempo".
"Reparar lo que no se ha reparado"
En España sigue habiendo un número indeterminado de fosas comunes con los restos de miles de personas asesinadas durante el franquismo, y su ubicación y excavación siguen siendo una asignatura pendiente solicitada de forma insistente por sus familiares, un proceso en el que se avanza muy lentamente.
El historiador Nicolás Sánchez-Albornoz, de 92 años, lamentó por su parte lo poco que el Estado español ha hecho, a su juicio, para "restaurar las heridas provocadas por el exilio", pese a "alardear" de sus figuras intelectuales "señeras y consagradas".
Por ejemplo, reprochó la ausencia de representación oficial española en las celebraciones del 60 aniversario del desembarco aliado de Normandía mientras "sobran" monumentos en memoria de la División Azul (unidad española que combatió con las fuerzas nazis en territorio soviético).
En el acto participaron también representantes de varias organizaciones de exiliados y descendientes, como Concha Díaz Berzosa, de AMICAL-Mauthausen (que agrupa a los supervivientes de los campos de concentración nazis) o Amparo Sánchez-Monroy, delegada en Francia de Archivo, Guerra y Exilio (AGE).
Sánchez-Monroy, quien pasó a Francia con su familia en 1939 cuando tenía menos de un año, pidió la nulidad de "todos los juicios penales, militares, sumarísimos" del franquismo por motivos políticos y la localización y clasificación de fosas comunes en presencia de forenses y jueces que identifiquen pruebas.
rml (efe, Twitter)
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Las huellas del franquismo en Madrid
Los cuarenta años del gobierno de Franco dejaron muchas huellas en la capital de España, muchas de ellas todavía visibles. Aunque no siempre identificables.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
El Cuartel de la Montaña
La rebelión militar en Madrid se limitó al conocido como Cuartel de la Montaña, donde hoy se encuentra el Templo de Debod. El pueblo armado lo asaltó matando a todos los sublevados concentrados allí. Una gran escultura de Vaquero Turcios, situada en 1972 en la escalinata de acceso al montículo recuerda a los caídos. La inscripción en el suelo así lo indica, aunque pocos visitantes recaen en ello.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
La monarquía
Franco restauró la Monarquía en España, dando continuidad a su régimen en la persona del rey Don Juan Carlos I. El Rey inició unas reformas dirigidas por Adolfo Suárez que, sin quebrantar la legalidad establecida, instauraron la democracia, dejando la monarquía como una institución arbitral no partidista. La extrema derecha lo consideró por ello un traidor.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
El balcón de los discursos
Desde el balcón del Palacio Real dirigió Franco algunos de sus más importantes discursos. Eso convirtió la Plaza de Oriente en uno de los símbolos del régimen. Hoy día es uno de los grandes atractivos turísticos de la capital, aunque la plaza fue remodelada. Sin embargo, Franco eligió desde el principio como residencia el Palacio de El Pardo, en una zona boscosa del noroeste de la capital.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Ministerio del Aire
Fue construido por Franco siguiendo el estilo de Juan de Herrera, el arquitecto de Felipe II. El mero hecho de que el Ejército del Aire, un cuerpo militar, se constituyera como Ministerio, así como los demás cuerpos, indica ya el importante papel que en la política tenían los militares. Si de la Prusia alemana se decía que era un Ejército con un Estado, y no al revés, lo mismo se podía decir aquí.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Espacio reciclado
Cerca de allí se empezó a proyectar en 1949 una construcción monumental "a los caídos por Dios y por España" en la batalla por Madrid. El edificio, que incluye una plazoleta circular cubierta por una cúpula, paso por diversos problemas en su construcción, quedando inacabado. Actualmente alberga la Junta de Distrito de Moncloa. Es decir, oficinas del actual Ayuntamiento.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Arco de la Victoria
Erigido para homenajear la victoria de Franco, está en una de las entradas por las que llegaron sus tropas a la ciudad y donde se libraron algunos de los más duros combates. Tiene 49 metros de altura. Detrás, el actual Ayuntamiento de Distrito y el edificio Galaxia, en cuya cafetería se gestó un intento de golpe de Estado en 1978 por Antonio Tejero, que volvería a intentarlo tres años después.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Línea del frente
La actual Ciudad Universitaria fue la línea del frente cuando las tropas franquistas cercaron la capital. La artillería y la aviación bombardearon esa entrada a la ciudad. Pocas huellas son ya visibles de aquellos enfrentamientos, como un rudimentario mirador construido en semicírculo sobre el hueco de una explosión, o este agujero, que los vecinos identifican como el cráter dejado por un obús.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Búnker restaurado
En los alrededores de Madrid quedan búnkeres de la contienda, algunos restaurados. Sobre todo en la zona sureste, escenario de la Batalla del Jarama, o la noroeste, como este de la Dehesa de Navalcarbón. Cerca de allí se libró la Batalla de Brunete, en la que murió la fotógrafa alemana Gerda Taro, autora junto a su socio y pareja Robert Capa de algunas de las más famosas instantáneas de la guerra.
Imagen: Juan Aranaz
Calles sin nombre
A Gerda Taro está previsto dedicarle una calle en la capital. Una comisión de expertos ha señalado más de cincuenta calles por vulnerar la Ley de Memoria Histórica. Sus nombres deberán ser cambiados, aunque la medida ha sido recurrida por la Fundación Franco. La de Juan Vigón (en la imagen) debe su nombre al general que Franco envió en su nombre al cumpleaños de Hitler y que llegó a ministro.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Fundación Nacional Francisco Franco
En un austero edificio de viviendas sociales precisamente construidas por Franco se encuentra, sin distintivos exteriores, la Fundación Nacional Francisco Franco. Se trata de una entidad privada sustentada por las cuotas de sus afiliados y cuyo principal activo historiográfico era el archivo personal del dictador, digitalizado gracias a una subvención del gobierno de Aznar en el año 2000.
Imagen: DW/L. G. Casas
Pisos militares y viviendas sociales
Franco construyó en España más de cuatro millones de viviendas sociales, muchas de ellas en Madrid. También edificó barrios enteros de pisos para alojar a militares y sus familias. En muchos casos, no eran mucho mejores que las viviendas sociales. Pero, en otros, se construían para albergar a militares de alta graduación y estaban ubicadas en zonas caras de la capital. Como estos en Moncloa.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Nuevos Ministerios
Otro de los grandes complejos ministeriales construidos por Franco fue el de Nuevos Ministerios, que actualmente alberga al Ministerio de Fomento, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Desde estos edificios se dirigieron los esfuerzos modernizadores del régimen franquista.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Estatua de Franco
En uno de los flancos de ese gran complejo se levantó el mayor monumento que había a la persona de Franco en la capital: una estatua ecuestre de bronce que fue retirada en 2005, antes incluso de la aprobación de la Ley de Memoria Histórica. Una sentencia declaró en 2009 nula la retirada de la escultura, pero rehusó volver a colocarla en virtud de esa nueva ley aprobada con posterioridad.
Imagen: AP
El Alcázar de Toledo
La columna que dirigía Franco contra Madrid se detuvo en Toledo para socorrer a los sublevados en la ciudad, sitiados en el Alcázar. Estratégicamente, hubiera sido innecesario, según autores como Jorge M. Reverte, para quien fue una estrategia de Franco para alargar la guerra y erigirse como líder de los generales sublevados convirtiéndola, al mismo tiempo, en una guerra de aniquilación.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Museo del Ejército
El Alcázar alberga hoy día el Museo del Ejército. Pero allí se encontraba la Academia de Infantería, en la que Franco ingresó al Ejército. Además, la ciudad es famosa desde la Edad Media por sus espadas, fabricadas con la técnica del acero templado. Junto al Alcázar, como se ve en este escaparate, proliferan las tiendas en las que hasta hace poco se podían comprar también estatuillas de Franco.
Imagen: DW/L. Garcia Casas
Valle de los Caídos
A unos cuarenta kilómetros de Madrid, cerca de El Escorial, se encuentra el Valle de los Caídos, donde estuvo enterrado Franco. Fue un mausoleo monumental excavado en la montaña y coronado por una gran cruz, construido para honrar a los caídos del bando franquista. Allí se enterró inicialmente al líder de Falange, Primo de Rivera. Y a miles de presos republicanos usados como trabajadores forzosos.