En Berlín, los grandes proyectos como la construcción del nuevo aeropuerto o la modernización de la ópera estatal, suelen ocupar titulares negativos: los costes se disparan y las fechas de acabado no se cumplen. Pero en el caso de la reconstrucción del histórico Palacio Real, en el centro de la ciudad, pese a los imprevistos, la planificación se está cumpliendo como estaba previsto.