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¿Quién sucederá a Tony Blair?

José Ospina Valencia25 de septiembre de 2006

Mientras Tony Blair lucha porque la caída libre en la que se encuentra no vaya a ser muy dura, los candidatos a sucesores ya han saltado al ruedo y los electores ya han escogido a un preferido.

Gordon Brown: ¿Será este laborista el sucesor de Blair?Imagen: AP

Ya el aún primer ministro británico Tony Blair no es ni siquiera un “lame duck”, un pato rengo, sino uno en caída libre. Aún si Tony Blair quisiera presentar su candidatura al próximo período, no sería reelegido. Es más, generalizado es el sentimiento tanto entre seguidores como entre detractores de que ¡ya basta de Tonys!.

Su controvertido apoyo a Bush en la guerra contra Irak, orquestada con mentiras, como hasta la misma CIA lo ha reconocido, acabaron con el lúcido y jovial laborista que había sido elegido para rehacer los daños causados por la conservadora Margaret Thatcher. De los éxitos de sus primeros años queda poco en la mente de los británicos. Hoy se le asocia más con la figura de “perro faldero de Bush” en una guerra “injusta” que ha contribuido a exacerbar el terrorismo en vez de aplacarlo.

El poder embebe

Obnubilación por el poder, el síndrome de los eternos gobernantes, parece haber atacado también a Blair que saldrá de Downing Street 10 no por voluntad propia sino porque el electorado lo obliga. Ahora el ruedo político en Gran Bretaña le pertenece a quienes se disputan su sucesión: muy probablemente Gordon Brown, el laborista y actual ministro de Hacienda y su adversario político, el conservador David Cameron.

“Me alegraría ser el nominado”, reconoció Brown ante el pleno del Congreso del Partido Laborista británico inaugurado este lunes en Manchester, que lo aplaudió, pero con cierto sigilo. Aún debe pasar mucho para que Gordon Brown logre convencer a sus propias filas. ¡Amén de ser escocés!

La oportunidad de su vida

Brown era esperado para lo que debía ser “el discurso de su vida”: lleno de fogosa sinceridad para con el electorado y el Gobierno que él mismo representa. Pero nada de eso se materializó. Brown empezó alabando a Blair para terminar suavizando sus críticas a su propio jefe que, según él, “también lamenta”.

Luego vino su carta de presentación como candidato a la silla de primer ministro británico. Brown prometió nuevas leyes y sobre todo, “una nueva forma de hacer política”. Que él mismo es uno de los responsables de la política que hoy abruma a los británicos, no lo mencionó.

Cameron: un contendiente deseado

Pero lo que sí se le cree a Brown es una promesa concreta: ceder al Parlamento la decisión soberana de la participación de tropas británicas en enfrentamientos bélicos. Hasta ahora, ésa ha sido una decisión discrecional en poder del Primer Ministro.

El líder conservador David Cameron es, por ahora, el preferido del electorado británico para suceder a Blair.Imagen: AP

En cuanto a su probable contendor en el Partido Conservador, el mismo Gordon Brown “estaría complacido de competir con el “tory” David Cameron por la jefatura del Gobierno británico.

Pero no basta un aplauso de sus filas y buscarse a sus adversarios para ganar. Justamente por estos días las encuestas no auguran nada bueno para el optimista Brown. Incluso sondeos de firmas estadounidenses de opinión revelan que la mayoría de los ciudadanos británicos creen que “Gordon Brown es demasiado viejo, aburrido y desleal”.

Ello sin contar que los británicos guardan profundo recelo contra los escoceses y sería una verdadera rareza que decidieran encomendarle los destinos de todo su país. “Queremos que un inglés gobierne a Inglaterra”, es el tenor.

Inglés, joven (39 años) y, por estos días, muy querido, es en cambio, David Cameron, el líder conservador que también quiere suceder a Tony Blair. Una cosa le falta sin embargo a Cameron: experiencia.

Por sus actos los conoceréis

Una debilidad que fue aprovechada por Brown cuando recordó que “la política no es un espectáculo, sino servicio a la ciudadanía que demanda obligaciones y responsabilidad”. De si la juventud, sin distingos de afiliación política, por inexperta que sea, es capaz de dirigir un país, lo decidirán los electores británicos en 2007. Cuando eso suceda, Blair ya habrá pasado a la historia. La cuestión es si lo hará como respetado estadista o “mascota” de Bush, por lo demás otro “lame duck” en picada. Pero esa es otra historia.

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