Gorbachov: amado en Alemania, odiado en Rusia
10 de noviembre de 2014 Gorbachov siempre ha considerado que Crimea es parte de Rusia. Como Putin, Gorbachov cree además, que la independencia de Bielorrusia y Ucrania en 1991 fue un error histórico cometido por Boris Yeltsin. Ahora, Gorbachov critica a Occidente y exige un nuevo comienzo de las relaciones entre Berlín y Moscú. Según Gorbachov, es Occidente el que tiene que cambiar el rumbo, no Putin.
“Estoy convencido de que Putin defiende los intereses de Rusia mejor que todos”, dijo Gorbachov recientemente. Un giro sorprendente, toda vez que Gorbachov ha criticado la política de Putin, como la persecución de las ONGs, por ejemplo: “Quien quiera una dictadura debe ir a donde haya una”, dijo Gorbachov al respecto en 2013.
¿Por qué el cambio de opinión, teniendo en cuenta que Putin ve en Gorbachov el sepulturero de la Unión Soviética? Es más, la mayoría de los rusos acusa a Gorbachov de ser el culpable de la desintegración de la Unión Soviética con el consiguiente caos político y derrumbe económico. Los críticos olvidan que Gorbachov había asumido un Estado agonizante.
Amado en Alemania, odiado en Rusia
A Gorbachov le adjudican los errores de Yeltsin. Pero Gorbachov también perdió simpatías por la mayor campaña anti-alcohol que jamás se haya llevado a cabo en la Unión Soviética. La tragedia de Gorbachov consiste en ser amado en el exterior, pero odiado en su propio país. Esto lo ha amargado.
Su cometido era el de reformar la Unión Soviética, no de extinguirla. Él quería instalar un cierto Estado de Derecho, pero al final todo el Imperio soviético se le salió -involuntariamente- de las manos. Gorbachov no calculó las consecuencias de la abolición del centralista Partido Comunista. En vista de los inmensos problemas internos, a Gorbachov le faltaron conceptos para una política exterior y terminó aceptando la reunificación alemana y las propuestas de la OTAN. Acusaciones que aún se le hacen, a menudo, en Rusia.
Gorbachov y Putin comparten la pena por la desaparición de la Unión Soviética, pero se diferencian en su postura frente a los antiguos países del Bloque comunista. El distanciamiento de Gorbachov de la Doctrina de Breschnev en 1988, les permitió a los países del Pacto de Varsovia decidir autónomamente sobre su futuro político. Esta nueva libertad condujo a una serie de revoluciones pacíficas en Europa del Este. Al final, la Guerra Fría había terminado y Alemania se había reunificado. De ahí se deriva buena parte de las simpatías por Gorbachov en Alemania y Occidente.
Alemania le debe demasiado
El autor de la Glasnost (apertura) y la Perestroika (reforma) sigue siendo un invitado bien visto en Alemania, como se pudo observar este fin de semana, con motivo de los 25 años de la caída del Muro de Berlín. Es, empero, sorprendente que Gorbachov vaya en contra de sus propios principios con su defensa de la política de Putin y su crítica a Occidente. Pero en Alemania no se le criticará mucho. Alemania le debe demasiado.