Tras el reciente golpe de Estado en Níger, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao ó ECOWAS en inglés) ha recurrido nuevamente a sanciones contra un miembro. En el pasado, estas acciones a menudo han resultado ineficaces, lo que revela la debilidad de la alianza.

La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental le advirtió a Níger que tenía una semana para restablecer el gobierno constitucional luego del  golpe de Estado del miércoles pasado. De lo contrario, la organización "tomará todas las medidas necesarias para restablecerlo", incluido el posible uso de la fuerza, dijo.

Níger es el cuarto país de la Cedeaoque cae en manos de golpistas en los últimos años. Si bien la reacción de la alianza fue inusualmente dura, la pregunta sigue siendo qué puede hacer.

Una importante alianza económica

La Cedeao o ECOWAS fue fundada en 1975, en Nigeria, con la firma del Tratado de Lagos, revisado en Cotonou, Benin, en 1993. La alianza tiene 15 estados miembros con 400 millones de personas que viven en poco más de cinco millones de kilómetros cuadrados, lo que la convierte en una de las comunidades económicas regionales más grandes de África. En tamaño, corresponde aproximadamente a las antiguas colonias francesas en África occidental, pero también incluye dos antiguas colonias portuguesas y un puñado de países anglófonos, incluida la economía líder de África, Nigeria.

En su sitio web, la Cedeao pinta una visión de una región "sin fronteras" que brinda a su gente "acceso a recursos desbordantes" y les permite vivir "en dignidad, paz y seguridad". El énfasis se pone en un espacio económico común. Los ocho países francófonos de la región tienen una moneda común, el franco CFA, que, al igual que su contraparte centroafricana, está vinculado al antiguo franco francés y, por lo tanto, al euro. Una unión monetaria general de todos los países de la Cedeao y un desacoplamiento del euro se han estado discutiendo durante años, con pocos avances hasta el momento.

Impotencia frente al terror

Los reglamentos también contemplan las misiones de conservación de la paz. En la década de 1990, los países de la Cedeao enviaron tropas para poner fin a las guerras civiles en Liberia y Sierra Leona. Dicha Comunidad también intervino en Costa de Marfil, Guinea-Bissau y Malí. Cuando el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, se negó a entregar el poder a su sucesor elegido democráticamente, Adama Barrow, en 2017, la alianza envió soldados.

Durante la última década, los insurgentes islamistas en el Sahel han planteado un nuevo desafío para la región. Muchas operaciones militares con participación internacional no han logrado resolver el problema, para consternación de las poblaciones de los países más pobres del Sahel, Malí, Burkina Faso y Níger. Eso ayudó a los militares golpistas a usurpar el poder allí entre 2020 y 2023.

Fuerza militar conjunta

En 2022, los países de la Cedeao acordaron establecer una fuerza conjunta y permanente. En el pasado, las alianzas más pequeñas que involucraban a países individuales de la Cedeao, como la alianza G5 de los estados del Sahel, tuvieron poco éxito. Los expertos advierten que sin la financiación adecuada, la fuerza está condenada a ser ineficaz. "No basta con formar un ejército", dice Abdoulaye Sounaye del Centro Leibniz de Estudios Orientales Modernos. "Hay que hacerlo efectivo: cómo interviene, se involucra en combate, cómo se financia?" La financiación voluntaria de los Estados miembros no ha funcionado hasta ahora, dijo a DW.

¿Qué influencia tiene la Cedeao?

La crisis del Sahel es también una crisis de la Cedeao. Después de Guinea, Malí y Burkina Faso, los golpistas ahora se han apoderado de Níger. El tratado entre los estados miembros incluye varias opciones de sanción para estas situaciones.

La alianza puede restringir la libertad de movimiento cerrando fronteras y cancelando vuelos. También puede bloquear cuentas y flujos de dinero en el área monetaria CFA. Una de las medidas más duras es la suspensión de la afiliación. Así se ha procedido con los cuatro estados miembros cuyos gobiernos legítimos fueron derrocados.

Bounty Diallo, científico de la capital de Níger, Niamey, dijo que las sanciones en Malí y Burkina Faso no han logrado cambiar la mentalidad del gobierno ni de la gente, a pesar de la presión económica. Y concluye que "pensar que las cosas serán diferentes en Níger y que el gobierno cederá en una semana o dos es una ilusión”.

(jov/er)