Gobierno y rebeldes alcanzan acuerdo de tregua en Siria
1 de septiembre de 2021
Tras más de dos meses de duros combates, y gracias a la mediación rusa, las partes llegaron a puntos comunes. Los rebeldes que no quieran entregar sus armas, serán enviados a otras zonas bajo control insurgente.
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Las fuerzas gubernamentales y los opositores sirios comenzaron a aplicar este miércoles (01.09.2021) un nuevo acuerdo para solucionar el conflicto en torno a la ciudad meridional de Deraa, bajo asedio de las tropas del Ejército de Siria desde hace más de dos meses y donde se han visto enfrentamientos sin precedentes. Hasta la fecha, ninguno de los pactos alcanzados ha podido parar la violencia.
Una fuente militar siria que pidió el anonimato informó a la agencia española EFE de la entrada en vigor de un alto el fuego en el barrio de Deraa al Balad, uno de los principales de la urbe y que fue cercado por el Ejército a finales del pasado junio para presionar a los rebeldes a entregar sus armas. Al barrio ingresó la policía militar rusa, de acuerdo con la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Cuna del levantamiento antigubernamental en 2011, esta región fue retomada en 2018 por las fuerzas del régimen. No obstante, algunos rebeldes, a los que se les permitió permanecer allí merced a un acuerdo de alto el fuego previo, controlan todavía algunas zonas. A fines de julio, estallaron violentos enfrentamientos, en un momento en que el régimen intentaba recuperar la región en su totalidad. A partir de entonces, Moscú, aliada del régimen, ha impulsado negociaciones para poner fin a la violencia.
Deponer armas o ser evacuados
Según el nuevo acuerdo, el régimen de Bashar al Assad instalará tres puestos de control en este enorme vecindario. Los rebeldes que quieran quedarse tendrán que deponer armas, indicó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman. Quienes rechacen este acuerdo serán evacuados. En los últimos días, decenas de insurgentes se vieron obligados a abandonar Deraa.
El pacto fue alcanzado entre Damasco y el Comité Central, creado por los opositores para negociar con el Gobierno. Deraa estuvo en manos de la oposición hasta que los opositores firmaron un pacto de rendición con mediación rusa en 2018. Los que decidan no adherirse al "proceso de reconciliación" serán deportados a la región noroccidental de Idlib, último bastión opositor en Siria.
DZC (EFE, AFP)
Idlib, Siria: un desastre humanitario
El ejército sirio, apoyado por Rusia, está bombardeando la región de Idlib, en el norte del país. Los refugiados huyen hacia la frontera turca. La ONU advirtió sobre un inminente "baño de sangre".
Imagen: picture-alliance/AA/E. Hacioglu
En pleno escape
El tráfico es fuerte en las carreteras que se dirigen al norte a través de la región de Idlib, hacia la frontera turca. Los soldados del régimen de Al Assad avanzan desde el sur y el este, asistidos por sus aliados rusos e iraníes. Algunos grupos rebeldes sirios son apoyados por Turquía, que también tiene sus propios soldados en la región. Pero la gente común solo quiere llegar a un lugar seguro.
Imagen: Reuters7K. Ashawi
"El horror se ha multiplicado"
Casi 1 millón de personas han sido desplazadas desde diciembre. Según el jefe humanitario de la ONU, Mark Lowcock, "el horror se ha multiplicado" en las últimas semanas. Las líneas del frente se están cerrando y están provocando grandes movimientos de personas en solo unos pocos días. Al Assad quiere expulsar a la población civil de Idlib y se moviliza para capturar este último bastión rebelde.
Imagen: Reuters/K. Ashawi
Bombardeada a pedazos
Maaret Al Numan y sus alrededores han sido en particular gravemente afectados por los ataques. La ciudad ha sido bombardeada a pedazos y está prácticamente desierta. La importante carretera M5 pasa por aquí, desde Damasco, a través de Alepo, y hasta la frontera turca. La mayoría de los que huyen intentan llegar a Turquía, pero la frontera está cerrada.
Imagen: picture-alliance/AA/M. Said
Esperando en la frontera
Alrededor de 100 personas, incluidos 35 niños, murieron en los bombardeos solo en las primeras dos semanas de febrero, según la ONU, que ha denunciado el "desprecio flagrante por la vida y la seguridad de los civiles". La familia de la foto huyó a la frontera turca hace meses. Están viviendo en el campo de refugiados de Kafr Lusin y se aferran a la esperanza de que Turquía los deje entrar.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Medio millón de niños en emergencia
Se estima que alrededor de la mitad de las casi 1 millón de personas que han huido son niños. Del resto, la mayoría son mujeres. No hay suficientes albergues en la frontera turca para todos y muchos refugiados viven en tiendas de campaña. Los campos a menudo se levantan a toda prisa y están muy hacinados. La gente duerme en las puertas y en pedazos de cartón, a veces a temperaturas bajo cero.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Alimento y medicinas escasas
Los que han podido encontrar una tienda de campaña la comparten con hasta una docena de familiares. La medicina se está acabando en muchos de los campamentos, y los alimentos básicos y la ropa también están escaseando. Los médicos informan que muchos niños sufren de malnutrición, algunos incluso mueren de hambre. El frío también está pasando factura: algunas personas se han congelado hasta morir.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Refugio en una escuela
Muchos niños en la región ya no pueden ir a la escuela, por lo que algunos edificios escolares han sido reutilizados. La escuela de la foto fue convertida en un refugio. Incluso los campos de refugiados son a veces blanco de los bombardeos.
Imagen: Getty Images/B. Kara
Tratando de alcanzar la seguridad
La ruta ilegal a través de la frontera con Turquía es costosa y casi nadie puede pagarla. Los contrabandistas están cobrando a las personas hasta 1.800 euros. Los que se atreven a intentarlo arriesgan sus vidas: los guardias fronterizos turcos tienen cámaras térmicas para ayudarlos a detectar las personas que intentan cruzar. Y a veces disparan a los refugiados que intentan escalar el muro.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Watad
Buscando dignidad
La ONU ha dicho que la situación en Idlib podría ser el mayor desastre humanitario del siglo XXI. Nadie sabe si habrá o no un alto el fuego. A los refugiados no les importa quién ponga fin a la guerra, solo quieren una vida con seguridad y dignidad para ellos y sus hijos. Una cumbre entre Turquía, Rusia, Francia y Alemania, prevista para el 5 de marzo, está ahora en peligro.